Por supuesto que las casas las hace la casualidad y el firmamento se hizo solito, solito. Y vas a un mitin para ver a un tipo que te está diciendo mil majaderías, que te engaña, y que te dice que va a hacer esto o lo otro, y al final se queda con la mesa y los manteles.
¿Y en el fútbol? miles de pobres pagando para ver a 22 ricos. ¡Que cosas se ven D. Mendo; ¡que cosas se ven D. Nuño! (La venganza de D. Mendo) Pero ¿os dais cuenta del nivel que demostráis?
Yo pienso con más escepticismo y cordura, y las guerras y enredos de la vida me dan la razón. Para que haya ese socialismo que se preconiza, tiene que haber verdaderos socialistas que conozcan la naturaleza del ser humano. Pero claro, si la conocen no puede existir.
A partir de ese conocimiento (bíblico por cierto), se puede hacer algo. Con violencia y muerte, nada se puede construir. Los que lo han intentado han fracasado miserablemente. Quema-conventos, comecuras, y apandadores los hay de sobra. Se puede conquistar con las bayonetas, pero no se puede nadie sentar sobre ellas.
Jesús de Nazaret solo habla de paz, hermandad, equidad, etc. Si los que tienen que sostener esta situación que Él preconiza no lo hacen adecuadamente, no es por culpa de Jesús o su doctrina, es que para que haya verdadero cristianismo tiene que haber cristianos, y eso es muy, muy escaso.
Y por supuesto que habrá “sacerdotes ateos”, y "comunistas ricos" y viviendo del chupete. Tiene que haber de todo, para que se exalte en su momento al que gusta de los criterios de Dios. El final de todos los incrédulos y duros de corazón es, como dice el poeta Espronceda: es la vida del hombre y su locura, una estrecha y hedionda sepultura. Y ¿para eso tanta brega?
La tecnología, como ya he escrito en varias ocasiones, se convierte un semidiosecillo que nos encanta y nos lleva por contraste a la credulidad. De ahí el calentamiento global, la fusión nuclear, que siempre está al caer y nunca llega, y también todo un paquete de pseudociencia de la inteligencia del hombre, es ahora una realidad ante nuestros ojos.
Pero como dice La Escritura : es una frondosa viña, que da abundante fruto para sí mismo; conforme a la abundancia de su fruto multiplicó también los altares, conforme a la bondad de su tierra aumentaron sus ídolos. (Oseas 10:1). Y es que la superstición no solo va en la loca ignorancia, pues hasta los más elevados mandatarios y notables intelectuales, se entregan a las adivinaciones, tarot, y tantas clases de superstición y ocultismo. Los nuevos dioses.
