¿Con que agradaré a
Dios si todo es solo viento?
Todo lo material,
duro, venal, y vano
Gente materialista,
entorno negro, enano.
Tú solo, Dios, mi
amor, mi gozo y mi contento.
Ya solo pienso en ti,
¡si eres vital aliento!
¡Me siento tan pequeño
ante tu rostro humano,
Que desciende hasta
hacerse del hombre santo hermano
Y perdona sin fin,
insano pensamiento!
No había justificante
y el hombre era perdido,
Mas tú no lo dudaste,
del hombre hiciste santo,
Y tu misericordia sanara
al afligido.
A salvo en gratitud,
reposo en ti dormido.
Todo el bien tú me
diste, todo en ti es puro encanto,
Y ante tu rostro amado,
adoro agradecido.
Rafael Ángel Marañón
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