Verás querido amigo: no soy un fanático
de nada porque nada en este mundo merece que se fanatice uno y menos... por nada. Fanatizarse
es ir tras una idea, hombre, o cualquier
otra cosa, sin razonar y sin comprobar las consecuencias de tal fijación de
ideas.
Lo que si hago es seguir los consejos y
ordenanzas de Jesús el Cristo de Dios porque me va de maravilla llevarlas a la práctica.
No se trata de una fe ciega, como si los cristianos fuésemos tontos y engañados. Está comprobado que el seguimiento fiel de sus mandamientos, es ley
natural.
Lo que ya no es ley natural son las
burradas que hacemos con nuestros cuerpos y almas, por seguir la corriente del
siglo que es como conoces aparentemente más divertida quizás que las normas antiguas, pero
que nos llevan indefectiblemente a la inseguridad a la lucha y al desasosiego,
y a la perdición. Se está muy a gusto con la conciencia tranquila y el sueño
pacífico
He visto demasiadas esplendidas
personas que por su porte y su gracejo atraían a todos, y después he tenido la
pena de ver que con cincuenta años o menos, se iban para siempre y su final ere
una negra sepultura. Sé que puedes decir que allí vamos todos, pero es muy
distinto ir con una esperanza firme que al azar de la Parca.
Así pues nada de fanatismos, que veo a
mi alrededor a centenares. En personas con las cuales hablas y parece que lo
haces con una pared. Y no solo en gente mediocre, que muchos comentaristas de
programas de mucho fuste, están tan penetrados por el fanatismo que es casi
vergonzoso escucharles. Todo el mundo dice que lucha por la verdad, y lo que
hacen es proyectar sobre los demás sus fobias y resentimientos.
Si te hablo de partidos políticos,
sindicatos, instituciones, no dudarás de que eso esté más manipulado que la
carne de buey con caballo. Todo está contaminado de corrupción y fanatismo.
Solo hay que leer un periódico, y para más y más, lee los comentarios a los artículos
que se escriben en los periódicos. La verdad solo es una, estoy en la
verdad, y sé a quien he creído. Y me va muy bien.
Debes saber claramente, que lamento el
tiempo que he estado alejado de Dios. Solo coseché angustia y despiste, porque
era como un vendado de los ojos tratando de romper a una piñata. Ahora, limpios
mis ojos y mi conciencia por medio de Jesucristo, ya reposo con solo los
pequeños inconvenientes normales de la vida. Por cierto, producidos casi todos
por los fanáticos de la idea.
"Nunca extrañéis
que un bruto
se descuerne luchando por la idea".
A. Machado
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