domingo, 10 de marzo de 2013

ALABANZA CONFIADA ( 3ª PARTE)




Josafat, sin más averiguación, ordena que los levitas y todos los del templo se vistan sus ropas sagradas y canten alabanzas por la salvación. A todo esto los enemigos ya se acercaban. Y dice así la Escritura: Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Yahvé puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros. (2 Crónicas 20:22 y ss.).

Apenas comienza el cántico de alabanza y gratitud Dios empieza a actuar. El pueblo judío aun no siendo fiel totalmente recibe auxilio de Dios tan pronto como lo pide. Nosotros, que éramos extraños, somos hechos hijos por la sangre de Jesús y tenemos por gracia el derecho de pedir a nuestro padre todo lo que necesitemos.


Pero como dice el apóstol: Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. (Santiago 1:7 y 8).
                     

Hace              Hacemos agravio a Dios cuando no contamos con Él para todo, lo fácil y lo difícil. Es Señor se alegra de que sus hijos acudan a Él. ¡Nos ama,  y está atento a las oraciones de los que le aman! Tenemos el rango de hijos; y si hijos, somos también herederos.


No dudemos ni caigamos en la acidia y la desconfianza. Dios provee siempre para nuestra necesidad, sin poner más condición que la que cualquier padre terrenal pide de sus hijos… que le amen y se le sujeten.


Ya los asuntos son cosa de Él que tiene anchas espaldas para cargar con nuestras flaquezas y nuestra ignorancia. Él sabe todo, y todo lo que ocurre está bajo el control de su voluntad. No temamos ni presente ni porvenir. Confiemos en Dios y perseveremos. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. (Gálatas 6:9).


Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Cristo, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. (Hebreos 13:15) Este es el único camino a Dios y este es nuestro médico, nuestro  amigo, nuestro guía, nuestro hermano y nuestro refugio.


A Él iremos pese a nuestras debilidades, nuestros pecados, armados de nuestra esperanza. No temamos, pues el se hizo cargo de nuestras cosas y nuestra seguridad. Él no falla.

POEMA AL CASO

Dime, Padre común, pues eres justo,
¿por qué ha de permitir tu providencia
que, arrastrando prisiones la inocencia,
suba la fraude a tribunal augusto?
 
¿Quién da fuerzas al brazo que robusto
hace a tus leyes firme resistencia
y que el celo que más las reverencia
gima a los pies del vencedor injusto?
 
Vemos que vibran victoriosas palmas
manos inicuas, la virtud gimiendo
del triunfo en el injusto regocijo."
 
Esto decía yo, cuando rïendo
celestial ninfa apareció y me dijo:

“Ciego, ¿es la tierra el centro de las
almas?".

Bartolomé de Argensola