RESPETUOSAMENTE Y SIN QUE ME AFECTE
DISCREPO TEMPLADAMENTE
El señor
José Arregui, vuelve siempre por el camino
de cabras que él mismo se ha diseñado. Se confiesa que no es ni clérigo ni laico. No es de estos… ni
de aquellos. Es simplemente Arregui. Y fundamenta su parecer (que no es otra cosa) en una serie de pasajes bíblicos que no
respaldan en absoluto su forma de pensar y de escribir.
Él se ha
exclaustrado porque le cuesta obedecer, y se siente alguien especial que ha descubierto la pólvora sin humo de la religión. Y no quiere ser laico porque ese concepto está en contra del
concepto clérigo.
Y se leen
palabras contra el obispo Munilla: Paranoia,
prepotencia, irracionalidad, ignorancia, imprudencia. (Sic) Eso es muy grave y debe meditar antes de decir eso del
que es su superior.
Al fin y al
cabo (párrocos, pastores, oficiales, obispos, etc.) son los que mantienen la chispa del Evangelio de mejor o peor manera, y
son los que se trabajan el cargo a modo; los que juntan todos los días, llueva o arrase, a los feligreses que quieran ir.
Estos
últimos, son unos más espirituales que los otros y tal. Todo eso está contemplado desde hace siglos, pero como decía un elemento que acudía a la Iglesia (templo) cuando le
preguntaban porque iba dos o tres veces cada día.
Este no
respondió que a orar o a
descansar el alma o la mente, (que también), sino que contestó más o menos: voy porque
quiero que todos sepan de parte de quien estoy. De
parte de Dios donde se le adora aquí mal o bien, sea una Iglesia ortodoxa o
protestante, etc. Todo eso hay quien lo juzgue y no soy yo precisamente.
Y me
pregunto ¿de qué parte está el señor Arregui, aparte de él mismo? En un largo
artículo desgrana una marea de versos
bíblicos como cualquier militante,
sea anglicano o protestante, del que no
se diferencia en nada. Diga pues que es
protestante o cualquier otra militancia y ¡santas pascuas!
El
evangélico o protestante (como se suele decir), acata un liderazgo malo o bueno. Si no está conforme con la
conducta de los principales, emigra a donde vea esa pureza y ese estilo que a el le agrada. Pero no debe olvidar que a donde va lleva también sus virtudes y flaquezas y que los que la componen también son falibles.
El tal disconforme se siente Iglesia, aunque no esté muy de acuerdo con la conducta o doctrina
secundaria del que ministra. En eso puede haber error en buena intención, y
basta con tener una opinión distinta de tal líder. Por lo demás los líderes van
y vienen, pero la Iglesia está siempre ahí.
Y menos aún
el que se confiesa católico, Es o no es, pero no lo es a medias. Precisamente
el que está bajo voto no puede atreverse a injuriar a un superior que es su obispo y
su superior. Lo juró usted
¿recuerda? Y por eso es usted
escuchado y aplaudido.
Si esto es
lo que propugna el Sr. Arregui que no cuente conmigo. Estoy en desacuerdo. Hay que ser nadie, si quiere uno ante Dios ser todo. Pertenezcas a lo que creas pertenecer. Estás envuelto en una
falacia que pasará factura tarde o temprano.
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