domingo, 10 de febrero de 2013

TRIBULACIÓN Y GALARDÓN

 

Estimado amiga Julia: no tengo inconveniente en recibir tus objeciones, ya que yo también tengo algunas aunque al no ser un erudito en estos asuntos, prefiero no meterme en un berenjenal dogmático. Yo a lo mío. Siempre surgen dudas y objeciones. Eso no es malo en sí. La ciencia y la razón, no están contra el Evangelio y la fe, sino que se complementan.

El problema de temer o no a la muerte no es cosa de cristianos, que sabemos que tras ella nos llegará un estado maravilloso, en el cual todos hemos soñado y deseado con anhelo. El asunto es cosa de fe y confianza en las promesas de Jesús y en la lógica de sus afirmaciones.

He constatado la sabiduría que se contiene en el A.T., y admirado la vigencia de la ley, maravillándome de que en un tiempo en que los hombres (casi como ahora) se entregaban a los más viles excesos en todo, menos en el verdadero amor, un libro como ese es la maravilla de los siglos que nos precedieron.

El problema con las promesas de Jesús, es que no hay verdadera fe, y nuestra esperanza se basa casi siempre en una posibilidad y no en una completa certeza. La certeza de que tal como se nos ha dicho por parte de Jesús, el Cristo de Dios, nos espera una vida de bienaventuranza.

La muerte se presenta ante los cristianos casi en la misma índole que en la de los paganos, ya que la mencionada falta de fe hace que nuestras vidas de desenvuelvan en un temor semejante al de ellos. De ahí que no solo se teman los últimos dolorosos momentos. La misma cesación de esta atareada vida, se nos presenta como algo terrible.

Es normal que a todos nos produzcan temor los últimos momentos, pero para el hombre de fe es algo si no deseable (que sí) por lo menos no temido, porque además de ser una ley de vida y que a todos nos ocurre, sabemos que otra esfera de vida nos espera posteriormente. Y como todo, también pasará.

Ya sé que nos basamos en unas promesas afirmadas en un viejo libro, y pronunciadas por un hombre que fue crucificado, aunque la experiencia de los viejos nos dice que no hay cosa mejor hecha, ni con más horizontes que las exigencias y promesas del Evangelio. Así vemos como los idiotas humanos se dedican a matarse entre sí, con más vesania y frenesí que los animales que matan para alimentarse en su instinto y naturaleza.

Así que sin más, te invito a meterte de lleno en este negocio que aquí, y entre otras cosas, te proporcionará paz, buen sueño, y una indiferencia por los engaños del mundo, que al fin acaban en catástrofes y barbaridades, como vemos todos los días en los periódicos de cada país.

Al cristiano le digo sin temor a equivocarme: sigue tu camino, y ten la seguridad de que el que sabe todo y todo lo puede, sabe también hacer su justicia repartiendo galardones a los que Él considere merecedor de ellos. Y ello por su propia generosidad y amor por su Creación

AMDG

P.D. Te recomiendo el libro del P. Loring PARA SALVARTE,  que contiene muchas evidencias sobre la fe cristiana.