Y a los que predestinó, a éstos también llamó;
y a los que llamó, a éstos también justificó;
y a los que justificó, a éstos también
glorificó. (Romanos 8:30)
Enconadas han sido desde la aparición de las creencias de
Jean Calvin, las contradicciones de estas doctrinas, así como muchas de las que
en oposición se han erogado y multiplicado. El texto arriba escrito es
relevante, pues la conversión nos hace
hijos de Dios y herederos de su gloria.
La predestinación pues, parece estar fundamentada en numerosos textos bíblicos y es, para los calvinistas
extremos, algo inamovible. No lo veo yo así, pues hay
textos que hablan de otra forma. Es natural que unos se acojan a unos textos secos y aislados, y
otros a un contexto, sin el cual la doctrina queda coja e incompleta.
Por ponerte un ejemplo hay un texto que dice: El que
venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su
nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. (Apocalipsis 3:5) Lo
cual da a entender claramente, que podemos ser borrados del Libro de la Vida.
El Evangelio Eterno es todo, sin excepción, beneficio
total para el que lo sigue. Jesús dijo en su momento que: El que ama a padre o
madre más que a mí, no es digno de mí;
el que ama a hijo o hija más que a mí, no
es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. (Mateo 10: 37, 38). ¿Se trata de abandonar a los padres o hermanos haciendo ofensa a las palabras del Señor? De ninguna manera.
Pues la Escritura en numerosos pasajes dice como San Pablo: Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios. Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles;
porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo (1 Timoteo 5)
Pues la Escritura en numerosos pasajes dice como San Pablo: Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios. Manda también estas cosas, para que sean irreprensibles;
porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo (1 Timoteo 5)
No se trata pues de interpretar la Escritura como a cada uno le parece, porque el Señor es vengador de toda ofensa contra los padres. La comprensión, la mansedumbre y el amor es cosa de Dios que lo tiene abundantemente. Está de más decir (y sin embargo lo digo), que hay unas
condiciones para seguir a Jesús. Es cierto que es propio de la naturaleza humana “meter la pata” cada día, pero el esfuerzo de la santificación
diaria es necesario para este seguimiento. Y no es precisamente aborrecer a los padres. Solo amarlos menos que a Dios.
Pienso, y lo digo por responder a tu mensaje, que estas
materias no son par discernir por mi pobre cultura religiosa, sino que hay
personas mucho más formadas, que indican que las obras, una vez perfeccionados
por el Espíritu Santo, son validadas como galardón según se dice en otro lugar:
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se
hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y
la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá
recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él
sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora
en vosotros? (1ª Corintios 3: 11 al 16)
Por supuesto que se puede añadir
mucha materia en una discusión, pero yo me atengo a la doctrina de la Iglesia Cristiana
mucho más segura, puesto que ha sido extraída de los textos por gente mucho más
conocedora y sabia que yo.
AMDG
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