sábado, 30 de abril de 2011

SOLEDAD ENTRE HOMBRES Y COMPAÑÍA DE DIOS



 

Por más que lo pienso no logro saber a veces cual es mi cometido en el escaso tiempo que me queda sobre esta tierra bendita de Dios. A veces la casi nula comprensión de mis escritos por parte de mis lectores y por otra la abundancia de escritos en Internet y la confusión reinante en las interpretaciones y traducciones me hacen preguntarme que es lo que hago en el maremágnum de escritores a los que la facilidad de escribir en Internet nos proporciona la ocasión de expresar nuestras opiniones más o menos razonables.

No obstante como soy más bien obstinado y al pedir al Espíritu que me muestre cual es el propósito claro para mí, la realidad es que algunas veces ando confuso sobre cual es mi llamamiento y misión determinada para mí por el Espíritu de Cristo. No es que no tenga claro lo que tengo que hacer, sino que a veces me acuso a mí mismo de hacer las cosas, no en obediencia, sino por mi propio gusto o facultades.

Realmente la actual situación de corrupción generalizada me arrolla, y me hace pensar que soy mejor que otros, cuando lo que realmente mentalizo es que somos todos gente corrompida por el entorno, lo que hace más concreta y real las palabras de Jesús: Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. (1 Juan :19).

Bien; palabras incontestables, si se cree en la exacta  veracidad de los escritos evangélicos. Ahora miro a mi alrededor, y sin querer ser mejor que nadie, observo que hay una división incontrolable de las iglesias evangélicas, una desconfianza entre las iglesias institucionales, y una maraña de teólogos y teologuillos que pretenden que todo sea distinto de cómo es como si la Iglesia de Dios tuviese otro objetivo confiado, que proclamar la resurrección de Cristo, y la posibilidad de salvación para todos los que en él Creen.

Muchos, meritorios, que denuncian los sucesos reales, y casos como de los que dentro de la Iglesia, proponen que no existe infierno y que se salvan todos los hombres. Niegan la resurrección de Jesucristo en la mejor línea súper laica, y trazan para la Iglesia cristiana (y aquí me refiero a las que hacen centro de su culto y acción a Jesucristo como hijo de Dios y segunda persona de la Trinidad) unas lineas de conducción y "formato" distinto, según las apetencias de cada cual.

Reconozco, que cada cual tiene una visión distinta sobre los misterios cristianos, y sobre todo en el culto y en la significación de los llamados sacramentos. Pero hay algo que hay que conservar, y es la verdad y la paz. No por mucho gritar, se tiene razón. Por el contrario los gritos significan casi siempre que no se tiene razón, y que se pretenden imponer razones o lo que ha sido llamado desde antes “razonadas sinrazones”.

Yo sé muy bien en quien he creído, pero por escribir glosas y cantos a María, la madre de Jesús, con reverencia y admiración, he recibido el más repugnante rechazo de los que yo creía que eran personas desprendidas de sectarismo, y podía esperar de ellas comprensión, ánimo o por lo menos calor y amistad. Si la amistad está condicionada a la renuncia a mis más caros principios, pueden quedarse todos, “tirios y troyanos”, con sus creencias (que no fe), y desde luego me han enseñado mucho sobre la condición humana, por lo que doy gracias a Dios por ello.

Gracias al Dios bendito, y a su misericordia para conmigo, por darme la humildad de darme cuenta de cómo somos realmente los pobres seres humanos, (yo incluido naturalmente), y la necesidad que tenemos todos de la misericordia de Dios, y de la sangre de Jesucristo. Lo demás es solo paja. Yo creo que la Iglesia es como se dice en la Escritura: ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. (Carta de San Pablo a los romanos 14:4)

Yo solo confío en mi Señor, y me basta con su amor. El de los demás, si es por Cristo, excelente, si es amor humano o discrepancia se lo pueden guardar si lo desean. Yo vivo de otro manjar más saludable y abundante. Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos. (Romanos 11:32). En ello confío.

Rafael Marañón 30 de abril 2011.        

EL VERDADERO EVANGELIO




Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo,
tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar
cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios;
y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche,
y no de alimento sólido.
Y todo aquel que participa de la leche es inexperto
en la palabra de justicia, porque es niño; (Hebreos 5:12,13).

Estas palabras del apóstol resumen la situación de muchas congregaciones en las que, la falta de atención o la macilenta forma de enseñar, produce cristianos tibios y deseosos de que se les enseñen siempre las mismas cosas secundarias, por falta del deseo de crecer sin cesar en la vida de Jesucristo.

Es lamentable, por no decir más, el estado de algunas congregaciones, viviendo con los pies puestos uno en cada orilla del río de la vida. Uno puesto en una orilla (la del mundo) y otro en la otra del Evangelio en su (para ellos) cómoda posición. Y en esta tesitura, se impone cada día dejar bien establecido lo que hay que hacer, para el crecimiento espiritual que dé grandeza y eficacia a nuestra fe.

Ante todo hay que volver a los principios vitales, pues quizás por exceso de materia se olvida lo que es principal, y se tornan el discurso y la praxis en divagaciones sobre unos elementos de enseñanza, totalmente desmarcados de lo que es la primigenia forma de conducirse de la Iglesia y los cristianos. Y lo que es peor, en envidias y celos unas con otras, lo que trae animosidad y desprecio entre congregaciones "cristianas".

Ante todo, hay que establecer que los llamados Evangelios deberían denominarse escritos evangélicos, para que no se confunda con el Evangelio que es solo uno. Los distintos escritos de los apóstoles son partes todas importantes de lo que se dejó escrito sobre Jesús y su doctrina. El Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, es el simple anuncio de que Dios ama a todas sus criaturas y desea para ellos la vida eterna.

La salvación procede de Dios, y no de los esfuerzos de las criaturas de hacerse un nombre aceptable para Dios, mediante esfuerzos y méritos. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16). Ese es el Evangelio de la Gracia de Dios para con los hombres. Procede de su amor y termina en su amor. Nada del Hombre; todo de Dios.

Solo Jesucristo, y la aceptación de su anuncio y su doctrina para una correcta praxis en esta vida son eficaces, y no la simple confianza sin vida real, o la serie de méritos que a veces arrogantemente nos atribuimos; todo desemboca, se quiera o no, en la trascendencia eterna. Unos para vida eterna, otros reprobados: los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, (2 Tesalonicenses 1:9). Espantosa perspectiva.

San Pablo llega a decir con verdad: en cuanto a la justicia que es en la ley, soy irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte.

Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida, por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo (Filipenses 3: 6 al 10).

Pablo deja establecido el orden de las cosas en la relación con Cristo. Es simplemente tener todo como pérdida, si no nos lleva a la perfección cristiana, que no es escuela de méritos, que también tendrán su justa recompensa; dejar que Él se posesione de nuestro ser, de tal manera que todas las cosas nos parezcan insignificantes en relación con el Evangelio de la Gracia de Dios, para con los que pensamos en su nombre.

jueves, 28 de abril de 2011

ESCRIBIENTES Y ESCRITORES



Para dialogar
Preguntad primero
Después escuchar.
D. Antonio Machado

Hay inmensas cantidades de blogs, que cualquiera con alguna práctica (de la que yo carezco), puede hacer y lanzar en la red Internet. De tal manera que muchos amigos no muy versados en estas controversias, me preguntan si no me mareo con tanto leer a unos y a otros. Porque me dicen que todos están ansiosos por escribir, pero leer nadie lo hace. Solo en los comentarios a los asuntos menores, como fútbol y afines, se vuelcan cada uno con sus argumentaciones… o insultos.
Y esto no solo en naderías sino en asuntos espirituales en los que como dice San Pablo: Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman. Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente. (1ª Timoteo 5 al 8)

Todo el mundo quiere que se le lea, pero nadie lee lo de los demás. Y naturalmente, forcejean sin saber por qué lo hacen, ni en que lectura apriorística basan sus aportaciones o conclusiones. Además cada cual vierte en la pantalla su opinión (lo cual no es malo en sí), pero nadie se para a pensar lo que dice. Escribir para evangelizar, y más si a la vez se hace para enlazar las cosas espirituales con la condición humana general en la sociedad, conlleva a que se quede uno más solo que un pez en el desierto.

Cuando pretendes en los comentarios a los artículos, poner algo de dulzura a los que tan desaforadamente se muestran unos contra otros, o te dicen fanático o te dicen liberal. Unos tienen mucho interés en que vaya mucha gente al infierno; otros por el contrario dicen que el infierno es algo que repugna a la bondad de Dios. Y añaden de tirón: yo no quiero un Dios así. De manera que o estamos en contra (sin desearlo) o hay que servirles un Dios a la medida de cada cual.

A mí, personalmente, me gustaría que la gente más que de escribir mucho, se ocupara de analizar sus móviles o motivaciones sin subterfugios o salirse del tema. No lo hacen… o no lo hacemos, y así se parecen estas camorras a las discusiones que se reflejan en la Santa Escritura con respecto a Jesús. Unos decían que sí… otros decían que no. No hay nada más que leer los apartados de los periódicos  que tratan  o están dedicados a la religión.

A muchos nos gustaría dejar el asunto, y que otros (hay muchos) se ocupen de estas cosas; aunque hay algo que nos hace volver a la carga, conociendo nuestra condición ante Dios: Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. (1ª Pedro 2:9).

Con toda seguridad, si proclamamos a Jesús como el único camino a Dios, estamos (sin desearlo ni mucho menos), ofendiendo a otros que creen cosa distinta. Parece ser que esta situación no va a cambiar, mientras estemos proclamando algo que siempre molesta a todos (y siento decirlo), hasta a la gran mayoría de los que se proclaman cristianos.

Rafael Marañón 28 de Abril de 2011.

Hambre de Dios



Para dialogar
Preguntad primero
Después escuchar.
D. Antonio Machado

Hay inmensas cantidades de blogs, que cualquiera con alguna práctica (de la que yo carezco), puede hacer y lanzar en la red Internet. De tal manera que muchos amigos no muy versados en estas controversias, me preguntan si no me mareo con tanto leer a unos y a otros. Porque me dicen que todos están ansiosos por escribir, pero leer nadie lo hace. Solo en los comentarios a los asuntos menores, como fútbol y afines, se vuelcan cada uno con sus argumentaciones… o insultos.

Y esto no solo en naderías sino en asuntos espirituales en los que como dice San Pablo: Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman. Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente. (1ª Timoteo 5 al 8)

Todo el mundo quiere que se le lea, pero nadie lee lo de los demás. Y naturalmente, forcejean sin saber por qué lo hacen, ni en que lectura apriorística basan sus aportaciones o conclusiones. Además cada cual vierte en la pantalla su opinión (lo cual no es malo en sí), pero nadie se para a pensar lo que dice. Escribir para evangelizar, y más si a la vez se hace para enlazar las cosas espirituales con la condición humana general en la sociedad, conlleva a que se quede uno más solo que un pez en el desierto.

Cuando pretendes en los comentarios a los artículos, poner algo de dulzura a los que tan desaforadamente se muestran unos contra otros, o te dicen fanático o te dicen liberal. Unos tienen mucho interés en que vaya mucha gente al infierno; otros por el contrario dicen que el infierno es algo que repugna a la bondad de Dios. Y añaden de tirón: yo no quiero un Dios así. De manera que o estamos en contra (sin desearlo) o hay que servirles un Dios a la medida de cada cual.

A mí, personalmente, me gustaría que la gente más que de escribir mucho, se ocupara de analizar sus móviles o motivaciones sin subterfugios o salirse del tema. No lo hacen… o no lo hacemos, y así se parecen estas camorras a las discusiones que se reflejan en la Santa Escritura con respecto a Jesús. Unos decían que sí… otros decían que no. No hay nada más que leer los apartados de los periódicos  que tratan  o están dedicados a la religión.

A muchos nos gustaría dejar el asunto, y que otros (hay muchos) se ocupen de estas cosas; aunque hay algo que nos hace volver a la carga, conociendo nuestra condición ante Dios: Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. (1ª Pedro 2:9).

Con toda seguridad, si proclamamos a Jesús como el único camino a Dios, estamos (sin desearlo ni mucho menos), ofendiendo a otros que creen cosa distinta. Parece ser que esta situación no va a cambiar, mientras estemos proclamando algo que siempre molesta a todos (y siento decirlo), hasta a la gran mayoría de los que se proclaman cristianos.

Rafael Marañón 28 de Abril de 2011.


miércoles, 27 de abril de 2011

SEDUCIDO Y ELEVADO



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Me sedujiste, ¡oh Yahvé!, y fui seducido;
más fuerte fuiste que yo, y me venciste;
cada día he sido escarnecido,
cada cual se burla de mí.
Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito:
Violencia y destrucción;
porque la palabra de Jehová me ha sido
para afrenta y escarnio cada día.
Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre;
no obstante, había en mi corazón
como un fuego ardiente metido en mis huesos;
traté de sufrirlo, y no pude.
(Jeremías 20:7, 8, 9)
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Una vez que el hombre después de haber probado con todas las puertas a su alcance para salir de su inquietud espiritual, y penetra por la buena, ya anda en soledad porque ya no le es factible compartir con los demás. Es la perla de que hablaba Jesús.
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Su marcha y su vocación lo separan del resto. Su vida ya no esta destinada a la religión como tal organización, sino al mismo Dios en Cristo. No que ya abandone el compañerismo eclesial; la diferencia se establece entre el que no entiende nada más que lo epidérmico, y el que está sumergido en otra esfera de la Creación; en la esfera de lo divino. Y desde esa esfera tan elevada le es factible llegar hasta lo más hondo del dolor humano.
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El interés de este ya no es la defensa de la Iglesia como vocación propia de su estado de comunión, sino que está fundamentada en la comunión eclesial, aunque las diferencias en la vocación y en la contemplación sean evidentes, y le hagan acoplarse al movimiento de la Iglesia de Cristo en el rol que le corresponda. Eso ya depende de Dios, que todo lo hace a su sabor y perfecta soberanía.
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La sensación de superioridad del elegido deja de existir; ya no se basa en la cantidad de conocimientos que haya adquirido, sino en su grado de comunión con su Creador. En ese grado ya sabe el elegido que no es nada, y que cualquier hermano casi ignorante tal vez, puede ser mejor hilo conductor de la expresión de la voluntad del Padre que él.
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Esto lleva a la humildad, porque se entiende que Dios no hace acepción de personas, sino que trabaja en el que quiere y como quiere. Se aprende entonces, que Dios no se sujeta a ninguna forma que el hombre pueda imaginar para dar su palabra a todos, sino que elige libremente los caminos que a Él le parecen adecuados en su sola potestad.
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Entonces es, cuando el que ha sido llamado se torna verdaderamente solidario. Al penetrar en el misterio de la vida, y al compartir con el Creador el conocimiento de su voluntad y la verdadera naturaleza de las cosas creadas, entiende que esa es su verdadera posición, y es en la que el Padre saca los mejores capacidades del creyente para aplicarlas a las situaciones que en su propósito fueron decretadas.
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Ante el pensamiento humano estará y parecerá solo, pero cuando esto sucede encuentra el compañero en Cristo el Señor, y ya anda con la mas sublime compañía imaginable y sublime. Ahí, en ese compañero, encuentra la paz y la seguridad más completa, y los gozos más maravillosos que puedan experimentarse. Ya no le es necesaria la complacencia de nadie, sino solo saber a quien ama, a quien adora, y a quien pertenece.
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Es ya una nueva vida que se extiende al más allá, y que le hace un ser humano regenerado totalmente. La carne y los deseos ya solo se pueden producir en el alma, Pero ya eso no le afecta, porque ante la compañía de Jesús todo queda más que limpio. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. (Juan 15:3)
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San Pablo, que se hallaba más o menos en la situación espiritual que trato de explicar, se angustiaba hasta que comprendió que somos miserables en cuanto al cuerpo y a las pasiones pecaminosas del alma, pero por el espíritu se vive a causa de la justicia realizada por el Señor Jesucristo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. (Eclesiastés 4:10). Y nosotros tenemos a Cristo para que siempre que caigamos, él nos levante y nos vuelva a recuperar para sí mismo.
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Ya no solo es nuestra lucha y agonía, sino que es también la agonía de Jesús la que nos libre de mala conciencia y su sangre, derramada voluntariamente, es no solo suficiente, sino superior a toda fuerza que se oponga en su plan de redención. El niño hace inevitablemente travesuras y destrozos más o menos gruesos, pero su padre o madre siempre están para impedir que los haga, o para consolarle si los comete y rectificar su indómito individualismo o egoísmo.
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Rafael Marañón
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Un toquecillo bíblico.
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Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.

Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.

Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado. (Romanos 7: 15 al 25).













































CANTO ANTIGUO..-- POEMA



Cantaron los arcángeles del cielo
Canto antiguo, que llena el corazón,
En coro de divino amor y celo,
Al ser establecida La Creación.

Compren
do, aun siendo yo tan altanero,

La grandeza en tu palabra y mi unción;
Quisiera ser de todos el primero
Que cante a tu grandeza con fruición.

No quiero hablar de flores ni de mares
Minúsculos retazos de tu obra;
Ni tampoco del alma en sus azares,
Que solo tú, conoces ya de sobra.

Buscando lo profundo de mi herida,
Quise libar del fondo de tu amor,
Asomarme a lo ignoto de tu vida;
Detectar el motivo del dolor.

Y quiero junto a ti, con dulce vino,
Celebrando tu espléndida creación,
Llenarme de tu Espíritu divino,
En gozo, en paz, en éxtasis y unción.

Rafael Marañón 2002
AMDG

martes, 26 de abril de 2011

BIEN SERVIR; BIEN VIVIR



         Me escribe un amigo que no está de acuerdo conmigo, porque me dedico a escribir sobre las cosas relacionadas con temas espirituales. Él dice que si me hubiera dedicado a otros temas novelísticos, políticos, etc., habría hecho «carrera». No sé si se tiene por magnífica carrera, estar metido hasta el cuello en las pompas y vanidades de este sucio y corrompido mundo, pero en todo caso no es plato de mi gusto. Y por regla general, no como de lo que no me gusta, a menos que sea por una necesidad ineludible.

        He sido testigo del deterioro de un joven al que quiero intensamente, y que además es de mi familia. Un gran muchacho, con todas las buenas condiciones que se puedan atribuir a un joven de su edad. ¿Problema? Su tendencia a las fiestas con amigos, trasnochar, beber, fumar, etc. Es decir, una gran persona llena de buenas cualidades, aunque preso de las inclinaciones deletéreas propias de la juventud.
      Ahora está en una muy delicada situación, por lo que todos nos tememos lo peor. No he podido contener las lágrimas por él y por tantos otros que, siendo buena gente, se han transformado en sus propios enemigos, al adoptar unos modos de vida que, dicho sea de paso, están claramente descalificados en las Escrituras. Ante esta situación me pregunto ¿por qué necesito más argumentación que la de una persona en su situación? A los muchos insensatos que se ríen de mis casi apocalípticas advertencias, ¿sería suficiente con mostrarles hasta que punto los malos hábitos pueden hacer de una persona por lo demás buena, un enfermo terminal en plena juventud?
      He visto en gente maravillosa, por otra parte, caer en los más bajos escalones de la degradación, cuando ante ellos tenían el más florido porvenir que imaginarse pueda. Y sin que yo sepa por qué, ellos han elegido el camino de la muerte en vez del camino de la vida. Cómo quien tenía a su alcance con solo sonreír, a lo más granado de la juventud femenina, se metía en los antros más viles, en una extraña paradoja que yo no he logrado entender aun. Tal vez por el cariño que les tenía o por falta de comprensión, nunca he podido saber que fuerza les empujaba (aun en el conocimiento que ellos tenían), para entrar en el círculo infernal, evitable por su gran inteligencia con suma facilidad.
      Cuando La Escritura dice: Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23), a más de uno que se ríe de mis fanatismos (como ellos dicen) les pondría en su conocimiento directo a estas personas que he mencionado y les diría: ¡Mirad a estas personas! Son más hermosos, más listos, más caballeros, mucho más atractivos y simpáticos que tú, y sin embargo sucumbieron a un enemigo que ellos creían que podían controlar y dominar. Fracasaron; y esta forma de vivir les costó nada menos que la vida.
      Confío en la misericordia de Dios, pero no quisiera presentarme de esta forma ante el rey de reyes y señor de señores, sin arrepentimiento y no reconociendo la razón que asiste al Señor para ponernos ante nosotros estas ordenanzas protectoras. Y sé, por mi bastante dilatada experiencia, la invariable eficacia de seguir los consejos y las prohibiciones de Dios, que son para todos tan benéficos que, solo por que se ofrecen gratis, son tan despreciados. Los nefastos resultados siempre se le culpan a Dios. Totalmente inconsistente, pero así es. Por eso sé que no hay que teologizar tanto, y tratar de bajar todo lo que es Revelación a concertarse con nuestras mezquinas entendederas
      Bástenos saber, que todo lo escrito por los santos hombres de Dios, es eficaz para que nuestras vidas transcurran, en su paso por esta esfera de la realidad, en paz, felicidad, y sabiendo que en cualquier ocasión estamos haciendo lo correcto, y lo más conveniente para nosotros y nuestros hijos. La sabiduría espiritual basta. Por eso dice La Escritura: Fíate de Yahvé, Dios de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. (Proverbios 3:5).
UN POEMILLA
Entiendo lo que me basta
Y solamente no entiendo
Como se sufre a sí mismo
Un ignorante soberbio.
Lope de Vega.- (Soledades)



























IRLANDA EN GUERRA.- Resuelta pacíficamente ya.



Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa,
y que no haya entre vosotros divisiones,
Sino que estéis perfectamente unidos
En una misma mente y en un mismo parecer.
(1ª Corintios 10).
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo)
Pero si os mordéis y os coméis unos a otros
Mirad que también no os consumáis unos a otros.
(Gálatas 5:14,15).
 
Doy gracias a Dios, de que no tengo poder alguno para matar o dar vida a ser humano alguno. Sería, de poder hacerlo, algo insoportable para mí. No deseo pues ningún poder terrenal, fuera del que Dios proporciona a cada uno de los mortales.
Hace bien poco tiempo la organización terrorista IRA, que pretende defender los derechos católicos del Ulster, pedía perdón por las víctimas causadas “no militares”, en los que ellos consideran como enemigos del catolicismo y los derechos de los católicos en el Ulster (Irlanda del Norte). Estos son los llamados “daños colaterales”.
Después pareció que los protestantes no estaban conformes con el iniciado “proceso de paz” y con su desarrollo, por lo que “rompieron la baraja". Y siguieron las matanzas. Dos organizaciones “unionistas” (protestantes), se declararon fuera del proceso de paz, hasta que el católico IRA, no diera muestras claras de respeto a los pactos, entregando el armamento y dando con muestras inequívocas, querer de verdad la pacificación del país.
Volvieron de nuevo a combatir. Ni unos ni otros se fían y el vuelo de las campanas de la paz ha de ser detenido de nuevo, y el futuro se vuelve incierto por enésima vez. Como vemos todo esto no es muy “cristiano”. Ahora parece, que la política intenta solucionar lo que el amor cristiano no ha podido reinar y arreglar.
Se cometen horrendos crímenes, en nombre de unos derechos (no discutiremos ni entraremos en esto), que tienen un componente, no solo territorial y social, sino netamente religioso. Cualquiera que contemple esta situación característica del cristianismo histórico, se lleva las manos a la cabeza y advierte (por que se lo ponen delante de sus ojos los mismos “cristianos”), que ese no es el camino de la paz, la reconciliación, ni la prosperidad de una nación, saturada de odios entre “cristianos”. En esta situación, no se pueden dar las condiciones de realizar un verdadero diálogo.
Y si alguna vez se consigue la paz, será por imposición de los poderes políticos o de intereses distintos, pero no por el amor que debería prevalecer y presidir las relaciones entre cristianos, cualquiera que fuera su forma de concebir el correcto culto a Dios. A Jesucristo que es príncipe de la paz, pero allí no le dejan serlo, sino más bien es el motivo de la rencilla y el crimen entre comunidades “cristianas”.
A mí, como cristiano, no me extraña que en sociedades de otras creencias se den toda clase de conflictos y masacres, pero si me quieren convencer estos beligerantes de que hablamos, de que son cristianos, no lo aceptaré jamás. Los que estas barbaridades perpetran con mutuo perjuicio, tendrán que hacer una paz tan desfavorable como quieran, pero ni un solo día, ni una sola hora deben seguir con esta horrible situación. Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? (1ª Corintios 6:7).
Pero para ellos, es mejor salirse todos con la suya, con lo cual caen en lo que dice el santo apóstol: ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. (Santiago 4:1,2)
Comunidades cristianas, que no pueden tener hacia otras, cualquiera que sea su credo, aun errado según el parecer de los otros, pero comunidades y hombres y mujeres que buscan la paz, y la siguen por respeto a quien ellos dicen ser su Señor: pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. (Juan 10:26).
Lo que hacen no es cristiano, digan lo que digan y quién lo diga. Disculpen la petulancia. Sé, que en todo hay motivos, todo lo legítimos que se quiera, pero el cristiano no ha de albergar odio en su corazón, y menos cultivarlo. Todo lo que él crea que hace para Dios, no vale nada: Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.
Laváos y limpiáos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. (Isaías 1: 15, 16,17,18).
Todavía (y esto, por conceder) si hubiera hambres, esclavitudes, o situaciones extremas, podría pensarse que era todo fruto de una extrema situación, pero esto no se da. Por tanto, todo cuanto acontece es fruto de la ambición, de las creencias, y la envidia entre sí. En todo lugar hay problemas y carencias, y no se matan con tanta vesania.
No, por favor, no se trate de dar justificaciones que no son admisibles, ni puede admitir nadie que tenga que ver con el cristianismo sentido en su interior. No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. (Isaías 1:13).
Hay otra realidad que guste o no, se produce en esta furibunda y empecinada enemistad. En la prensa y en otros medios de comunicación españoles, se dice cuando se ha producido uno de esos execrables crímenes: “un fanático protestante asesina a un católico.”
Si la víctima es mujer, sacerdote o niño como “daño colateral”, se resalta la circunstancia todo lo que se puede a fin de (cómo se dice en el argot periodístico) “hinchar el perro” o sea, magnificar y resaltar al máximo la noticia.
En cambio si la victima es protestante se dice casi de pasada: una nueva víctima en un atentado del Ira. Nada de protestante o católico. La alternativa es la siguiente tan sencilla. O fanáticos protestantes o solo el IRA. Eso es encubrir la verdad y eso es impropio de cristianos. Que digan que luchan por territorio, independencia, etc. pero no por diferentes credos.
Es así, dicho con más o menos énfasis, para que se fije en la mente de quien lo lea. Las gentes aceptan la noticia tal cual y los protestantes son adecuadamente demonizados. Y eso no hace falta para sostener el propio credo. La verdad se defiende por sí sola, cuando la dejan.
En Inglaterra por el contrario la gente achaca a los católicos la culpabilidad, y ser los autores de los disturbios y de la desdichada situación. ¿Y estamos hablando de cristianismo? Las admoniciones de las respectivas iglesias son dejadas de lado, ignoradas y puestas en solfa, cuando debería bastar la autoridad de sus jerarquías para parar tamaño dislate.
No concibo otra clase de cristianismo que el que se excede solo en el amor a las personas, por que es el amor de Cristo y: El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. Si lo que hay es odio, envidia, malas intenciones, agresiones externas e internas, eso no es cristianismo, lo diga quien lo diga.
Conviértanse al Señor, hagan cuentas de lo que vale su salvación o perdición eternas y que todos, para lo bueno o lo malo, se reconcilien y den honor y dignidad a Cristo, sin ultrajarlo, como lo hacen cada día ante el regocijo de los incrédulos. Y Dios juzgará la verdad en el día de su manifestación.
Que todos puedan presentar la paz; y quien más sacrifique de ventajas propias en pro de conseguirla, pienso que hallará más misericordia que el que por salirse con la suya, continúe esta sangrienta trayectoria.
Y termino este insolente y atrevido trabajo, con un dicho de Jesús: ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? (Lucas 6:46).

domingo, 24 de abril de 2011

JOSÉ MARÍA DÍEZ-ALEGRÍA


 
      Me escribe un amigo y me cuenta todos o casi todos los tópicos que se dicen contra las denominaciones cristianas y, en España, contra la Iglesia Católica ampliamente mayoritaria. No me importa lo que los incrédulos digan  a cuenta del cristianismo. Para eso hay respuesta, pero me fastidia, y mucho, lo que dicen aquellos que se llaman a si mismo cristianos. Son tan abundantes y diferentes, que es difícil dar repuesta a todos que además no quieren oírla..

      Verán; yo era un admirador o fan de Diez Alegría, en cuanto a que mantiene diferencias con la Jerarquía, que no siempre está a la altura de personas que dicen portar consigo la unción del Espíritu Santo. Son hombres y muchos están influidos del espíritu del mundo, y como tales caen en los usos del mundo, que consiste según parece en hacer grandes cantidades de adictos, y repudiar a los que, según Jesús, fustigan los escándalos y desviaciones a lo largo de siglos, cosa que de también muchas ocasiones es promover el odio a la Iglesia de Dios. ¿No habló Jesús de manada pequeña?
      
     Diez Alegría dice en palabras bien claras, que Dios ha de salvar a todos los hombres, y eso no se puede admitir. Esa afirmación declara por si misma, que la fe no sirve para nada y que Stalin, Mao, Pol pot, etc.,  son lo mismo ante Dios que el padre Damián, tan desconocido por unos y tan conocido de Dios, San Francisco, o los mártires producidos por el prejuicio y la intolerancia por  unos y por otros. No es que trate de afirmar que los méritos de los hombres sean algo ante Dios, pues la fe la sangre de Jesús es la que salva 
       
     Cuando este sacerdote ex jesuita habla de sacrificio, de pobreza, de solidaridad, ahí estoy yo con el. Cuando se constituye en teólogo, con harto sentimiento he de estar en desacuerdo. Ninguna iglesia cristiana, sea cual sea su denominación, dice que el infierno no existe y que no habría diferencia entre el malo y el bueno por la sangre de Jesucristo. Y así dice el profeta: Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho El Señor. (Malaquias 4: 2,3)..
         Que algunos, dentro de la Iglesia Católica, se atrevan a decir estas y otras cosas sobre la resurrección del Cristo y sobre la gran encomienda o gran comisión, me parece mucho más grave que lo que se pueda decir de la jerarquía eclesial, y de lo mal que lo hacen algunos clérigos, pastores, misioneros, etc. Estos fracasos de hombres y por hombres, son de naturaleza humana, pero la negación de lo que expresamente dijo Jesús me parece un disparate gordísimo, que es más punible aun que la propia herejía en otros temas menos sensibles y menos vitales para el seguimiento del Señor.
      
     Si el no cree en la función papal ni en una jerarquía (mala o buena, guste o no, allá cada cual), reniega de su misma legitimidad. Dios es Dios de orden y armonía. Como personas fallamos estrepitosamente en muchos momentos (la tentación es más fuerte contra los que mas responsabilidad tienen), pero la fe en la sangre de Nuestro Señor Jesucristo, nos libra de todo pecado.
      Ciertamente es enorme responsabilidad la conducta y doctrinas de los que gobiernan, porque según Jesús, al que más se le dio, mas estrechas cuentas se le pedirán. (Lucas 12:48) Aquí acuso una enorme decepción por causa de estas afirmaciones del sacerdote, que derriban de mis ojos otro idolillo que me había hecho. Para mí, Diez Alegría, se ha pasado demasiado con sus afirmaciones, eso si, entreveradas con ideas muy saludables. Cuando uno se sale del camino, es difícil no alejarse más.
     
     ¿Quién no desea una Jerarquía católica decentita y perfecta? ¿Y unos pastores de cualquier denominación, perfectos y de claro y hermoso ejemplo ante los demás? Por conductas erradas y prudencias que tal vez (digo, tal vez), sean cobardías o falta de confianza en Cristo, ¿ya está desechada la doctrina que desde dos mil años, (y más aun, milenios si contamos los profetas, etc.) venimos defendiendo contra todo enemigo de Cristo? ¿A eso hemos llegado? A donde vamos a parar con tanta “modernidad”.
       No quiera Dios precipitar su acción para castigo de los malos, y consecuente beneficio de los salvos de la ira de Dios, sin que antes no hayamos hecho la penitencia pertinente, que no es ni más ni menos que la afirmación de Pablo apóstol: el justo por la fe vivirá. (Galatas 3:11) Allá otros con su responsabilidad. Eso no es cosa nuestra.

Rafael Marañón  1 de Noviembre de 2010
AMDG.

sábado, 23 de abril de 2011

escritosypoemasderafaelmaranon: COMENTARIO AL BLOG DE FELIPE

escritosypoemasderafaelmaranon: COMENTARIO AL BLOG DE FELIPE: " Estimado Felipe; no puedo estar más de acuerdo contigo. El juicio de las personas está prohibido en las Escrituras (no de los hechos), y ..."

COMENTARIO AL BLOG DE FELIPE

 

Estimado Felipe; no puedo estar más de acuerdo contigo. El juicio de las personas está prohibido en las Escrituras (no de los hechos), y el verdadero seguidor o por lo menos simpatizante, aporta siempre algo o mucho de misericordia a la persona, aun cuando el acto en sí sea, no motivo de discusión, sino realmente cosa mala. Entiendo que los criminales de ETA tienen sus motivos, como los tienen todos los que piensan o hacen cualquier ora cosa. Los motivos pueden ser buenos o malos, pero son sus motivos.

Aquí podemos hacer dos distinciones importantes; el que va acusando en absoluta contradicción con las enseñanzas de Jesús, y el que va diciendo los males que suceden, por causa de la degradación y corrupción de la humanidad. El ejemplo de ETA es que quieren un País Vasco independiente y naturalmente, marxista. No creo que por esa aspiración (todo lo legítima que se quiera, no se puede ir matando gente y atropellando derechos de otros) Y todavía si estuvieran oprimidos y aplastados en la miseria, aun tiene cabida, pero ellos están muy prósperos y llenos de sí mismos.

No hay derecho a que un tipo que tiene millones (cualquiera sabe como los ha ganado), tenga un yate de tropecientos millones, un jeque un auto de plata, o un señor cualquiera (rico), disfrute de tantos derroches, habiendo tantas criaturas abandonadas en las peores situaciones imaginables.

Es por eso, que haciendo abstracción de la conducta de cada cual, el mensaje evangélico hable de mansedumbre, compañerismo, lealtad, veracidad, honradez, fiabilidad, y en fin todas las virtudes morales, deseables en cualquiera que tratara con nosotros. Por lo menos, yo quisiera que todo el que a mí se acercara, fuera así, y pudiera tener la confianza de tratar con alguien fiable y lógico.

Pero ¿se puede confiar en alguien hoy día? El mismo individuo que tú mencionas (espero no ser yo), es un tipo repugnante si dice basar su moral y su proclamación, en tirar piedras contra los demás, porque no se adapten a su idea de cómo han de ser las cosas. Idea, que puede hasta ser de lo más cambiante según las circunstancias.

Por lo que a mí respecta y desde hace muchos años he procurado seguir los pasos de Jesús, que nunca hizo mentira, ni violentó a nadie para que le siguiera. Hasta una vez que dudaban los adversarios, dijo a sus discípulos: Y vosotros, ¿queréis irse también? Él no buscaba rangos, ni popularidad de las gentes, sino a dar testimonio de que el Creador quiere el bien de sus criaturas, y que sabe lo que hace mejor que nosotros mismos.

Por lo demás querido Felipe traspiras honestidad, y eso es algo que yo aprecio enormemente. Tienes mi respeto, y tengo gusto de comentarte, aunque sea demasiado largo, a tu escrito que rebosa verdad en muchos casos.

Mientras recibe el testimonio de mi gratitud y solidaridad con lo que piensas, aunque -como he hecho- aporte unas pocas, si no discrepancias-, sí matizaciones que son buenas en los diálogos. Cada cual, busque su verdad. Yo creo que hay solo una, pero entiendo que otro haga lo que yo hice durante muchos  años, buscarla. Después de muchos vericuetos me encontré con la montaña del Evangelio y allí puse mi apuesta.

No es cuestión de ser más o menos bueno (que también9 sino de un pacto con Jesús que es el que realmente se merece que se le diga SÍ, SEÑOR. Este pacto nos obliga a ambos y hasta ahora solo he fallado yo. Por que a veces no busqué su dirección, sino lo que yo creí neciamente que era mejor camino. Perdí, pagué y doy gracias porque ahí quedó la cosa. Y aquí termino porque este tema tiene para muchas páginas.

Otra opinión también es respetable.

Rafael Marañón 23 de Abril de 2011