Para
todos; cristianos, y los que dudan o pasan
A la medida de la ofensa ha de ser el precio del
rescate y la justificación, con un sacrificio a medida también del ofendido.
Por eso el sacrificio de Cristo Jesús es el mayor de los sacrificios. Hebreos
9:26.
Midamos nuestros pecados y nuestra perversidad por
la magnitud del precio. Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.1ª Corintios 6:20. Y enseguida descansemos en este.
¿Qué cosa de más hemos de ofrecer?
Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. 1ª Corintios 7:23. ¿Que precio? ¿Tal vez oro o
plata, o favores, o riquezas capaces de rescatar a un rey?...sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la
cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o
plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y
sin contaminación,
Solo pensemos un poquito en esto. Aunque sea solo un
poquito. Un tipo que se ofrece a si mismo para llevar sobre sí los errores
(pecados) de todos, voluntariamente y sin chistar. Solo rectifica al prefecto Pilatos,
que tenía en sus manos la libertad y la vida del extraño prisionero.
Quiere dejar bien claro para el prefecto y para todos
nosotros, que es quien dice que es, y que lo que le puedan hacer lo tiene
asumido y sabe para lo que sirve. Todos hemos de morir, y Él se ofrece para
volver a resucitar.
Ese es el meollo de
nuestra fe y nuestra esperanza. Porque si los muertos no resucitan, tampoco
Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó,
vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.
Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si
en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de
conmiseración de todos los hombres.
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que
durmieron es hecho. (1ª Corintios 15:16 a 20)
AMDG
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