Estimado correspondiente: Tengo que
dejar claro para los que me hacen el favor de leerme que para mí la Semana Santa es una rememoración
de la Pasión ,
muerte, y resurrección de Jesús. Soy de tal manera adicto a Jesús, que a pesar
de “mis constantes meteduras de pata”, mi fe en Él no baja ni medio milímetro.
Es que lo que dijo o hizo, está demostrado por milenios.
Por supuesto si dice que el Universo
está regido por un tonto, o un poder ciego, no
tengo nada que discutir con usted.
Cada cual con su forma de pensar, y que cada cual se atenga a las consecuencias.
Yo le expongo rústicos argumentos o impresiones. Juzgue usted lo que realmente le conviene de verdad.
Por mi parte, deseo que todos
encuentren coherencia en La
Creación , y traten de percibir la inteligencia que lo hizo
posible, y la infinitud de
otras obras suyas, que para
nosotros son inalcanzables y de imposible comprensión.
La insistencia en que nada hay que no
pueda ser comprendido por el hombre en su limitadísima estancia y vida, nos da
una fidedigna impresión de nuestra
arrogancia, y el derroche de los dones que hemos recibido.
Por mi parte me limito a obedecer a
Jesús que dijo a los discípulos: Toda potestad me es dada en el cielo y
en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas
que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin
del mundo. (Mateo 28)
Notemos que es un mandato, y no una opción. De los bautismos ya se encargan
curas, pastores y hasta particulares. Prescindo de cualificar esta última práctica
en quien no ha sido preparado para ello, pero lo que sí puede hacer cualquier
cristiano es presentar a Jesucristo como Señor, y al par de guardar lo que mandó, invitar
a otros a hacerlo en orden a su salvación eterna.
Somos todos pecadores perdidos. Los que quieran pueden ser
rescatados por la inagotable misericordia de nuestro Dios y esto es axiomático para
mí. El mundo, (Kosmos) que está gobernado por el maligno, sufre odios, guerras,
miedo al porvenir, etc., cosa que no sucede al verdadero cristiano, que sabe
que sus días están controlados por una fuerza Creadora cuyo poder
no tiene límite, así como su justicia y amor hacia sus criaturas.
Haga lo que quiera, yo me limito a proclamar al Cristo a pesar
de mis caídas (no hay hombre que no peque), sigo mi caminito, y detrás de Jesús
ya encontré la paz y la felicidad que muy pocos hombres disfrutan en este “Valle
de Lágrimas”.
No me inquieta el número de salvados o de seguidores, y hago mi
labor (que no a todos gusta). Lo demás no me corresponde, sino es para llenarme
de orgullo y pedantería. Creo que así está bien, mientras no reciba órdenes de
la “Superioridad”.
AMDG.
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