Mamen Sánchez: "Cuanto más profunda es la crisis en
España, es más gente la que acude a buscar a Dios"
Religión digital 13 de noviembre de 2012.
Es famoso el dicho de que “solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”. Y esto
es regla general. Cuando el atentado de las torres gemelas en N.Y., creció el número
de los asistentes a las iglesias y todos rezaban más de lo normal hasta ese momento, ya que todos
se sentían amenazados.
Y muchos se ríen del juicio de Dios, porque por lo visto les parece, o lejano o
poco creíble. Parece ser que el ser humano, hasta que no tiene encima las consecuencias
de sus acciones y pensamientos, no se da cuenta de que sus intenciones son de
continuo siempre al mal.
No
de otra forma se entiende el cúmulo de guerras y opresión que hay en este mundo.
Vicio, atropellos a las mejores ideas y actitudes de los buenos, y toda la
parafernalia de desacatos a Dios que vemos solo con salir a la calle.
Así
que en nuestra libertad para muchos mal concedida aunque después se quejen de
que no son suficiente mente libres. El ser humano, como dice Machado es la “bestia
paradójica”. Es por eso que todo lo que
intenta le sale torcido y entre el esplendor de la “civilización” resalta el afán
de destrucción que impera por doquier.
Volviendo
a las “torres gemelas de NY”. Vemos que fueron destruidas en unos momentos y s
derrumbaron unos símbolos del poderío de Usa en el escaso tiempo de unas horas.
La técnica de que tanto nos jactamos, fue empleada para realizar algo en lo que
nadie podía pensar.
¿Como
es posible que tanta grandeza fuera derrumbada por la técnica de unos aviones
super seguros? ¿Acaso USA. no es una nación poderosa y sobre aviso, para que nadie pueda en
su territorio causar una destrucción semejante? Ellos tienen sus servicios de
inteligencia, que fueron inútiles para preservarlos de la calamidad.
La
escena de un hombre arrojándose al vacío cuando quizás unos minutos antes
pensaba, en su lujoso despacho, que era invulnerable y ni siquiera le pasaba
por la cabeza que algo así pudiera ocurrir. Pero ocurrió, y todo el mundo lo pudo ver. Y es que no podemos confiar en nada para nuestra protección.La técnica que ahora nos proporciona tantas comodidades, será nuestro verdugo final.
Ahora
el huracán de estos días ha deshecho una gran parcela de bienestar, de los que
siempre creyeron que estaban a salvo solo por pertenecer a la gran nación. Y es
que los designios de Dios son inalcanzables, pero tienen la virtud de hacernos
reflexionar en la inanidad de nuestras defensas, que son ninguna, y darnos cuenta
de "quien es quien". La naturaleza actúa a su aire.
AMDG.
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