sábado, 24 de septiembre de 2011

LA CERN PONE EN EVIDENCIA LA TEORÍA DE EINSTEIN


Me escribe un amigo, que es un fanático de la ciencia, diciéndome que la ciencia ha enterrado a la religión, y yo no lo pongo en duda. Lo que ocurre, es que la palabra religión se ha desvirtuado tanto, que es solo un concepto que define una creencia cualquiera. Es comprensible ante esta “fogarada” de descreimiento e ignorancia.

La Fe en Jesucristo por el contrario, es algo especial como el amor no es lo que hoy se llama amor, sino que es otra cosa muy, muy distinta. Se ha dicho sobre todo en el Romanticismo que el amor humano es inmortal, y yo pienso que nada es inmortal, sino el Vigor de Cristo que nos ha sido dado por mediación del Espíritu Santo.

Pero volviendo a la ciencia, hemos de aceptar que la ciencia rige en lo físico, desde que el primer hombre, o como otros dicen “primate”, descubrió el fuego o se hizo de una tranca para aporrear a sus enemigos. Ya era ciencia hacer fuego, y descubrir como se hacían los vasos de uso de los hombres primitivos flechas etc.

Todo avance en el devenir del hombre es ciencia, y esta avanza y avanza, dejando los primeros balbuceos materiales, para que pueda progresar, o a veces para derivarla por caminos que no son siempre los más adecuados.

Ahora, La CERN, ha dejado en suspensión la teoría de Einstein. Pasará tiempo para que lo que es solo una teoría pase a certeza, y certezas hay muy pocas. Nuestra limitación pequeñez y flaqueza, nos impiden abarcar el casi infinito misterio del Universo. De cualquier modo un avance más de la ciencia.

Los humanos hemos llegado a La Luna (muchos dicen que no), y La Luna es solamente un pequeño satélite de nuestro planeta. La medicina balbucea, a pesar de que los avances en esta materia son enormes. Aún queda mucho más. Y esto en todas las ramas de la ciencia.

La CERN ¿dice algo que le quite su grandeza a Einstein? ¿Acaso Copérnico, Galileo, etc. son menos, porque se hayan descubierto gracias a la técnica otros planetas, y la evolución del pensamiento y los conocimientos haya avanzado? ¿Cuánto nos queda? ¿Acaso sabemos lo será del mundo en evos sucesivos? Cada hallazgo abre nuevos horizontes, que son más grandes e inalcanzables a medida que estas invenciones crecen.

Nosotros tenemos La Revelación de Dios, que no choca ni mucho menos con los descubrimientos científicos constantes; por el contrario, este progreso sirve para afirmar que La Revelación cristiana es cierta, y afirmada por los mismos avances de la ciencia.

Cada avance nos muestra la maravilla de la Creación, desde el más modesto ácaro hasta la grandeza del león, el elefante, la ballena, etc. Los cielos y la tierra cantan la gloria de Dios. Y por mucho que la ciencia haga, siempre será inútil en descubrir la grandeza de La Creación.

Bien que promocionará comodidad y aventura a los hombres, aunque el exceso de técnica y la mente de los hombres, que no avanza al mismo ritmo, hará que ahora ya seamos esclavos de la técnica, pero más adelante seremos destruidos por ella.

Es por ello, que el Espíritu de Dios nos es muy preciso y precioso para nosotros, no solo para garantizarnos la eternidad en otra esfera de la vida, sino para que en esta vivamos quieta y pacíficamente esperando la gloriosa venida de nuestro salvador Jesucristo. (Judá 1: 3)