miércoles, 15 de mayo de 2013

COMO POR FUEGO



Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto,
El cual es Jesucristo.
Y si sobre esta base alguno edificare oro, plata, piedras preciosas,
O madera, heno, hojarasca,

 La obra de cada uno se hará manifiesta;
porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada;
 y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.

Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó,
 recibirá recompensa.
 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida,
si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
(1ª Corintios 3)


En estas palabras San Pablo distingue bien los que significa la vida eterna. Habla de recompensas y cada cual la suya por que según mi criterio, y creo que el de la Iglesia Cristiana, cada cual llevará consigo lo que ha hecho de malo o de bueno “así como por fuego” que tal como el viento elimina la paja y deja en su lugar lo que tiene peso y valor. 1ª Corintios

Antiguamente un hombre que tenía un carro tirado por bestias iba a la capital y se le hacía encargos para que los llevara al pueblo de donde partía. Cuando le daban el papel con el encarguito, si había moneda para comprarlo, la ponía encima de la mesa sobre el papel.

Al terminar y a punto de marcharse como hacía cotidianamente, soplaba sobre la mesa y los papeles de encargo que no tengan monedas volaban al soplo del carretero. Los que tenían monedas encima quedaban quietos y fijos en la mesa. Esos eran los encargos que el hombre traía al pueblo.

Tal como en el cuentecillo, el fuego pasará por nuestras obras, y lo que hayamos hecho que sea paja, el fuego la quemará, dejando sin embargo las obras hechas en Dios y no para nuestro ego, que recibirán recompensa como trascribo al principio de este escrito.

El viento de la justicia de Dios llegará soplando con fuerza de un huracán por lo que es prudente mantener el temor a Dios y hacer su voluntad. Es posible, y así pasa, que estemos perplejos diciéndonos ante algunos casos peliagudos y decimos ¿Cuál es la voluntad de Dios en este caso? No se que decir ante esto. Yo miro los hechos y palabras de Jesucristo y encuentro siempre a solución.

Dios controla su Universo hasta el último átomo y Él nunca ha renunciado a su soberanía y autoridad, para dársela a cuatro payasetes que tratan desde el principio de la Iglesia de imponer sus tesis. El poder de Dios, cuando se va en su busca de corazón es imponente y no falla jamás. Otra cosa es que le demos el “toquecillo” que le damos nosotros, con nuestra “fabulosa inteligencia”.

Y así dice la Santa Escritura: Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;  porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta. (2ª Corintios 10)

Y ahí se reduce todo; obedecer a Cristo en todo, pese a como se comporten los demás. Dios no te va a juzgar por lo que otro diga de ti, sino por lo que halle en tu conciencia.

AMDG.