viernes, 30 de marzo de 2012

DE LEANDROS Y CRISPINES




Recuerdo dos libros que me causaron gran impresión en mi juventud, y que ahora pretendo “endiñar” a mis nietos. Los -Intereses Creados- de Don Jacinto Benavente, y -La Feria de los Discretos- de Don Pío Baroja. Son ya muchos años, y apenas recuerdo algunos episodios de las obras de estos dos gigantes de la literatura premoderna.

 Don Pío trata con su consecuente racismo, la cuestión de un personaje, Quintín, que hace de las suyas en Córdoba, y de donde sale triunfante de los “viles cordobeses”. La ultima frase que recuerdo es ¡Ahí queda eso! Y se va tan campante con el triunfo en la mano el valiente vasco, sobre la “ruindad cordobesa” y andaluza.

Siempre se ha tratado de establecer comparaciones entre los sureños y los norteños. Estos últimos naturalmente, mucho más inteligentes, nobles, y además ingeniosos. Don Pío escapó de España, cuando en la frontera unos soldados franquistas le dejaron pasar con solo conocer el nombre de Don Pío.

Había andaluces que lo conocían de oídas. No quiero pensar, si hubiera habido algunos que le hubiesen leído la racista obra. De seguro, que allí le achicharran a tiros. Pero afortunadamente para él, eran ignorantes de su excelente obra, y le dejaron pasar. Una ventaja de nuestra “estupidez” de andaluces, que a él le vino muy bien.

Y Don Jacinto Benavente en -Los Intereses Creados- -premio Nóbel de Literatura. También crea a los personajes Leandro y Crispín. Leandro es el de los nobles pensamiento, el galán –que hasta eso le acompaña- y Crispín, que es el que maniobrando detrás de Leandro, le procura siempre la comodidad de no tener que entrar en asuntos viles y maniobreros.

Los dos escritores, como es natural casi en todos, se identifican con Quintín y Leandro, los dos galanes fuertes, nobles, apuestos y caballeros, además de ingeniosos e inteligentes. Por supuesto por contraste los demás son “los otros”, estúpidos y bellacos, que nada tienen que hacer ante la grandeza y la inteligencia de sus oponentes.

Y así es siempre España, desde cualquier punto de vista. Solo que la diferencia es el cristal con que se mira. Todos los escritores se sienten Leandro y Quintín, aun a pesar de que no lo deseen deliberadamente. Y la pobre España siempre a mojicones unos con otros, por mor de la superioridad que se atribuyen unos y otros. Y siempre tratándose unos a otros de Crispín, cuando saben que todos ellos, son a la vez las dos personas en ellos mismos.

Todos llevamos en nuestras almas, la dicotomía de ser a la vez villanos y caballeros, según situación o necesidad. El Norte es pretencioso y áspero; el Sur es alegre e indolente. Pero ¿esto es así? No podemos igualar a las gentes de distintas culturas y sensibilidades,

Solo digo que tanto unos como otros son como los bantúes, los alemanes, o los que viven en Nepal. Todos queremos lo mismo. Aquí para finalizar, viene al caso la frase tonta de una canción que casi todos conocemos. ¿Qué será mamá lo que quiere el negro?

Pues lo que todos y todas. Así que menos darnos importancia, y más darnos cuenta que Dios creó al género humano de igual sangre, y que el clima y otros causas, determinan lo que son cada cual.  Y así dice la Santa Escritura: Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. (Eclesiastés 3:11)

Seguirá cualquier día de estos. 

martes, 27 de marzo de 2012



DINERO ¿EN QUE MANOS?

No hay bobada más enorme, que centrar la actividad de la Iglesia de Cristo sobre la beneficencia y nada más. Es sentir de mucha gente. La Iglesia tiene según sus hagiógrafos adversarios, la obligación de ser muy pobre de forma que no se puedan formar grupos y poder hacer tal obra de beneficencia. Que por cierto, nadie hace nada más que ella.

Otro mito es que la gente tiene que ser feliz, previo goce de los actos y adquisiciones, de lo que es la gratificación inmediata de sus objetos o deseos. Se dice que la Iglesia ha de vender sus posesiones y darla a los pobres. Una vez que se acaba el dinero conseguido ¿Qué hacer? Sin medios, la Iglesia no puede lograr nada, según la “acreditada teología” de sus adversarios.

Y hay tantos mitos, que podríamos desgranar aquí toda una suerte de ellos. Uno muy importante y extendido, hasta dentro de la comunidad cristiana es el de la pobreza. Mejor dicho, de la miseria. Creer que la miseria es una preciosa virtud es de una estolidez enorme. Una austeridad, o mejor, una sana morigeración, es buena no solo entre clérigos sino en cada cual. Pero eso es cuestión personal.

Un clérigo gordo puede ser sospechoso de gula, pero no hay porqué estar hambriento y sediento, sin poder hacer bien a nadie. Tal vez nuestro gordito clérigo se “parte el pecho” en su trabajo y en su misión. Y tal vez es gordo por constitución corporal.

San Pablo lo dice corto y bien ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber? (1ª Corintios 9:4) Tal vez quisiéramos a un jerarca de cualquier confesión yendo a lomos de una borriquilla. ¡También hay que ser terco para pensar así!

Vivimos en un mundo donde hay unas necesidades básicas y donde una empresa, por ejemplo, ha de tener tesorería, porque de no contar con ella se pararía, con las pérdidas consiguientes para empresa y trabajadores. La repentización de las ideas, casi nunca es buena.

PENSAR Y ACTUAR


Todo arte, toda idea, todo sentimiento, y más si es bueno, debe ser sometido a rigurosa reflexión, para que pueda dar su fruto racional y no resulte un impulso espontáneo, casi siempre alocado y disparatado. ¡Tantas tonterías se dice sin ton ni son! Y sin tener idea de las dificultades que se presentan, en el ordinario devenir de la Iglesia cristiana.

Esos impulsos para cambiar cosas, son muy bonitos de ponderar ¿a quien no le gustaría quitar el hambre del mundo? Pero hay que pensar con qué, y como se podrá hacer. Bien pensado y analizado, ya no resulta tan fácil como se especulaba con tan buena intención.

El ser humano quiere tener las cosas que le permitan tener el ingenio de la raza, y disfrutar de un buen pasar. Los ambiciosos, los insensatos, y los débiles, siempre existirán entre nosotros. Los pobres como consecuencia. Todos ellos, unidos a nuestra propia desidia, producen las barbaridades que ocurren en el mundo.

Otra cosa es el uso que se haga de los bienes que el hombre sea capaz de sacarle a la tierra y a su ingenio. Una planta nuclear puede servir para producir electricidad en abundancia o para crear combustible de un artefacto capaz de volar una ciudad entera. La historia lo demuestra.

Es por eso, que una pistola no vale nada descargada y en su funda, si no es manejada por una persona que la emplea para buenos o malos resultados. Así que no es la pistola la que es peligrosa sino las manos de quien la manipula. De igual manera el dinero sirve para bien o para mal, según quien sea el propietario o el que lo maneje. Es muy buen servidor, pero muy mal amo.

Termino diciendo, que aceptar la Revelación cristiana simpatizando con ella, y a la vez indolentemente dudando, no es aceptar sino una forma más o menos decente de vivir (que también). Solo la introducción de todo nuestro ser en el misterio, y dejando que el misterio se apodere de nosotros, es cuando este se hará vivo y de un valor espiritual que el hombre que fluctúa no calibrará jamás, y por ello no lo disfrutará tal como es.


AMDG.


lunes, 26 de marzo de 2012

SIN OTRO MEDIO QUE LA PROPIA INTELIGENCIA HUMANA




Platón

Muchos se preguntan: ¿Qué clase de vida es esta que no permite que un hombre que viva en España, nunca pueda visitar todos los distintos panoramas del mundo, y sabe que no lo logrará jamás.

¿Para esto vivo? ¿Para comer (el que pueda), defecar, y vivir confinado en su lugar, sin poder abarcar todas las facetas que ofrece un Universo increíble, que es inabarcable, en una minúscula nave llamada Tierra.

Y para más dificultad de comprensión, ¿Qué hacemos en un pequeñísimo planeta que flota en el espacio, entre trillones de cuerpos que siguen su trayectoria que les ha sido marcada? ¿Nadie nos ha puesto aquí? ¿Somos residuos de gases cuando se formaba el Universo?

¿Con inteligencia y razón? ¿Usted ha visto el esqueleto de un cuerpo humano o animal? Sí ¿y que le parece? ¿Por casualidad o necesidad, como afirmaba Jacques Monod? Porque todo lo que existe se ha hecho por fuerza exterior, y no se ha auto creado. Usted me habla de que le pruebe. ¡Demuéstreme usted a mí!

¿Qué somos, granos de arena o la inteligencia que tenemos nos ha sido dada por un misterioso “agente” que en realidad desconocemos, pero que nos ha situado precisamente aquí? ¿Para qué? Para que pasemos como un mineral o sirvamos a la materia para sacar de ella unos goces que para millones están prohibidos? Eso no casa con mi razón, ni mi pobre cacumen, ni con inteligencia alguna.

¿Para qué tanta inmensidad del Universo, si somos una gota de agua en un inmenso océano de cuerpos celestes, que en nuestro pensamiento nos parece que son poco menos que superfluos? Eso me lo tendrán que explicar los “sabios que tanto piensan y piensan para venir a dar en el “Cristo Cósmico” de que hablaba Pierre Teilhard de Chardin.

Que pintamos aquí unos seres blandos, falibles hasta lo más mínimo detalle, blandos, y solos en una inmensidad intolerable si la contemplamos desde un punto de vista materialista. Solo somos seres dejados caer en el planeta, y abandonados a nuestra suerte.

Sería una imbecilidad y un desencanto, si no fuese por la trascendencia que esperamos de una inteligencia que no hace nada porque sí. Y cuando morimos nos volvemos polvo y gusanos. ¡Pues vaya panorama que nos ofrecen!

Creo que esta inteligencia que los cristianos llamamos Dios, tiene pensada otra muy distinta cosa de lo que nos quieren vender los marxistas y materialistas. De ser como ellos dicen ya se podrían quedar con todo, que yo me apeaba de este barquito, y tomaba el camino que según ellos tenemos todos que tomar. Y cualquier persona inteligente y libre.

De ser así ¿para que luchar por un partido, una idea, una panacea, una sociedad de autómatas que de dejarse llevar por ellos serían poco menos que un androide sin la inteligencia artificial de estos, y sin su impasibilidad ante el dolor. O sea, que nada de eso es de tomar. ¡Quédenselo para ellos!

No creo que nadie se trague tanta bobada, por más que los predicadores de esta nos digan, que es el “no va más de la felicidad” que alcanzarán “nuestros descendientes” si hacemos lo que ellos quieren y nos sacrificamos por un ideal que nunca alcanzaremos? Los dirigentes sí, porque ellos sirven al Pueblo, que da la casualidad de que el Pueblo son los que les siguen.


UTOPÍA MARXISTA


                        Thomas Moore
Estimado: gracias por su mensaje, con muchas preguntas y argumentos que para mí no tienen mucho valor, porque se fundamente en una búsqueda de una utopía que desconoce totalmente la condición humana. Solo por este elemento de discusión, creo que está errada desde la base y más bien desde la primera palabra.

Ya Thomas Moore en su “Utopía” pretendía un lugar apartado (una isla) en la que todos eran buenos, benéficos, y nadie padecía de sentimientos casi irresistibles y no alentaba deseos y codicias, y por lo tanto todo lo que se hiciera era bueno sin fisuras. Esa no es la Utopía cristiana. Jesús sabía la condición humana como nadie, y por ello era tan proclive al perdón. Porque conocía sobradamente nuestra flaqueza.

Los marxistas tienen razón en que “la religión es el opio del pueblo”. Primer aserto que se cae en cuanto se profundiza y se demuestra, que la religión es por el contrario la felicidad y la alegría del pueblo, que sabe que sus mentores y protectores de esa clase de idearios,no conocen una papa de todo lo que dicen, y que sus teorías fallan desde la misma base.

Veamos ¿desde cuando la creencia de la existencia de un ser superior llamado Espíritu de lo que sea es opio para nadie. ¿No es más bien opio las miles de ideologías con sus variantes las que han hecho del pueblo prácticamente un pelele? ¿Que se pretende que todos seamos iguales? Una bella chica no es igual que un viejo quisquilloso como yo.

Y esto solo con decirle que todo es bueno, y que cualquier cosa que se haga sea buena o mala, se puede hacer siempre que sea a favor de la ideología? (religión impuesta por los jerarcas). El ser humano queda convertido en una hormiga que trabaja instintivamente para el hormiguero, sin saber nada más que al fin tiene que morir. ¡Pues vaya negociete!

Hay muchos que indebidamente enseñados, o desengañados por su discrepancia sobre la misión de la Iglesia, han fundado religiones (hablando solo de las cristianas) fraternidades, conventículos, y criticando a la Iglesia católica por lo del Palacio Vaticano, erigen otras comunidades a las que atribuyen la complacencia de Dios y construyen sus propios vaticanitos.

Bien es verdad que muchas de las denominaciones que se crean cada vez que a alguien se le ocurre fundar una, se expanden en medio de la mediocridad, y las fluctuaciones de humor de los dirigentes. Dicen ser todos de un mismo sentir, pero no consiguen formar una asociación única que dé satisfacción a las distintas mentalidades.

La unidad no se realiza y andan con sus muchas o pocas luces, detrás de un misterio que no pueden descifrar, porque no pueden desde la inteligencia humana, discernir el misterios de la salvación de la raza perdida y angustiada. Sola en un espacio casi infinito e inalcanzable. Inermes y débiles tenemos menos porvenir que un animal. El camino de Cristo supera todas y cada una de estas mentalidades a muchas millas de distancia.

DIOS HASTA EN LOS POSTRES

 




Existe entre los llamados intelectuales un prurito de escuchar la palabra Dios por todos los lugares donde los más majaderos fingen que Dios les dice que hagan esto o aquello. Palabreros y farsantes.

Entre los candidatos republicanos existen muchos que invocan a Dios, y unos son mormones, otros del Opus Dei, y los más son presbiterianos, etc. Muchos críticos se oponen de plano a que se invoque el nombre de Dios, porque estiman que la política no tiene nada que ven con la religión. Bueno, es su pensamiento.

Yo creo que en España, sin ir más lejos, se ha demostrado que la religión tiene mucho que ver con la política. Y creo que hasta son materias imposibles de separar. Por ejemplo en los países musulmanes la política va encadenada con la religión de tal manera que es imposible desligar la una de la otra.

En Europa creen que la Torre de Babel, Sodoma y Gomorra, se han inventado hace unos pocos años. Ya en el medioevo, según Ortega, los jóvenes y menos jóvenes, practicaban más o menos abiertamente la fornicación, pero era de otro muy distinto modo.

Las actuales y retorcidas técnicas sexuales, no se habían inventado, aunque algo se sabía de ellas, y normalmente en capas de población de renta alta y ocio suficiente. Son dígase lo que se diga, aberraciones sexuales, traídos por el ocio, la curiosidad, y el hartazgo, aunque algunos digan que es peor lo que se llama el “uso garañón de la paternidad” por aburrida y vulgar.

A veces bastaba un pajar apartado, y no de la manera tan genérica y promiscua como ahora, en que parece haberse inventado el sexo ambiguo. Bastaba la fuerte atracción y el deseo de satisfacerla, pero de ninguna manera de la forma mórbida como se busca ahora entre los descreídos.

La religión mal concebida es política por su influencia en las pautas de la vida de los pueblos, y la política está al servicio de la religión o no es política. Está llamada a fracasar, antes o después, si pretende extirpar las ancestrales formas de creer de los pueblos, sin sustitución alguna. Siempre parece ser que se sustituye por una ideología, que al fin y al cabo es una nueva religión.

Si extirpas una religión, has de inventar otra que la sustituya. El ser humano es deísta, porque sabe que hay mil cosas que no comprende. Se va a Dios y allí se encuentra ubicado de cualquier forma como lo conciba.

El Dios de las aztecas o el Tengri de los mongoles, o los dioses del panteón griego, romano, egipcio, etc., son clara evidencia de que al ser humano no se le puede despojar de lo trascendente. Ha nacido, y tiene que saber porqué. Existe y sabe que es por algo. La respuesta no se la proporcionan los sabios. La religión le da pautas para ello, por muy desviada que sea. Hasta el Big Bang les parece creíble.

El cristianismo ha descubierto con la Revelación los misterios que se forjan en el pensamiento de la inteligencia que llamamos Dios. Jesús merece todo el crédito y los resultados de su doctrina y su influencia tanto en el orden moral como en el de convivencia “política” demuestra su efectividad. Como todo lo que cae en manos humanas sufre abusos y desviaciones pero la verdad permanece.

               Su influencia ha crecido enormemente y los más sabios y conocedores terminan demostrándose a sí mismos al final de sus elucubraciones y descubrimientos que la doctrina de Jesús es la perfecta estructuración del pensamiento de forma inacabable.

              Es lo que San Pablo decía: Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.  
Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. (1ª corintios 10:10 y 12)

AMDG.


sábado, 24 de marzo de 2012

FE ELEMENTAL, MALAMENTE EXPLICADA (1)

                                

Estimado amigo: me parece bien lo que me escribe desde su punto de vista. La verdad no tiene punto de vista sino que es o no es. Puede haber razones más o menos válidas desde  perspectivas distintas, aunque eso no cambia la verdad sino el ángulo de mira.


Es por eso que me extraña que me hable usted de asuntos que están sobradamente discutidos y determinados por teólogos, sabios, filósofos, y sobre todo por la realidad que nos circunda. Usted puede decirme que la fuerza que mueve los planetas y los microbios se llama evolución, Dios o Manolo.


Le doy a elegir, pero es algo tan notorio, que decirse ateo es algo así como decir que no se tiene cabeza. Que usted hace lo que hace, sin ton ni son, cree lo que cree, y sabe el porqué un litro de lejía no es lo mismo, que un litro de leche, y que un trapo mojado no sabe, lo mismo que una tarta de fresas. Está a la vista y sus efectos son visibles.


Usted puede no creer en el Dios que le presentamos los cristianos con tan poca destreza y tan menguada fortuna, pero en su fuero interno usted es deísta. Si así no fuera usted no me escribiría. Y desde luego esa agresividad por no llamarle saña no se debe a que no cree. Sin duda es porque cree, y se rebela contra la inexorabilidad de la voluntad de Dios.


Por otra parte no me diría los desatinos que me plantea, que son, sin duda y por lo que puedo colegir, restos de una ojeriza que le viene de Dios sabe donde. Ya ve que yo siempre echo mano a Dios. Es que es lo único que hay coherente con el Cosmos en que vivimos.


La Iglesia cristiana de cualquier clase que sea es teóricamente obediente a los mandatos y a la “filosofía” de Jesús de Nazaret. Yo creo en Dios, como suprema inteligencia que crea y gobierna el Universo. Lo demás es retórica. Lease usted Un librito "La cuenta regresiva" o el del P. Loring "Para Salvarte", y ahí encontrará usted evidencias y argumentos de autoridad para su paz y conocimiento.


PAN DEL CIELO





Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
(Romanos 5:8).

El pan que nos da Dios de comer, ya no es el maná del desierto, sino el verdadero Pan del Cielo (Cristo) que alimenta nuestra vida integral, y no solo nuestros cuerpos. Es la fuente de agua viva, que no dudó en su infinita angustia, entregarse a la voluntad de su Padre, el Dios Creador y Sostenedor.

Aquello implicaba sufrimiento; humillación aun más terrible, que la que significaba descender del seno de su Padre y abajarse a hacerse humano. Todo lo soportó: Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su propio camino; mas Yahvé cargó en él el pecado de todos nosotros. (Isaías 53).

Así pues, comprobamos que el Evangelio es recibido con más alegría por los pecadores que se reconocen perdidos, y contemplan como Jesús le saca de su atolladero en que sufrían y gemían en su alma, y les ha dado un horizonte nuevo y una nueva vida por toda una eternidad. Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:8).

Lo que se creen justos, fían más de su propia justicia que del amor de Dios, que incondicionalmente nos da la vida, y nos indica el buen camino para nuestra dicha. Dice el apóstol: Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. (Santiago 1:5).

Dios no hace las cosas a medias, porque eso no va con su grandeza. Si perdona, es que ha perdonado para siempre. No hay alma contrita que yendo a Dios con arrepentimiento, no encuentre una amnistía total y eterna. Los pecados han sido borrados para siempre. Ese es el estilo de Dios, y el que corresponde a una tan grande sabiduría, amor y poder.

El Evangelio no es una ley antigua, actualizada y mejorada, o un medio de salvación por buenas obras (las cuales son imprescindibles y consecuentes), pero más clemente que la Ley antigua. Es por este concepto, por lo que hay confusión en conocer a las personas por la cuales murió Cristo.

Tal como el fariseo que oraba, ellos creen que el Evangelio de Jesús, es solo para personas muy morales, y de vida recatada y sobria. ¿Es malo eso? se pueden preguntar algunos. No se trata de que menospreciemos las virtudes ciudadanas y personales de gentes que, por una u otra razón o ideario más o menos correcto, se portan con mayor justicia que el común de las gentes

De lo que se trata, es de que no es una cuestión abstrusa y escondida, solo para teólogos y gentes instruidas en los misterios de Dios, sino para los que ignorantes, descuidados o pervertidos “necesitan angustiosamente” la salvación, pues están absolutamente perdidos.

viernes, 23 de marzo de 2012

SANOS Y ENFERMOS




Al oír esto Jesús, les dijo:
 Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
No he venido a llamar a justos,
 Sino a pecadores al arrepentimiento.
(Marcos 2:17).
 
 
Los principios más elementales el evangelio llegan, a veces a las gentes (y más si son sencillas), más efectivamente que las grandes predicaciones. También es cierto que debemos emplear toda nuestra capacidad expresiva, para exponer dignamente el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. ¿Tenemos una capacidad? ¡Pongámosla al servicio de Evangelio!

Hay veces en que por la causa que sea, una sola frase, un aporte bíblico a tiempo, una acción como al desgaire, hacen enorme impresión entre los que andan perdidos. Es también muy cierto que preferimos hablar en grandes foros, más que en pequeñas entrevistas o conversaciones improvisadas.

Jesús habló ante grandes multitudes (sin micrófono), y también ante personas particulares, y algunas veces en secreto. Él nunca rehusó dar su parecer en cualquier cuestión que se le presentó, y supo inhibirse cuando lo que había que dilucidar no era cuestión espiritual, añadiendo a continuación la recta posición que procedía, en aquel momento y argumento propuesto.

Ante una petición irrazonable supo contestar de forma magistral, como correspondía a su sapiencia de hijo de Dios: Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. (Lucas 12:13).

Tal es la fuerza (dynamis), del evangelio como verdad de Dios y potencia de Dios. Solo unas gotitas del maravilloso elixir de la gloria, y hombres recios y anteriormente brutales, salen de su estado y se entregan a Cristo de forma irreversible y sin condiciones. Es sorprendente comprobar los muchos hombres nuevos que sabe hacer el Espíritu, con unas dosis muy pequeñitas de Gracia Divina.

Jesús trajo un objetivo a la tierra, que había sido preparado y diseñado hasta el último detalle por el Padre. Para Jesús se trataba solo de hacer exactamente lo que el padre le hablaba. Él nunca dudó de que lo que su Padre ordenaba, era lo que convenía al bien de los humanos.

No trató de averiguar ni mucho menos cuestionar, los propósitos que solo el Padre en su potestad había determinado. Solo hizo, lo que es ejemplo para todos nosotros. Entrar en la voluntad de Dios. A toda costa. Solo haciendo eso es como también nosotros, los que le amamos, adquirimos poder para poder testificar con eficacia y poder. Él lo hizo y la cosecha ha sido inmensa.

Ya lo decía la profecía: Yahvé quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Yahvé será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. (Isaías 53).