martes, 24 de abril de 2012

NO DEFINIR


 

No limites, pedante. No definas
La fuente del magnífico universo
Origen misterioso de mi verso,
Ni ultrajes al Creador con las doctrinas
Del vil infierno donde estás inmerso

No es dios el que predique algún bigardo
Osado, que piedad y fe deforma,
Y altivo dice conocer la forma
En que Dios ejecuta tan gallardo
Su obra, la moldea y la conforma.

Es Dios tan colosal e indefinible,
Que todo esfuerzo humano es arrogante
Cuando acota atrevido y querellante
La causa misteriosa, inaprensible,
Que escapa a su juicio delirante.

Acierta mucho más quien es humilde
Y deja a la creación y a su concierto
Hablar con su lenguaje claro y cierto,
Que acierta hasta en la coma y en la tilde,
Y así enaltece a Dios sano y liberto.

Penetra y profundiza en lo posible
Las fuentes y las causas del misterio,
Con medios y talante agudo y serio.
Entiende su grandeza y apacible,
Cede la gloria a Dios con buen criterio.

Y así con todo gozo y confianza
Sin tratar de encerrar en un bolsillo
Al Dios omnipotente; muy sencillo,
Admira el universo en su alabanza
Y no calientes más tu colodrillo.

A LOS NEVEROS



Sierra de Granada  

Neveros de piel oscura
Por el sol de la montaña
¿Por qué gastáis vuestra vida
Robando la nieve blanca

Que tantos trabajos cuesta
Que tanto peligro entraña?
¿Por que arriesgáis vuestras vidas
En tarea tan arrojada?

¡Por que hay hambre por las calles
 Y moradas de Granada!
Nosotros nos esforzamos
 Por el pan de nuestras casas,

De nuestros niños morenos,
De nuestras mujeres santas
De manos duras y secas,
 Rotas de cargas pesadas  

Que luchan y bregan solas
 Cuidando niños y hogares,
Remendando ropa vieja
Y cuidando a sus mayores.

Y si en el continuo empeño
 Nuestras vidas arriesgamos
Les damos mayor valor
 A quien son nuestro dechado.

Las exponemos gustosos
 Para preservar sus ánimas,
Alimentar a las nuestros
 Y el amor a la montaña.

Por sendas que los antiguos
 En severas cabalgadas,
Nos señalaron audaces
 Con muníficas pisadas

De caminos intrincados,
 De soberbios panoramas
Donde el sol casi se pierde
  Cuando al otro lado aclara.

Y el amor que le tenemos
A la Sierra es tanta, tanta,
Que trabajando cantamos
Esta cancioncilla blanda.

¡Oh! dama blanca y pulida
 Que a todos los que te amamos,
De tu espléndida natura
 Das tu rostro inmaculado.

ERRORES Y DOMINIO PROPIO




Uno de los grandes errores de la manera de pensar de la  filosofía moderna, es ver las cosas desde un punto de vista relajado de tal manera, que el individuo acude a toda clase de atracción o solicitación de forma ciega. A eso llaman libertad, cuando realmente es mera esclavitud.

El hombre y mujer modernos caminan, permítase la comparación, como los perros que van por la calle, errantes, y donde perciben un trozo de alimento sea bueno o malo, por costumbre o instinto, se acercan, huelen, y comen. Naturalmente, están expuestos a la menor ocasión, a las sorpresas más letales.

Creen que cuando el instinto o la imaginación entran en colisión con la voluntad (cosa continua en la vida), la voluntad queda invariablemente vencida. ¡Hago lo que quiero! dicen; pero solo porque al ir tras la sugestiva evocación creen que hacen lo que quieren, siendo más bien una claudicación ante lo que saben que no les conviene. Como los fumadores que dicen que dejan el tabaco cuando quieran, pero nunca lo hacen.

Nada más opuesto a la realidad que tener que caer en esa claudicación. La persona que camina en dirección a un objetivo, puede sin gran esfuerzo vencer esas inclinaciones a las que nos llevan las continuas ofertas de la calle o de la imaginación. Lo contrario es negar que una persona pueda controlarse en cualquier ocasión, y que sea víctima indefensa de sus instintos que se confunden con voliciones.

El pensamiento reflexivo tiene poder sobre el pensamiento espontáneo. Depende de la valoración que nos demos a nosotros mismos, eligiendo entre ser dueños o esclavos de nuestras personas. Y también en mucha parte, del objetivo que nos hayamos propuesto en nuestra vida.

Es fácil, que las personas que no tengan una educación algo restrictiva, sean juguetes de la manada, o de cualquier atractivo (para ellos) que esté a su alcance. Piensan que hacen lo que quieren, cuando realmente están dominados por la vaciedad de espíritu, y no tienen su voluntad ejercitada en discernir entre lo que es conveniente, o lo que es solo la satisfacción animal de cualquier seducción o sugestión.

Carecen por completo de defensas voluntarias para poder rechazar algún acto o pensamiento que saben que es pernicioso, y sin embargo la atracción del momento les supera ampliamente, llevándoles a ser víctimas de cualquier solicitación (mala o buena) que se les presente.

De ahí los espíritus débiles que se ensañan con los que de una forma u otra saben decidir sobre sus conveniencias; los fuertes no ceden ni un momento a los que solo es una solicitación más o menos un espejuelo, que se muda en hastío cuando el sujeto se entrega ya, sin armamento moral, a esa clase de hábito.

En estos casos, la falta de una espiritualidad acendrada les lleva a ser plumas al viento, de cualquiera que les lleve a donde a él no le conviene por falta de voluntad y miedo a negarse que es propio de los caracteres débiles. En la vida cristiana contamos con la gran ayuda del Espíritu de Cristo, que nos lleva al discernimiento y conciencia de lo malo y lo bueno, por decirlo así de simple.

Es cierto que nuestras mentes y tendencias, nos llevan continuamente al enfrentamiento entre la volición y el instinto, pero aunque reconociéndonos débiles, no es tan difícil triunfar sobre lo que nos perjudica, como Jesús nos dejó dicho.

De esta forma podemos decir como el apóstol hablando de debilidades, y fortaleza por el Espíritu: en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquél que nos amó. (Romanos 8:37)