En el humano inteligente y espiritual, y puesta sobre todas las criaturas, la obediencia es una virtud que proviene de la humildad ante Dios y el conocimiento de la distancia que hay entre el Creador y la criatura. Entonces comprenderemos la bondad de Dios, y la conveniencia de obedecer para nuestro bien y armónica dirección.
De la misma manera que nos fue imputada y aplicada la falta y desobediencia de Adán, nos fue imputada la justicia de Cristo en un alarde de amor inefable. Es por ello que sin desechar la parte que nos corresponde de responsabilidad, creo fielmente que: El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:32)
Apenas pueden los más significados y fervientes ante Dios rumiar bien el significado de este aserto, ¿Cuánto más lejos estamos nosotros (más torpes espiritualmente) de captar en toda su sublime realidad esta promesa? Siempre pienso que si captáramos en una mediana intensidad estas palabras, la vida en esta tierra donde ponemos nuestros pies sería diametralmente distinta de lo que hoy vemos.
Como dije en otra ocasión, ahora expongo una frase creo que de Tozer: “Algún día alguien leerá estas palabras, las creerá y las pondrá por obra; y entonces todos nosotros nos sentiremos muy incómodos”. Nosotros ni siquiera podemos percibirlas en toda su plenitud -salvo excepciones- por causa de nuestra flaqueza),
¿Como me va a desechar mi Padre, si le amo con todo mi corazón? Yo estaré en Cristo y como dijo Él mismo: Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.(Lucas 12:7) ¡Ese es mi Padre eterno! Cuando escribo esto, se me llena el alma de gozo indescriptible. ¡Gracias Señor, por tu misericordia, tu bondad y tu amor!
Hoy quiero insistir sobre lo que parece ser tenido en poco por los mismos que nos llamamos cristianos. Algunos me dicen que abuso de las citas bíblicas, pero es que ellas expresan mejor que nadie la intensidad de la Revelación de Dios: Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:8) Siendo aún pecadores el Padre entrega al hijo para salvación de todos los hombres. ¿Quién puede comprender tanto amor y tanta misericordia?
Y termino con un canto bíblico de los adoradores
Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 5:13)
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