Juntos, aunque no revueltos
Nos
juntamos en una terraza, para celebrar juntos una “fechoría” de Santi que había
recibido un premio. Naturalmente ¿como no? surgió la siempre esperada pregunta
sobre el fundamentalismo de cada Iglesia cristiana, y la importancia que estaba
cobrando la secularización y el regreso por otra parte a las fuentes primitivas.
Ramón
que es el más sesudo y tranquilo del grupo adujo en la defensa de sus
criterios- es que no se puede creer lo
que no se cree; se puede aceptar tal o
cual dogma, pero creerlo me parece que más de un clérigo de cualquier
observancia, tendría muchos problemas para aceptar algún que otro dogma sin
analizarlo y ponerlo en cuarentena por lo menos.
-El hecho de que no coincidan, aunque sea en
el ritual, hace pensar que tampoco coincidan en otras materias más peliagudas-
dijo Fernando Aguado -Solo creo que cada
cual tiene una distinta forma de ver las cosas, y que supongo que está
condicionado a la forma de vida y de comunión, y a las costumbres de cada lugar-.
-Yo no veo grandes diferencias entre unos y
otros. Todos dicen lo mismo, aunque comprendo que siendo más bien indiferente a estas
cosas de costumbres o de reglas, no capte bien la importancia que cada cual
concede a los procedimientos-
Eso pasa porque cuando se está fuera no se aprecian las diferencias- Es normal, que
los que están dentro de la vida del Evangelio presten mucha atención a los
matices; las pequeñas cosas pueden alterar muchas grandes. Apuntó Juan, que es cristiano, aunque no muy comprometido.
Martín, siempre tan taciturno y tolerante, aportó.-Tengo parientes cercanos y buenos
amigos que aunque no hacen el cumplimiento dominical cristiano, no dejan de ser
gente honesta en su ética y en sus formas de contemplar las relaciones humanas
que al fin y al cabo son las que mayormente dirigen la actividad de una Iglesia-
Estos
corrillos eventuales, permiten comprobar que aunque todos digan lo que quieran
sobre el hecho “religioso”, la mayoría tiene sus opiniones sobre todas estas
cosas espirituales. No son tan indiferentes como aparentan.
De
hecho se ha comprobado que cuando el 11-S con el derribo de las Torres Gemelas
de N.Y., entró mucha más gente en las Iglesias a raíz del terrible atentado. El
hecho espiritual está dentro de cada uno de nosotros. En unos, el Reino, en
otros la inquietud espiritual. En todos trabaja Dios a su manera.
La verdad sea dicha, para los que no estamos muy duchos en los detalles no vemos grandes diferencias. Hay un fondo común a todas que a veces cuesta trabajo delimitar. Un abrazote. Aunque no comente sigo tus post que son muy interesantes.
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