viernes, 19 de abril de 2013

CRÍTICAS Y CHISMES



Pienso claramente, que es tontería que pretendamos hacer creer que todos son malos o todos son buenos. El género humano tiene cosas emocionantes, como cuando los bomberos salvan a una persona en apuros. También los humanos saben hacer masacres de personas que, sin hacerles ningún daño, han caído en sus paranoias y prejuicios. De todo hay en la “Viña del Señor”. Extrañarse de esta condición humana natural, es bastante inútil y contraproducente.

Una breve descripción de este estado de corrupción de tantos en todos los lugares de la Tierra, lo describe tersa y brillantemente San Pablo apóstol hace ya centenares de años : como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;

estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,

necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. (Carta a los romanos 1) ¡Más claro…

Un correspondiente me escribe y me envía una serie de desacatos que la Iglesia antigua cometió contra judíos, herejes de todas clases y su implicación en los abusos de los poderosos. No cabe duda de que tiene mucho de razón en ello. 

Mas no, si solo se detiene en mencionar ácidamente las facetas negativas del cristianismo. Tanto la Iglesia medieval como los luteranos la gente de Salem, etc. cometieron muchas injusticias y crímenes. Otras religiones ni les cuento.

Las gentes vivían en el terror a caer en manos de la inquisición, tanto de la católica como en las de Swinglio, Beza, y el ineludible Calvino, etc. Nadie es inocente en estas cosas por lo que la historia juzga igual a Lutero cuando incitaba a los príncipes alemanes contra los bautistas, y del mismo modo que a los “inquisidores”. Para ser justo hay que entender las condiciones políticas en las que se movía la religión.

Siempre se ha de insistir en la naturaleza falible de todos. La crítica es sana cuando lo que pretende es aportar argumentos y soluciones para mejorar. Lo que no es admisible es parlotear sin control de lo que se dice, ni razones poderosas que de existir deben de denunciarse. Criticar por hacerlo, no es sano ni leal con la historia.

Solo el cristianismo sabe decir la verdad ante el debatirse de toda nación, tratando de hacer políticas “justas” cuando se parte de la presunción de que todos somos buenos. Por el contrario somos todos malos, con tendencias desintegradoras, y crímenes abominables para mantener el poder sobre otros. Y esto hasta que se establezca, por parte de Dios, de una era de obediencia y paz universal.  Ya hemos fracasado demasiadas veces. Aprendamos.

AMDG