ES SABIDO

¿Y la
conciencia?
Es sabido por
los pocos amigos que me siguen, que soy contrario al aborto, y a la eutanasia,
que es lo mismo que asesinar a una persona sea cual sea el grado de capacidad
de defensa o conformidad. Un niño puede dar poca conformidad, pero los padres
bravamente se arrogan su decisión y lo asesinan juntando a iniquidad con
iniquidad.
No entro en
los motivos de cada cual que pueden ser muy comprensibles y dignos de
conmiseración, pero no por eso les vamos a conceder siquiera el beneficio de la
duda. Los motivos son explicables, aunque para mí no o sean. Admito que cada
cual puede tener sus motivos para perpetrar cualquier infamia. Hay locos,
descolocados sociales, y gente amoral. Hay de todo.
Se presente
o defienda como se quiera, el aborto es un crimen contra un chiquitito de la
especie humana en la primera etapa de su vida La eutanasia es matar a un viejo,
o no tan viejo, mediante una conformidad de muy dudosísima legitimidad; una
persona agobiada por la vida y a la que so pretexto o excusa de finarle para
que no sufra más, se le practica una muerte sedada, todo lo misericordiosa que
se quiera, es un asesinato por compasión
o ganancia inicua.
Los medios
de comunicación, con la laxitud que exhiben para contentar a todos buscando
lógicamente la audiencia y como consecuencia la publicidad que nutre su
negocio, contribuyen al hedonismo. Más aun, cuando lo que exhiben es una serie
de “distracciones” que el hombre moderno considera “evasiones”. Estas no son,
ni más ni menos, que salidas a la
desesperación y al enigma de la vida en el corazón de cada cual.
De ahí la
necesidad de proclamar que estas infamias (y lo son) se corresponden con el
abandono del hombre hacia Dios, por la simple razón de que lo que Dios
preconiza no encaja ni por asomo en la mente carnal de las gentes. Estas sumergidos
en la desesperación del misterio de la vida y de la muerte, buscan
desesperadamente no pensar, y recoger de los medios mencionados solo lo que les
dé un poco de alegría efímera. Consideran la voluntad de Dios como una imposición
que los ata, cuando realmente es una perfecta dirección y guía en su paso por
la vida.
Creen
necesitar algo que les aturda, hasta llegar a un sueño que es más fruto del
agotamiento y la inseguridad, que del sano descanso que forma parte de trabajo
de cada día. No hay buen trabajo, si no hay un buen descanso. Los juegos y
películas donde la vida humana se considera un juego o una distracción, no son
nada más que incitaciones a la violencia, y a la solución de los problemas de
forma traumática y blasfema.