domingo, 25 de diciembre de 2011

CONSÉRVATE LIMPIO




Consérvate tan limpio que sin tara,
Imites de la abeja su recato,
Que siempre que a beber llega a un regato,
No bebe más que el agua limpia y clara

Si quieres obtener sabiduría,
No quieras obtenerla con violencia,
Más pide a Dios su gracia y su clemencia
Y estudia sin sandez o altanería.

No creas que ya eres rico, si conoces
Que existen abundantes las riquezas,
Si no te pertenecen; son flaquezas
Que te hacen padecer y no son tuyas.

Hay cosas misteriosas que no sabes,
Que son de Dios misterio muy profundo.
No trates de buscar oyendo al mundo,
Y trata de entender los más suaves.

No es piadoso el falaz conocimiento,
Que el mundo te ofrece tan facundo.
Solo Dios desentraña lo profundo
Y da placer, amor, vida y contento.

Si guardas persistente la justicia,
Sabio y limpio te harás sin más quebranto,
Y Dios ciencia dará, con sumo encanto,
E irá su obra haciendo con pericia.

No hagas como muchos ignorantes,
Ni quieras los misterios conocer,
Que no te corresponde a ti saber,
Y déjale al Señor que te quebrante.

sábado, 24 de diciembre de 2011

CON JESÚS


Dondequiera que anide la alegría,
Allí estarás, precioso Redentor,
Si mi vida se torna más sombría
Nunca de ti me faltará el amor.

Aunque ignore que me depara el día,
Y me aceche el peligro alrededor,
Esperaré tu alegre epifanía
Que consuela mi duda y mi temor.

Y seguro en tus brazos amorosos,
Junto al Padre de la divina paz,
Habitaré en parajes abundosos.

Y en la fuerza divina de tu amparo,
Donde alaban los ángeles gozosos,
Andaré por esta tierra sin reparo
.

martes, 20 de diciembre de 2011

RELATILLO DE MI AMIGO QUERIDO ALBERTO BOUTELLIER


Estoy a una semana de la Navidad, y por primera vez en este otoño que termina, he sentido frío. Normal, me dirán: es lo propio de la estación, mas no me refiero al que se mide en grados Celsius, sino al que observo en los ojos de las gentes; no sé si habrá algún medidor capaz de calibrar el frío del que espera y no recibe; frío en los ojos del indigente que confía en la sensibilidad propiciada por las fechas; en los del comerciante, que realiza un esfuerzo excepcional en sus compras en busca de ese coyuntural oasis de la demanda que atenúe su zozobra económica; en aquel que desea estrechar el lazo familiar desatado, congelado durante el año, y solo sustentado por la sangre que circula por sus venas. En los del político, que tras el brillo de eufórica victoria se transforma en hielo acerado, y alterna el pulso tembloroso y firme a la vez, para negar lo prometido. La expresión en el abuelo, que reabre su hogar a hijos pródigos, forzados por la injusticia de intereses bastardos. En la mirada africana con sonrisa de marfil por nuestras calles, que se debate entre un futuro sin esperanza y la nostalgia de un pasado sin retorno. Ojos fríos que se duelen de lo que le falta y no celebra lo que tiene. Ojos anegados que brillan por la tristeza al sentirse agraviados por la sociedad. Ojos que recuerdan las ausencias. Ojos al fin, rendidos, a los que les suena a hueco la rutinaria ¡Feliz Navidad!

viernes, 16 de diciembre de 2011

¿PORQUÉ TANTA DISCREPANCIA?





Cada una de las congregaciones, iglesias, comunidades, y fraternidades, tiene asentada en su doctrina y en sus cultos, una serie de reglas que ellos dicen ser mandamiento del Señor, pero que se oponen entre sí, hasta el punto de excomulgarse unas a otras, y de menoscabarse mutuamente ante el inconverso.

Recordemos de pasada, a las comunidades cristianas estrictas en cosas como no querer poner ojales o botones en la ropa (son una ostentación de lujo para ellos), o no quieren teléfono, o automóvil, o luz eléctrica, etc. El que quiera vivir así está en su derecho y es admirable su tesón y fidelidad a sus reglas, siempre que no trate de imponerlas y como consecuencia lógica ante la reluctancia de otros, despreciarlos y condenarlos.

Los recabitas, no criticaban el que nadie fuera de su clan bebiera o comiera lo que su patriarca les había aconsejado. Simplemente se negaron a ello, pero cuando las circunstancias pusieron en peligro a su comunidad hicieron lo que debían. No se aferraron a sus ordenanzas, porque entendieron que había algunos casos en los que las ordenanzas estaban de más. Después de pasado el peligro, la integridad se impone de nuevo como si tal cosa.

Mas ellos dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos;

Y nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las cosas que nos mandó, de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos ni nuestras hijas; (Jeremías 35: 5-7-8)

O los que se azotan en días señalados (flagelantes) y muchas más clases de extrema observancia que solo a ellos afectan. Decía San Pablo: Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. (Romanos 14,5). Cada cual que actúe según su convicción, que si es salvo o condenado, no lo será por lo que cuaquiera pueda decir de él a Dios, sino por lo que Dios halle en su conciencia.

El dicho de Jesús, de que renunciemos a todo para seguirle a Él, no implica que desamparemos a nadie de los nuestros, porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo. (1ª Timoteo 5:8)

Se trata de que  prescindamos de toda persona o cosa, que estorbe nuestra vocación y llamamiento. Ya tiene la vida suficientes contrariedades, como para expiar nuestros pecados a base de suplicios que no sirven de nada, sino la sangre de Jesucristo.

Solo el mérito de Cristo Jesús, avala nuestra salvación y premio eterno. Nosotros haremos bien, siguiendo sus instrucciones como la que sigue: Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. (Hebreos 13:16).

Según mi experiencia, solo practicando el bien continuamente y recogiendo alguna que otra ingratitud, rechazo, etc., basta, sin necesidad de hacer expiaciones por nuestra cuenta. No tratemos de desvirtuar el sacrificio de Cristo con «añadidos» innecesarios, que tienen visos de querer sustituir el sacrificio de Cristo, o hacerlo menos eficaz.

Estos escritos, pretende situar el tema de los matrimonios en un contexto de comprensión mutua, que no excluye discrepancias, pero que no quiere ser agresivo con los que no compartan las ideas que aporto en él. Solo se trata de comprensión y receptividad de lo bueno de los demás.



miércoles, 14 de diciembre de 2011

LA NECESIDAD DE RECATO



Es ya cosa reconocida, que el porcentaje más abrumador de la sociedad española no quiere ni oír hablar de Jesucristo. Así como suena. Hay otros lugares adonde acudir en vez de  a los de culto, y la gente tiene un brumoso conocimiento (el que lo tiene) sobre esta materia.

Bien es verdad que todos se confiesan cristianos, y con la llegada del Islam ya algunos se atreven a contrastar su ¿fe? con la fe musulmana. Decía un Mullah musulmán, que todos los hombres nacemos musulmanes, porque todos provenimos de Dios. Verdad opinable, pero no debemos olvidar lo que Jesús les dijo a los discípulos que le seguían y escuchaban: No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí... (Juan 14:1)

También hay muchos que siente muy listos y suficientes cuando en realidad, enseguida que una adversidad que a todos se nos presenta a los largo de nuestras vidas, claman culpando a Dios de algo que les acontece. El Cristo de Dios para nuestra salvación, enseñanza y ejemplo, es algunas veces objeto de burla.

Mientras esto no sucede, Dios permanece para muchos en una nube tenue, y en algunos hasta es objeto de vejación y hostilidad. Y no solo es el “pueblo ignorante”, sino la llamada “inteligencia” o “intelectuales” por todos los que, naturalmente, no saben ni donde están de pie.

Una inteligencia cubierta de telarañas que les tapan los ojos a lo que verdaderamente es importante, y que es nada más y nada menos que a vida eterna. Con las fatiguitas que se pasan en esta “perra vida” de envidia escasez, injusticias, crímenes, etc. ¿vale la pena vivirla sin fe y sin esperanza de algo mejor, que elementalmente comprendamos que se le haya ocurrido al que hizo este universo? ¿Acaso es más torpe, que nuestra casi divinizada inteligencia?

Y la gente sigue enfrascada en sus pequeños incidentes, angustias, pobreza, o riqueza que “más cuidados le ofrece” como dice Calderón, el poeta en su “Vida es sueño”: Vivimos como anestesiados por las urgencias de las cosas, y nadie tiene tiempo de nada sino de “salir adelante” en esta sociedad que aparenta ser rica, aunque llena de temores, incertidumbres, y tantas agitaciones como soportamos.

Como dice el poeta Juan de MENA en 1444.

Tus casos falaçes, Fortuna, cantamos,
estados de gentes que giras e trocas;
tus grandes discordias, tus firmezas pocas,
y los qu'en tu rueda quexosos fallamos.


Una vida así ¿Quién la quiere? Estamos hechos para vivir, y por eso no soportamos la idea de la muerte que nos produce pavor con solo mencionarla, siendo como es ineluctablemente algo tan definitivo y cierto. Y sin embargo, esa es la vida que nos toca vivir porque la corrupción se ha apoderado de nosotros, cuanto más nos separamos de Dios y queremos vivir nuestra vida como si la hubiésemos recibido en una tómbola.

Estamos forjando falaces filosofías para acallar a nuestras mentes, que conforme se acercan, por la edad o la enfermedad, al fin de su recorrido, comprobamos qué tan  difícil nos cuesta aceptarla. Y así vivimos, hasta que un día nos damos cuenta de que nuestra presencia ya no interesa aquí, y que otras generaciones nos sustituyen, como nosotros sustituimos a otras ya periclitadas.

Entonces, si nos dejan las apreturas, pensamos que no podemos renunciar a otra esfera de la vida, más pura, más despojada de vicisitudes, y sobre todo, plena de eternidad. Y entonces nos parece la hora de meditar los misterios del Cristo, que nos trajo una esperanza viva, tal como mejor dice el apóstol Pedro, y que dejo al final de este modestito escrito:

Un toquecillo bíblico

Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, (1ª Pedro 1:3)    

martes, 13 de diciembre de 2011

MENSAJE VIEJO A UN AMIGO


PARANOIA CONYUGAL PARTE ll


                      El hecho patológico es una continua situación de trastornos mentales, tanto de manías persecutorias por las que se sienten engañadas u oprimidas, como de actitudes histéricas que ellas tratan de hacer pasar por respuestas «moderadas» a las supuestas agresiones cometidas contra ellas, o a las que ellas «saben» que están preparando los demás para perjudicarlas, y que duran toda la vida de las que las padecen. Y por extensión, en las vidas de los que viven y se mueven en su entorno.

Esta personalidad permanente en todos los casos (es incurable de por vida), es una psicopatía adquirida generalmente de las inculcaciones, de otras y recogidas por las mujeres que, a causa de algún trauma infantil o juvenil, están perpetuamente en posición vulnerable ante quien no les dé la razón en sus extravíos que, al no ser alucinaciones no aparecen claramente. Solo en casos de celos, y otras manifestaciones muy puntuales.

A los que por no vivir en su entorno no padecen su continua gotera de sospechas, recriminaciones, y la clara (para ella) percepción de que está siendo engañada y estafada, les parecerán exageraciones y hasta crueldad lo que cuentan de ella.

 Sean cuales sean las definiciones utilizadas, y que son tan aleatorias como el mismo hecho patológico, se trata siempre de manera uniforme y clara en todo lugar y sociedad, de los mismos síntomas característicos. Así es como ocurren las vicisitudes en el interior de muchas divorciada/os paranoica/os. Vamos a dejar claro desde ahora mismo varias realidades, para despejar el hilo de nuestros razonamientos.

  Hay hombres que son también paranoicos.
  Hay hombres que son malos de toda maldad.
Hay hombres que se comportan como verdaderos brutos en su hogar y en cualquier lugar por donde pasan.
  Hay hombres que abusan de las mujeres de forma inicua.
  Hay hombres de todas clases, que abusan hasta de sus hijos.
  Hay mujeres que también lo hacen, según las estadísticas, tan         frecuentemente como los hombres. De forma más velada y sutil.
Hay mujeres que son tan pervertidas como los varones, y eso      lo sabe cualquiera. 

De modo que, aclarado este extremo de la maldad existente en todo el panorama del abanico humano, tenemos que volver a centrarnos en el tema que nos ocupa.

Nunca se puede decir que la razón la tiene este o aquel, pero es relativamente fácil comprobar que generalmente, las penas las tiene que pasar el varón en el terreno sentimental. Y ya no digamos en el económico. Decir que todo es culpa de los dos es una simpleza. La legislación lo declara clarísimamente.

La persona no es el culpable absoluto, de lo que está ocurriendo en estos momentos en las relaciones de pareja. Es también, la ley que da por bueno que cuando el Sr. Pupas sea echado a la calle, ya no puede ver a sus hijos sino cada quince días.

¿Quien es el cerebrín que se ha inventado semejante dislate, que tanta muerte y desdichas está produciendo? ¿En qué estaba pensando cuando erogó tal espantosa ley? Las «paranoicas» son uniformemente, reconocibles por su «conducta característica». 

Es algo que se percibe tan pronto como se entra en trato con alguna, y se habla con ella sobre cualquier materia. Las represalias preventivas, y la venganza por consumar, son fuente de paranoia activa. Larvada y disimulada, aunque presta a saltar a la menos ocasión.

domingo, 11 de diciembre de 2011

PARANOIA PARTE 1ª CHICAS

 

Enfermedad del alma y de la sociedad.

Uno de los problemas más difíciles de encarar en la vida matrimonial -y que es causa de un porcentaje altísimo de divorcios- es la continua inculcación maliciosa que se les hace a un innumerable contingente de mujeres (en España a casi todas), jóvenes normales que viven su vida tranquila y apacible (con sus altibajos naturales).

A estas se le inculca la especie de que no están sacando el provecho que ellas merecen en un ambiente moderno, que no debe pasar (según la inculcadoras) por ser ama de casa, sino una mujer tipo televisivo que, por lo que ellas dicen, no tiene por qué dar cuenta a nadie de su vida. Y aunque en reducido porcentajes existe como la de los varones que más adelante explicaré.

«Naturalmente esta libertad cuesta cara (le insisten), pero ya nos hemos hecho cargo del tema y hemos conseguido y conseguiremos que el varón, comodón y alegre, se convierta en pieza de caza para nosotras.”

“Para ello hemos establecido bajo fuerte presión con la coartada del feminismo y sus justas reivindicaciones, que las leyes te protejan de todo perjuicio, si de veras te lanzas a esta magnífica aventura de tu total emancipación y compromiso, de la sociedad y la familia.»

Este es, más o menos, el “razonamiento” que se les inculca machaconamente, hasta que la pobre mujer une a las naturales decepciones de cualquier vida, la sensación de que pierde el carro de su vida personal y se pone en marcha adecuadamente aconsejada.

Para obtener esa libertad tan deseada desde dentro, y tan decepcionante en la práctica, destrozan lo que se les ponga por delante (familia, hijos, marido, padres) y se lanzan a ello con fanatismo imparable.

De esta forma adquiere, reforzada por estas decepciones anteriores y posteriores y el continuo machacar de sus colegas, una personalidad paranoica que hace de su vida un martirio constante y una pesadilla, que también hace padecer a todos lo que viven en su entorno. Es la tragedia de la mujer moderna que sucumbirá, quiera o no y según sus convicciones y carácter, antes o después.

Y será bien difícil que se pueda sustraer a estas influencias, debido a su natural predisposición. Todo el mundo tiene sus razones, y esta clase de mujer, tan abundante hoy día, también las tiene. Equivocadas y perniciosas, pero son sus razones, para ella sagradas y perfectamente diseñadas. Razones de ventajista y camorrista.

Es una desdicha para ella y los demás, pero como no es algo tan extraño y es asumido por una sociedad que lo fagocita todo, malo o bueno, continúa funcionando y causando los males que explicamos también a continuación. Males para ellas, para sus familias y para toda la sociedad, que ya se está alarmando de las veleidades que se le imponen sin motivo justo y pertinente.      

Así, esta mujer padece una perturbación del juicio, y/o problemas de aberración de la razón. En la lengua inglesa y concretamente en el diccionario de Webster este término significa: por una parte una psicosis crónica, delirante, sistematizada y sin alucinación, y por otra parte una tendencia natural por parte de estas personas a la sospecha, a la desconfianza y a la megalomanía secreta o manifiesta. Continuará.

sábado, 10 de diciembre de 2011

POLITICA DESNATURALIZADA Y CORRUPTA.


Hablar hoy de política sin saber nada más que lo que vemos en la calle o en los hogares es de una temeridad terrible. Yo voy a decir lo que siento y que Dios reparta suertes. La clase política se ha constituido como ya denunciaba Milovan Jilas en una nueva clase, ávida de grandezas. Una nueva aristocracia arrojada sobre sus prebendas, y ciegamente ávida por disfrutar del dinero público.

Pero nadie dice nada porque como son todos, ni los seguidores de unos y otros dicen nada, porque les parece muy bien que se inflen "los suyos". Es un pueblo despojado de valores, no digo ya cristianos, sino los que de siempre han sido respetados y encumbrados. La honestidad, la honradez, la formalidad y claridad, y el cumplimiento de la palabra dada.

 Utilizando descaradamente los privilegios que les concede la gobernación y convirtiéndolos en un privilegio personal, cada cual se aplica a disfrutar de su situación de la manera que les venga a ellos bien. Una nueva aristocracia se ha generado como si ya no estuviéramos hasta el gorro de aristocracia hereditaria.

Queremos la verdadera aristocracia que es la del mérito y el trabajo, la de la verdadera solidaridad, y no el cuento que tenemos de subvenciones para cualquier porquería que un amigo pida a los influyentes políticos. Es cierto el chascarrillo que decía en una reunión de políticos “ahora que hemos decidido subirnos el sueldo un 30% digamos todos a la vez ¡yuuuupppi!” Para eso si están todos en unanimidad

Ninguno de ellos se despoja de sus influencias, y se dedica a servir  fielmente al Estado que les paga y que les da tales privilegios. Todos hablan de austeridad, reglamentar los beneficios de cada cual, pero ninguno es capaz de decir que se rebaja un 30% en época de crisis. No saben hacer lo recto, dice Yahvé, atesorando rapiña y despojo en sus palacios. (Amos 3:10)

Pienso que los políticos deben ganar sin duda para que se puedan dedicar a resolver problemas que nunca faltan en los países sean de una clase o de otra. De otra forma tendríamos que sufrir una clase política como la que estamos sufriendo, que lleva el país a la ruina, aduciendo como coartada la crisis europea, para tapar los derroches y las arbitrariedades que cometen.

Esta dichosa crisis, que en España ha coincidido con una crisis mundial, por casi las mismas causas en todos, que creían estar viviendo en una Jauja norteña, mientras las gentes del sur mueren como conejos con mixomatosis. Eso está bien, como se decía en la película del Padrino: “los negros como no tienen alma pues si mueren, ¡que mueran”. Y los indios, y los demás que no son los opulentos blancos. Y nos enfadamos si protestan o se rebelan.

Y así se ha montado una infecta aristocracia, o como la llamaba Papini “coprocracia”, que hace tantas burradas, atropellos, y desafueros absurdos, e injusticias de tal magnitud y descaro, que ya la gente no se mueve ni se estremece con ellas, sino que les sirven de diversión o de poder criticar al bando contrario de donde pertenecen ellos. ¡No passsa nada!

Y este es el pueblo que un día como dice Quintana e poeta tedió a todos los vientos sus velas y “todo el mar Atlántico se hallaba sembrado de su gloria y su fortuna”. Ahora es una caterva de desaprensivos que sin moral ni valores, pretende detentar la razón cuando no se merece, sino lo que un pueblo inconsciente, ignorante y cretinizado, le puede dar en caso de darse malas las cosas.

Y padeceremos todos del mismo mal, porque cuando esa peste aprieta nadie está a salvo, nadie quiere a nadie, y nadie se responsabiliza, diciendo cuando piensa en su pecado ¿Qué he hecho? Desdichadamente nadie piensa en su pecado. ¡Lo hacen todos! ¡Supremo argumento!

¿AUTÓMATAS? ¡DE NINGUNA MANERA!




Digamos lo que digamos, es una realidad sangrante de que actuamos como autómatas. Las viñetas que dibujan unos muñecos que bailan dirigidos por hilos en una mano gigante que maneja los movimientos de todos es –y siento decirlo- una realidad experimental.

Y así se producen cientos de ideologías a cada cual más fantasiosa- cuando no perniciosa- que lleva a los hombres y mujeres a un abismo de ignorancia, y que solo estimulan los impulsos naturales de jóvenes y viejos, aunque en direcciones nada benéficos para la salud tanto del cuerpo como del alma.

De ahí las casi infinitas filosofías y criterios de cada persona; al tener mentes cerradas en una realidad circundante de ramplonería, acostumbran su paladar a esas estúpidas corrientes de “pensamiento” corto, miope, y desgarbado, para formar lo que hoy se llama “opinión pública”.

Para comprobar este aserto, solo hay que salir a la calle y evidenciar por una simple conversación los tasadísimos elementos intelectuales que componen la tasadísima cultura de las gentes, su pocas ganas de saber más, como no sean bagatelas y chismes, y su pensamiento derivado de lecturas o corrientes de opinión “boca a boca”.

Esta situación, se me puede decir que es repetitiva desde el principio de los tiempos, y que hombres con criterio y valores morales escasean, aunque en cierto modo estos últimos son los “catalizadores”, sin cuya presencia la humanidad caería más aun en extremos más bajos de cultura y de criterios.

La superstición y la búsqueda de perversiones es la tónica general, porque la estructura del ser humano es perversa por naturaleza, y las perversiones y los sueños que derriben a su gusto las convenciones sociales, son los únicos acicates que realmente los atraen.

Sentimientos como el altruismo, la   compasión, el respeto, son sentimientos instantáneos que se borran ante cualquier otro estímulo por muy débil que sea este. La ramplonería está tan extendida, que se palpa en cualquier ambiente, aunque este aparezca como una pátina de cultura o inquietud intelectual.

Hay que tener asumido que esto seguirá así, porque la elevación del ser humano a su prístina naturaleza, solo llega cuando el Espíritu de Dios entra a formar parte de una naturaleza nueva y el ser humano se transforme, tal como dice tan taxativamente la Escritura:

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.  Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. (Efesios 4: 22 al 26)

La renovación de la mente con principios y valores morales de esta especie, es la que hace hombres y mujeres “especiales”, filántropos, y por el premio esperado (sí, por el premio), hacen sus cosas teniendo en cuenta las orientaciones tan claras y elementales de la Escritura Cristiana. Ama al prójimo, como a ti mismo (Marcos 12:30)  Casi todo lo que quería Jesús, era prácticamente esto.

Es algo elemental, y no hay que devanarse los sesos preguntando a cada paso lo que es bueno y lo que es malo. Simplemente, ama a Dios y al prójimo y siempre acertarás, aunque falsamente parezca como error. Lo que te clasifica es el móvil de tus acciones, y no los resultados, que ya van entremezclados con el proyecto de Dios. Eso ya no es cosa tuya.

jueves, 8 de diciembre de 2011

PAZ, Y DESPUÉS GLORIA



No estoy puesto para defender ninguna forma de pensamiento, porque bastante tengo con proclamar el mío. En la Iglesia Católica, a la que usted denuesta con tan severos epítetos, hay hombres y mujeres como en toda agrupación o ideología de personas. De manera que hay gente que está de acuerdo con el Papa, y gente que no lo está. Si usted no es de ellos no le afecta.

Hay gente que abomina de algunos prelados (hay muchos ejemplos), y gente que al tenerse por católica obedece con limpia conciencia y pasa de juzgar, como dice Pablo: Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor. 1ª Corintios 4:4).

Jesús no es un muñeco para zarandear, o para exhibir cuando queremos aparecer piadosos, o poderosos por medio de la religión. Eso lo hacen también los mafiosos. Jesús es una persona de carne y hueso, determinada por el Padre Creador desde la eternidad, para ser el salvador de los hombres. El verbo hecho carne. (Juan 1:1).

Por tanto lo que usted cree o dice que cree, es lo que yo creo. He militado y estado en todos los lugares donde he captado sinceridad y pasión por las cosas de Dios. Desde los carmelitas en Granada, hasta los cuáqueros en Londres.

Como yo, fallaron; muchos se fueron tras los Baales del mundo, y hasta introdujeron al mundo en sus congregaciones; estas divergen en muchos puntos, que para mí, son cruciales para un perfecto entendimiento de los misterios revelados de Dios. Nada de juzgar, trato solo de comprender, aunque a veces no les entiendo.

Creo, vehementemente, que el corazón del hombre solo lo conoce Dios que penetra en lo más íntimo y Él juzgará, o hará lo que a Él le parezca, en su inmensa justicia y sabiduría. Yo he predicado en muy distintos lugares desde hace ya más de cincuenta años, y sigo creyendo lo mismo que antes he creído.

La experiencia me ha hecho más benévolo para contemplar las cosas de los demás, pero no me hace mella lo que otras personas (la mayoría, bigardos) digan sobre las cosas de Dios.

He leído y releído diversas y acreditadas teologías, de los personajes más notorios en todos los campos del cristianismo. Aparte de excrecencias y exageraciones (algunas dignas del mayor respeto), veo que cada una tiene sus diferencias (algunas muy notables) con las demás.

Lo único que me sorprende (ahora ya no), es la insistencia en sostener estas diferencias, y la agresividad que se emplea contra quien no piensa como cada personaje o personajillo cree

Así que yo no soy nadie, en el terreno de la adhesión o promoción a ninguna forma de doctrina que no sea la que nos dejó Jesús, la cual comprobada por mí mismo a través de muchos años de inquirir en todos los caminos, me encontré con esta maravillosa verdad proclamada por el mismo Jesús . Yo soy el camino… y la verdad… y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6).

Y ante esta realidad comprobada y de tan enormes frutos en mi vida, lo demás, créame, supone algo bueno, pero ante estas afirmaciones resulta secundario o si quiere, tributario de ellas. Que debe de pensar. El conocimiento envanece, pero el amor edifica (1ª Corintios 8:1)

La Revelación de Dios ha venido a nuestras manos a través de la Iglesia. Nos guste o no. Si usted considera que se ha transitado en épocas por malos caminos, eso es cosa de los hombres y nadie es inocente. Ni unos ni otros. Todos tenemos cabras cojas que disimular.

La historia habla, y nadie puede negar lo innegable. Todos han cometido errores desde los principios del cristianismo. Recuerde: Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. (Gálatas 2:10-12)

Si dejamos de preocuparnos por los errores de los demás, y nos afirmamos en las esencias que realmente son las primeras, dejaremos de pelear por las que son subsidiarias, y entonces el auténtico amor de Dios nos unirá en una única dirección; Cristo Jesús. Lo demás, para mí, es cabezonería, y en muchísimos casos, ignorancia testaruda.

AL QUE CIERNE Y AMASA, DE TODO LE PASA



Hoy he tenido que responder a un Email, en el que se me pedía amablemente que dejara de enviarle mis mensajes, porque a la persona que me lo pedía le resultaban intrascendentes o algo así. Como es natural, cada cual puede pensar como quiera. Es cosa de conciencia y de libertad.

Yo sigo mi camino, y de lo mucho que leo (porque es mi “vicio”) hay cosas que me gustan mucho, otras poco, y otras nada; pero no se me ocurre decirle a nadie que son malas o buenas. Muchas de ellas son reflujos de ignaros que se creen que saben, y otras de gente que siempre aporta algo en sus escritos, aunque en algunos aspectos discrepemos.

En mi ya larga vida, he encontrado de todo y de todo he sacado conclusiones, que hoy forman mi carácter (no mi temperamento) y de todas soy deudor. En algunos casos ni abro los mensajes, porque ya presiento su contenido. Tal como harán muchos con los míos.

Como escribo a muchos, sé que habrá por lo menos un ochenta por cien que no los leen, pero yo como el sembrador de la parábola, les sigo enviando hasta que me dicen que los borre de mi agenda de direcciones, cosa que yo procuro hacer en cuanto los recibo, para no olvidarme y sin querer seguirles enviando a los que no lo desean.

Otras veces recibo mensajes de amigos que, al estar interconectados, repiten el mismo mensaje muchas veces; afortunadamente tengo muchos amigos; (Dios se lo pague con creces, porque yo lo agradezco de todo corazón). Leo uno de ellos, y ya los he leído todos que son los mismos. Procuro responder a los que puedo, o contienen algo especial o personal; creo que lo estoy haciendo bien, si no, ni me molestaría.

De vez en cuando, advierto a todos que si no quieren recibirlos que me lo hagan saber, pues tengo más direcciones de las que puedo permitirme enviar y además mi cabeza ya no es la que era por causa de la edad; y muchos me escriben diciendo que les sigan enviando, aunque ya sé de sobra que esos, aunque sea por amistad y cortesía, reciben mis mensajes.

Yo sé que la materia religiosa que toco es muy pesada para muchos, porque entiendo que sobre todo la gente joven suele estar más comprometida con otra temática, para ellos más divertida y amplia dada su edad y la marcha del mundo.

Pero creo firmemente que estas materias deben ser enseñadas y repetidas, ya que la piedad es buena para todo, no solo en el espacio espiritual, sino en el de la vida práctica. Los consejos que damos a nuestros hijos sobre negarse a la droga, a la promiscuidad, y a tantas inmundicias que les acechan y por las cuales nos tienen en vilo, no son ni más ni menos, los mismos que aconseja en Evangelio de Jesucristo, que no quiere que nadie se pierda en la jungla que son las llamadas del mundo secularizado y descreído.

Así es que impasible, me lean muchos, me lean pocos, yo sigo sembrando mi fe en Jesucristo, para que nadie a la hora del juicio (porque habrá juicio), se llame a engaño y recuerde las palabras de la Santa Escritura. Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una gente rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos. (Ezequiel 2:5)

El profeta solo tiene que anunciar los juicios de Dios, y con ello ha terminado su ministerio como dijo San Pablo apóstol en el texto siguiente.

UN TOQUECILLO BÍBLICO

  Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,  que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
   Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.
   He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. (2ª Carta a Timoteo,  4: 1 al 8).