El buen rey Josías mientras tuvo celo de Jehová Dios, e hizo como se le mandaba en el libro de la LEY , encontrado en el templo, fue bien. Cuando salió a Faraón Necao para combatirlo, no hizo como debía.
Soberbio por aquella prosperidad de Dios en su reino, se atrevió a tomar decisiones propias, y además contra la voluntad de Dios. Tan pronto e hombre se alza con poderío se rebela también contra Dios en desobediencia.
Y así dice La Escritura : Mas Josías no se retiró, sino que se disfrazó para darle batalla, y no atendió a las palabras de Necao, QUE ERAN DE BOCA DE DIOS; y vino a darle batalla en el campo de Meguido. (2 Crónicas 35:22).
No hizo tal Josafat, que aun viniendo los enemigos contra ellos, cosa que no sucedió a Josías, pidió a los profetas que le dieran palabra de Dios, y nada tuvo que hacer sino recoger los restos del botín.
Porque díjole Dios: No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Yahvé con vosotros. (2 Crónicas 20:17) Estas palabras les bastaron y sin cesar de alabar (no de pedir, que ya lo habían hecho, y ya le había contestado e instruido el Señor) obtuvieron la victoria sin esfuerzo alguno.
Ellos solos (los enemigos agresores), se mataron entre sí. Josafat y todos los de Jerusalén se limitaron a cantar a Dios y ofrecerle alabanzas desde el más chico hasta el más grande con puro corazón, y confiando en Él por encima de todo espantoso peligro. Tal como se les había mandado.
!Oh Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque en NOSOTROS NO HAY FUERZA contra tan grande multitud que viene contra nosotros; NO SABEMOS QUÉ HACER, Y A TI VOLVEMOS NUESTROS OJOS. (2 Crónicas 20:12).
Ellos reconocieron desde el principio que por sí mismos no tenían fuerzas y si no era por la misericordia del Señor la batalla estaba perdida con los desastres consecuentes; la perdida del reino, y la esclavitud para los que permanecieran vivos.
Aun así, con estas espantosas perspectivas se entregaron al Señor. Y vencieron. Con razón dijo Jesús a la pecadora arrepentida y llorosa: tu fe te ha salvado. Lucas 7:50. La fe salvó a Jerusalén tan pronto reconocieron que sin la protección del Señor eran como plastilina en manos del enemigo.
Ahora, Dios no es tenido en cuenta para tomar decisiones por los incrédulos, o por… los mismos cristianos. Hoy tenemos tantas seguridades, que cualquier contratiempo nos espanta y desquicia.
“Leed estos textos, disfrutad de ellos meditadlos, interiorizarlos, compararlos, y así entraréis de lleno en los misterios de Dios para con nosotros, ¡hombres y mujeres de poca fe! ¿Qué batalla podéis librar con lo que ya está perdido?
Los enemigos son muchos y quieren esclavizarnos a sus costumbres, y a sus malos hechos y pensamientos. ¿Os sentís inermes y desamparados? ¡Porque queréis! pero no hay por que sea así. De igual manera que obró con Josafat obrará con nosotros. Pero en la misma posición de Josafat. Entregados y rendidos.
Ya el enemigo jurado no se conforma con burlas; ya quiere atacar con la violencia física y psicológica. Mucho invocar la oración, y no somos capaces en cada ciudad o pueblo, de juntarnos con más o menos prosapia de cristianos… pero todos reconociendo nuestra debilidad y el poder formidable de Dios.
No somos hombres completos en tales casos, y debiéramos meditar, como el manso cordero de Dios supo “callar la boca” cuando su destino final se cumplía, y para que se cumpliera la ESCRITURA. Y a profetizar, cuando así lo creyó adecuado a cada situación.
Solo habló con el Padre, y a pesar de todo se conformó con su voluntad y se entregó sin más en sus manos. El verbo se hizo hombre hasta el final. ¿De que somos capaces nosotros tan debiluchos y tan COBARDES?
Sí, somos cobardes, pero el Señor como poderoso león rugirá, y espantará a los enemigos como tamo de las eras. No sea dirigida a nosotros la frase de Jesús el maestro divino: Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles. (Lucas 9:26)
Ellos harán lo que les dé la gana, se oponga quien se oponga. “Dios y todo eso” son tonterías para ellos; “el hombre”, la bestia del siglo XXI. Esa es su idea de la democracia.
Si no les va bien, pues alboroto; como en la ridícula "huelga general", en los “indignados”, y en tantas violencias contra la razón y la paz de los ciudadanos, a los que prometieron justicia y verdad.
Desobediencia a las leyes, reivindicaciones a quien no lleva el volante del vehículo nacional… en fin... Contra todo lo que no sea el fracaso clamoroso del gobierno que nos administra, tan marrullera y ladinamente.
Al alcance de los mortales no hay más forma de regir este estado de cosas, que la ley, bien aplicada. Que debiera ser justa para todos, hasta donde alcancen las facultades humanas de los jueces.
Pero a estos elementos subversivos ningún argumento les vale. Creo que España entera se perjudica. Y si a alguien de los otros les da por formarla, ya veremos.
Su único argumento es la violencia, aunque ellos no consideren violencia el atropello a los derechos de los demás. El resto es retórica, y violencia de las muchas clases que hay.
Ellos de momento usan esta; ya veremos cuando se ponga la cosa más tensa. ¡Que se pondrá! Y los cristianos, en vez de unirnos TODOS en contra estas manifestaciones de odio a todo lo sagrado, e implorar de forma masiva la protección de Dios, solo procuramos hablar de elecciones y de mangoneos; no somos capaces de juntarnos y darles pacífica réplica, a estos aborrecedores de lo bueno.
Pueblo cristiano: si tienes vergüenza y amas a Dios en Cristo, ponte en marcha contra esta marea como hizo Josafat. No como combatientes, sino como pecadores que ante esta avalancha de apostasía, piden al Señor, porque ya no tienen fuerzas y esperan en la misericordia de Dios.
Mostrémonos cristianos masivamente, como en el Valle de los Caídos, Convóquese ayuno y manifestaciones ordenadas de piedad, y ya veremos si Dios no hace su obra por nuestra fe y nuestra confianza en Él. Aunque vivimos en la confianza en nosotros mismos, son tiempos peligrosos como está profetizado.
Mencionar constantemente a la desgraciada República que no supo aprovechar la ocasión para hacer las cosas correctamente, es preferir el desorden a la justicia y la prudencia, y ganas de revancha.
Tuvo que venir algo que prefería la injusticia al desorden y después todo fueron lamentaciones. Los muy alocados e inescrupulosos republicanos, provocaron una guerra porque naturalmente, los otros no se consintieron, y aun seguimos con las mismas. Yo he visto caer bombas muy cerca de donde estaba mi familia conmigo. ¡Ya está bien!
Hay que buscar más justicia social, pero en España no hay pueblo. Cualquier nación escandinava y similares, es capaz de asimilar todas las cosas, pero el civismo y la preparación cultural de colectivos e individuos, está a miles de millas de lo que se hay aquí, empezando por los mandamases corruptos y descarados. Y fin por ahora; ¡MUESTRESE ESE PUEBLO EN TODO LUGAR DONDE SE AMA A DIOS Y SE SIGUE A CRISTO.
CONVOQUENNOS Y SE SABRÁ QUIEN ES QUIEN EN ESTE NEGOCIO DE LA SALVACIÓN.
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