jueves, 7 de noviembre de 2013

ES SABIDO ¡CRIMENES! ¿LEGALES?

ES SABIDO
 
¿Y la conciencia?

Es sabido por los pocos amigos que me siguen, que soy contrario al aborto, y a la eutanasia, que es lo mismo que asesinar a una persona sea cual sea el grado de capacidad de defensa o conformidad. Un niño puede dar poca conformidad, pero los padres bravamente se arrogan su decisión y lo asesinan juntando a iniquidad con iniquidad.

No entro en los motivos de cada cual que pueden ser muy comprensibles y dignos de conmiseración, pero no por eso les vamos a conceder siquiera el beneficio de la duda. Los motivos son explicables, aunque para mí no o sean. Admito que cada cual puede tener sus motivos para perpetrar cualquier infamia. Hay locos, descolocados sociales, y gente amoral. Hay de todo.

Se presente o defienda como se quiera, el aborto es un crimen contra un chiquitito de la especie humana en la primera etapa de su vida La eutanasia es matar a un viejo, o no tan viejo, mediante una conformidad de muy dudosísima legitimidad; una persona agobiada por la vida y a la que so pretexto o excusa de finarle para que no sufra más, se le practica una muerte sedada, todo lo misericordiosa que se quiera, es  un asesinato por compasión o ganancia inicua.

Los medios de comunicación, con la laxitud que exhiben para contentar a todos buscando lógicamente la audiencia y como consecuencia la publicidad que nutre su negocio, contribuyen al hedonismo. Más aun, cuando lo que exhiben es una serie de “distracciones” que el hombre moderno considera “evasiones”. Estas   no son, ni más ni menos,  que salidas a la desesperación y al enigma de la vida en el corazón de cada cual.

De ahí la necesidad de proclamar que estas infamias (y lo son) se corresponden con el abandono del hombre hacia Dios, por la simple razón de que lo que Dios preconiza no encaja ni por asomo en la mente carnal de las gentes. Estas sumergidos en la desesperación del misterio de la vida y de la muerte, buscan desesperadamente no pensar, y recoger de los medios mencionados solo lo que les dé un poco de alegría efímera. Consideran la voluntad de Dios como una imposición que los ata, cuando realmente es una perfecta dirección y guía en su paso por la vida.


Creen necesitar algo que les aturda, hasta llegar a un sueño que es más fruto del agotamiento y la inseguridad, que del sano descanso que forma parte de trabajo de cada día. No hay buen trabajo, si no hay un buen descanso. Los juegos y películas donde la vida humana se considera un juego o una distracción, no son nada más que incitaciones a la violencia, y a la solución de los problemas de forma traumática y blasfema.