Le respondo a usted, a medida que usted me ha formulado las preguntas. El que yo diga que soy un pecador, no quiere decir que sea un inmoral, y entre en todo tipo de villanías. Lo que trato de decir es que mis obras llevan siempre algo de hipocresía y de vanidad, ya que cuando hago el bien me enorgullezco, y me creo que soy mejor que el común de los mortales. Mala cosa ¿verdad?
A mí -como a usted- me gustan las mismas o semejantes cosas, que a usted, y me aprietan las mismas tentaciones que a usted (solicitaciones, etc.) Puede que a usted le guste la vecinita del 4º, y a mí la de 7º, pero eso no tienen nada de malo mientras ese deleite que usted siente cuando la ve (y mire que le gusta verla), no se transforme en la codicia de querer tener con ella, más relación de la normal de buena vecindad.
Bien es verdad que no es lo mismo la tal Pepita, que la Sra. Enriqueta la del segundo piso; pero es que hay que respetar la conciencia de todos, y la de uno mismo primero. Esta chica ya tiene su hombre elegido por La Providencia , y es el que le corresponde.
No pretenda usted (ni yo), apropiarnos algo que no nos pertenece. A usted no le agradaría que su elegida hubiera tenido muchos o pocos amigos, y usted no fuera el verdadero “elegido”. Vamos bien ¿verdad?
Es que nos cuesta mucho guardar un mandamiento cuando nos toca a nosotros; cuando el perjudicado es otro, ya el asunto varía notablemente. Y esto es lo que nos pasa a todos. Yo soy como todos, en cuanto a no tener fuerzas por mí mismo para enfrentar el mundo con sus lentejuelas, ni dominar mis instintos elementales.
Por lo demás, elegí (o más bien fui elegido) esta forma de pensar en la que si vas derechamente, es camino alegre y que da satisfacciones constantes. Y esto sin contar con una unión con el Creador, que es la dicha más grande de mundo.
Yo he alcanzado algo de esto, y es mucho para mí: Usted, ni en el “mundo” se ha sentido satisfecho, cuanto menos en el terreno espiritual. Con todo respeto se lo digo, pero sé positivamente de que estoy dando en el clavo.
Me dice, que piensa que pierdo mi tiempo. Yo simplemente creo -segurísimo- que el tiempo que empleo en esta faena de hacer conocer a mis amigos las cosas del Evangelio, es el mejor tiempo empleado. El poco tiempo y circunstancias que me queda. Solo importuno al que me deja, y creo que le hago un favor.
He perdido el tiempo demasiadas veces, haciendo cosas artísticas y todo eso, que no me sirven para nada. ¿La Gloria ? Le están dando a Zapatero 700.000 euros, por el libro que “le van a escribir”; si usted piensa que eso es gloria, disculpe si me río.
El tiempo -en mis escritos- no solo estoy convencido lo he empleado adecuadamente, sino que vivo en una esperanza tan maravillosa que usted –naturalmente- no podrá entender y lo siento en el alma por usted.
Ya sé también que hay muchas páginas en Internet que hablan de religión -a veces hasta demasiado- y la mayoría de las veces de forma confusa, partidista, poco generosa, y nada concordante con el espíritu del fundador.
En ella, en la que cada cual piensa como quiere, dice lo que quiere, y pontifica como quiere. La diferencia es que yo digo lo que creo, solo lo que es mío, sin estar dependiente de nadie para que diga lo que no tengo que decir, y que solo por eso ya estoy haciendo lo que debo.
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