sábado, 9 de abril de 2011

ACERCARME A CRISTO Poema

 

Con profundo temor me así a tu guía,

No siendo sino un sucio y ruin humano,
Cuando yendo a tu lado, del pantano
Del mal, tú me sacabas en franquía.

Y fui con esperanza y alegría;
No solo por temor tomé tu mano,
Y así gané mi santo y buen hermano,
El premio por tu gracia y mi osadía.

Tiempos fueron de angustia y de contienda;
Tozudo, despreciaba tu salud,
Y al fin la he conseguido por tu ofrenda.

Y ahora que anhelo transitar tu senda,
No puedo ya ofrendarte juventud,
Sino solo una floja y parca enmienda.

Sin ceño o reprimenda
Aceptas santo Cristo, mis despojos,
Que limpias por tu amor ante tus ojos

A MI LADO, JESÚS Poema a Jesús



A mi lado Jesús yo te reclamo
Y siempre estás presente en mi recuerdo,
Pues todo cuanto quise por ti pierdo
Y sé cuan raudo acudes cuando llamo.

En la angustia y el ansia me derramo
Y loco en mis suspiros soy más cuerdo,
Mas no quiero cordura si te pierdo,
Que tú sabes muy bien cuanto te amo.

Tú ofreces el buen trigo de tus eras
A mi alma en este mundo turbio y ciego
Y tiernos frutos gozo de tus vegas.

En ti me regocijo y me contento;
Contigo aniquilar quiero mi ego
Y en tierno pecho acallo mi lamento.


GANAR MÁS; CONSUMIR MÁS (1)


No podemos negar que a lo largo de la historia hay y ha habido siempre, ambición, injusticia, despojo, afán de lujo, de riquezas y derroche de bienes y miseria de muchos. Siempre ha habido ricos banqueteadotes, y pobres que apenas podían comer de las migajas que caían de las mesas de estos. Pero es en la época actual cuando contemplamos esta situación de una forma tan descarada, agresiva y aplaudida. Está de moda, y es lugar común en coloquios y en libros que escriben hombres con pátina de sabios, decir que el calvinismo es la causa del capitalismo. Este aserto lleva tras de sí, algo mucho más perverso.
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El descuido, la ignorancia, el prejuicio y la mala y tendenciosa «información» siguen machacando insistentemente a las masas, ignorando que fue un ministro de la católica Francia el que decía a los burgueses «¡Enriqueceos!» Se trataba de François Guizot que pronunció su famoso "enriqueceos", pero no debe olvidarse que la frase no era una simple invitación a participar en un ambiente de negocios más o menos fáciles, sino una alternativa a quienes pretendían la ampliación del cuerpo electoral, mediante la rebaja de la franquicia fijada en la ley electoral.
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Frente a esa petición argumentaba que habría más electores si se conseguía que hubiese más personas que alcanzasen el nivel económico exigido, y la frase completa, no se olvide, fue: "enriqueceos, con el trabajo y el ahorro". Pero es más fácil y popular acusar a la Reforma y al evangelismo, y en España, queda más elegante, ortodoxo, y contenta a todos. Lo que hace la prosperidad es el trabajo y la economía.
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Cuando se tiene razón no duelen prendas y ni que sean católicos ni protestantes ni budistas etc. si una cosa es así, así es. Tratar de ocultar la verdad para promocionar o esconder algo que puede ser indeseado por quien sea no es hacer culto a la verdad. Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad en el caos actual unos por carta de más; otros por carta de menos.
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Rafael Marañón