jueves, 16 de agosto de 2012

LA ENTREGA TOTAL



Mucho se habla hoy, en respuesta a los refractarios, sobre Teresa de Calcuta. Está muy bien, que haya discernimiento de cada una de las facetas del ministerio de la Madre Teresa. Cuidar de los pobres como cuidaría a Cristo.

Para el cristiano espiritual es muy claro. Es encontrar en Jesús el motivo de vivir, y entregarse del todo, sin condiciones, a su persona y a su doctrina. Lo demás son aspiraciones mundanas, aunque las veamos o nosotros mismos las vistamos de inmensamente espirituales.

Es necesario, entender que la fe es un don para los elegidos, y que de cualquier manera tiene gran recompensa por parte de Dios, el dador, que se vale de ellos para extender su misericordia a muchos.

Si se tiene que vivir más modestamente ha de ser consecuente con lo que Cristo dijo. Sin mí nada; conmigo todo. Transliteración macarrónica, pero que es la única que midió sor Teresa en su total entrega.

Todo por Jesús, a los pobres y desgraciados que el mundo perverso deja continuamente a la intemperie emocional física, y a la constatación por parte de ellos de abandono total, y no significar nada para nadie en esta vida.

Recibo muchos mensajes con el famoso resumen de San Pablo del AMOR. Todo eso está muy bien, impresiona a mucha gente que no cesa de enviármelo. Y son preciosos estos versículos bíblicos, aunque más que enviármelo, los amigos deben ponerlo en práctica.

En el conocimiento de que nada que hagan por y con Jesús, queda sin recompensa multiplicada por cien, aunque compartirlo siempre agrada como recordatorio de aquel a quien debemos vida y capacidad de poder dar.  

Para mí y otros, significa morir al mundo y ser como el mínimo Francisco de Asís, despojado voluntariamente de todo, o tantos que dieron su vida por la propagación del Evangelio. Es que tenemos mucho cuento, con tanta idea como se enciende en nuestras torpes mentes.

Es pretender decir a todo el mundo lo que tiene que pensar y hacer, pero haciéndolo pasar por el criterio del que sugiere o pone en práctica. Los demás o son tontos o son malos. Como última instancia son… tontos malos. Y el peor de los criminales puede ser en su día de conversión el mayor evangelista o mártir.