martes, 23 de agosto de 2011

YO, SOY CRISTIANO


Yo soy cristiano. Hay muchas cosas que no son de mi agrado, y que rechazo interiormente; otras que me parecen inadecuadas o falaces en el cristianismo, pero eso no quita para que en lo esencial esté de acuerdo con casi todas las confesiones en los valores fundamentales.


Cristo es el eje de nuestra fe, y alrededor de Él se pueden entretejer numerosísimas teorías y, hasta falsificando la historia (tradición), se han escrito numerosos libros que hacen las delicias de los anticristianos, porque llevan consigo un una burla a la religión, sea la que sea, por los que no quieren ni oír hablar de ella.


Siempre agradará a la persona que no sujeta sus instintos y tendencias anómalas, que se hable mal del cristianismo. En otros lugares es contra el Protestantismo, evangelismo, ortodoxos, etc. En España, naturalmente, la Iglesia Católica.


Pero usted que me parece inteligente ¿Cómo puede pensar que todo es una casualidad o un destino ciego el que gobierna la vida de los hombres, y más ampliamente, aun los del Universo que existe? Que está ahí, ante nuestros ojos, y que no tiene más remedio que haber sido hecho por “alguien”, no por “algo”.


Yo sigo mi camino (en el cual me ha ido bien) y contemplo las burradas que se hacen en este mundo Por parte de hombres de TODA condición, las injusticias, los abusos, y hago lo que está al alcance de mi mano.


No aspiro a mover la sociedad al estilo del Che, de Lenin, Cesar, Alejandro, Hitler o Napoleón. No se consigue nada, y así lo afirma la historia, que ha visto emerger tantas variantes en la sociedad, y tantos fracasos como intentos se han hecho.


Cristo es el camino; ¡mi camino! Mi verdad, y mi vida. Fuera de Él no quiero nada, La vida e esta tierra me estorba si no es por Él. Lo que hago contra de esta decisión, siempre lo lamento, porque invariablemente me produce malos resultados.


Siento que usted participe de otra opinión, y le invito a leer mis otros escritos en los que, a mi estilo tosco y elemental, me explayo sobre los misterios de mi fe. Deseo que le vaya bien, y que alguna vez se digne mirar en estas cosas.


Esto, le permitirá desasirse de opiniones y creencias que dan por resultado, el casposo, feo, peligroso, y alocado mundo en que vivimos. Solo podemos ser especiales, si nos hacemos especiales si lo deseamos y lo ponemos en práctica. Somos hombres o monos, según queremos. Y mañana podemos ser ese mendigo sucio y descabalado que nos parece tan desgraciado.

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