sábado, 8 de junio de 2013

EL LLAMAMIENTO Y LA ELECCIÓN

Abrahán mira al cielo 
 

EL LLAMAMIENTO


Y sabemos que a los que aman a Dios,
 todas las cosas les ayudan a bien, esto es,
a los que conforme a su propósito son llamados.
Porque a los que antes conoció, también los predestinó
para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Y a los que predestinó, a éstos también llamó;
 y a los que llamó, a éstos también justificó;
y a los que justificó, a éstos también glorificó.
(Romanos 8: 28, 29, 30)

Sobre este punto me consultan muchos y yo sé poco de teología, y hasta en casos no me atrevo a meterme en camisa de once varas, porque enseñar sin estar muy preparado es imprudente y casi temerario. Lo que sí puedo decir es que los versículos anteriormente expuestos son bastante claros con respecto al llamamiento celestial y a la elección. (Hebreos 3:1)

Dos figuras que se vuelcan a favor de la elección, como sucedió a Jacob y Esaú. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. (Romanos 9:13) El llamamiento general es para toda persona. Esta tarea de Dios, es realizada por todos los que de alguna manera realizan la difusión del Evangelio entre las gentes. Sabemos bien la mentalidad de las gentes y sus preferencias.

A la llamada celestial de Dios que es amor, gozo espiritual, paciencia, longanimidad, mansedumbre, fe, conciencia, continencia, y autocontrol, la mayoría se niega por no estar capacitada, y por estar sumergida en la vorágine del mundo, sus espejuelos atrayentes y sus apremios angustiosos. En una película alguien abre los ojos a la realidad y dice: no veo bien el nuevo panorama.- Se le contesta: porque no tienes los ojos acostumbrados a ver la realidad.

Las gentes van a donde quieren sin saber siquiera a donde van. Cuando les hablamos de la salvación no entienden lo que les decimos. Ellos dicen que no tienen que ser salvados o en la muerte queda todo saldado. Su reacción es meterse con los curas, pastores, monjas, y toda persona que pretenda la santificación para estar a coherencia con su fe.  Estas gentes criticonas si tienen a mano alguien que falla proclamando ser cristiano se regocijan y dicen: ¿ves como todos somos iguales? Todo es hipocresía.

Por supuesto que si el tal que critica entra en una iglesia entra con su hipocresía y sus lacras. Y allí están en la iglesia sus cualidades y defectos. Y si lo hace genuinamente también entra sus virtudes o propiedades humanas, que le definen aun siendo cristiano. Solo el llamamiento y asistencia del Espíritu de Cristo, le puede hacer congruente con la fe.

Y por eso la pregunta: ¿por qué Dios elige a uno y desdeña al otro? En el caso de Jacob y Esaú, estaban los dos en el vientre de su madre, y aun no habían podido hacer ni bueno ni malo. ¿Por qué la elección para gloria de uno y la misma elección para vileza?

San Pablo lo aclara ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera.  Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo quiera tener misericordia, y me compadeceré del que yo quiera compadecerme. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. (Romanos 9: 14,15,16)

Seguirá


AMDG