Colgado del madero, en agonía,
Sujeto por los clavos de su amor,
Lanzando hasta los cielos su clamor
Expira el buen Jesús por mano impía.
Redime del pecado el alma mía
Y yo me constituyo en su deudor,
Amante purifica en su dolor
Mi vida, mi pecado y mi falsía.
Mas no será el dolor interminable,
Pues su vida germina poderosa,
Y emerge de Su Padre esplendorosa.
Venciendo al enemigo, formidable,
En triunfo, resurgido de la fosa,
Todo el poder de Dios en Él reposa.
Sin miedo de la losa,
Mi espíritu se afirma en regia herencia,
Sujeto por los clavos de su amor,
Lanzando hasta los cielos su clamor
Expira el buen Jesús por mano impía.
Redime del pecado el alma mía
Y yo me constituyo en su deudor,
Amante purifica en su dolor
Mi vida, mi pecado y mi falsía.
Mas no será el dolor interminable,
Pues su vida germina poderosa,
Y emerge de Su Padre esplendorosa.
Venciendo al enemigo, formidable,
En triunfo, resurgido de la fosa,
Todo el poder de Dios en Él reposa.
Sin miedo de la losa,
Mi espíritu se afirma en regia herencia,
Y espera
su regreso con paciencia.
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