Siendo de condición enamorada,
requiero de tu amor y consistencia,
Saberme
recibido en tu morada,
Aunque
pruebe y abuse tu paciencia.
Abominas
mi loca trayectoria
Sin
control, de mi alma en adulterio,
Consiguiendo
sobrada la victoria,
A pesar
de mi error, y por tu imperio.
No hay modo
Jesús, que me reescribas,
Pues que
soy reluctante a tu cariño,
Ni dejo
que por fin tú me recibas,
Y te deje
regirme como a un niño.
Me
mueves a pesar de que resisto
El amor
que me ofreces con ternura,
Y me opongo
altanero a ti, fiel Cristo,
Siendo
que es tu perdón, mi gran ventura.
Nada
puede doblar mi resistencia,
Si tu poder,
Jesús, no lo consigue
Con tu poder
y severa paciencia,
Que con
tal persistencia me persigue.
Gracias
Señor, por tu santa pasión,
Pues tenaz
por mi propia suficiencia,
Deseaba obtener
mi salvación
Por mi
sola razón e inteligencia.
Necio he
sido Jesús, y he rechazado
Tu amor
que por sincero y desprendido,
A pesar
de mi necio y gran pecado,
Gocé por
fin tu santo amor perdido.
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