Estos filosofastros, son los mejores según su propia opinión, si se les permite mostrar sentimientos muy nobles ante una de las muchas calamidades que suceden en un mundo así, aunque siempre expresando la salvedad de que no son cristianos. Ellos son buenos ¡porque sí!
Como si fueran de otro planeta. Solo hay que mirar lo que les gusta a las multitudes, para darse cuenta de como está el mundo. ¿Se acuerda hoy alguien de Haití o de Japón? Los cristianos, sí. Y oramos aun por ellos.
Puestos en esa tesitura de relativismo y materialismo, (que suele ser el apoyo de tal relativismo) según conviene en cada momento, a nadie le sirve eso para hacer una acción social pacífica y tranquila, y sobre todo efectiva. Y claro así andan las cosas. Pero ¿de que nos quejamos?
Que a muchos, cuando ven una foto de un niño africano desnutrido, les parezca una monstruosidad (y es así), es normal, porque el ser humano rechaza todo tipo de males que «le pudieran afectar a él». Cuando se trata de otro, ¡pues al matadero! somos demasiados en el planeta. Pero claro, si hay que cargarse a algunos “que sean de por ahí”.
En cambio hay “otros” que se tiran al barro sin más, por amor a Cristo, y se marchan a cuidar y asistir apoyados por la Iglesia en todo lugar, a donde pueden y le alcanzan los dineros que se le pueden enviar desde Occidente.
Son los “locos de Dios” que no se detienen en si el Papa tiene los zapatitos así o asá, en si algunos curas son de esta o de otra manera, o en que si el crucifijo del siglo XV es de oro o de madera. Eso lo hacen los estetas de salón.
Estos locos se ponen los zapatos de trabajar, se echan la vida en bandolera, y se entregan a misiones “imposibles”, en el deseo cristiano de cumplir su vocación de hacer lo que puedan por los demás.
Y a esos, estimado amigo, lo que hagan otros les importa un comino. Ellos a lo suyo, y con el Cristo acuden a donde se les necesita. Pero claro está, solo figuran entre las personitas de cualquier color que reciben contentos, cuidados y ayudas para salir adelante.
¿La barbarie? Lea los periódicos, y ya sabe que está en cualquier punto del planeta. Y entre los más “civilizados”. Asesinato de niños dentro del vientre de sus madres… o fuera; perversiones inimaginables, pederastia, educación sexual en las escuelas con sus secuelas siniestras… ya no sabe uno que decir, para que la gente se dé cuenta de en que corrupción vivimos.
Pero me dice usted que los cristianos van para adoctrinar a los pueblos pobres. ¡Pues claro hombre! Y a los ricos. A todo el que quiera oír y salir de la infecta zahúrda en que todos estamos metidos hasta las cejas.
Ya que ayudan movidos por unos motivos espirituales, no está de más que muestren por sus hechos cristianos, el motivo por el que, dejando todo en su patria, familia, proyectos, juventud, etc. se van a los lugares más inhóspitos a dejarse la vida. Por algo ha de ser.
Seguiremos en otros momentos. Por lo menos, usted se interesa.
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