Abrahán mira al cielo
EL LLAMAMIENTO
Y sabemos que a los que
aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es,
a los que conforme a su
propósito son llamados.
Porque a los que antes
conoció, también los predestinó
para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos.
Y a los que predestinó,
a éstos también llamó;
y a los que llamó, a éstos también justificó;
y a los que justificó,
a éstos también glorificó.
(Romanos 8: 28, 29, 30)
Sobre este punto me consultan muchos y yo sé poco de
teología, y hasta en casos no me atrevo a meterme en camisa de once varas,
porque enseñar sin estar muy preparado es imprudente y casi temerario. Lo que sí puedo
decir es que los versículos anteriormente expuestos son bastante claros con
respecto al llamamiento
celestial y a la elección. (Hebreos 3:1)
Dos figuras que se vuelcan a favor de la elección, como
sucedió a Jacob y Esaú. Como está escrito: A
Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. (Romanos 9:13) El
llamamiento general es para toda persona. Esta tarea de Dios, es realizada por
todos los que de alguna manera realizan la difusión del Evangelio entre las
gentes. Sabemos bien la mentalidad de las gentes y sus preferencias.
A la llamada celestial de Dios que es amor, gozo espiritual,
paciencia, longanimidad, mansedumbre, fe, conciencia, continencia, y
autocontrol, la
mayoría se niega por no estar capacitada, y por estar sumergida en la vorágine
del mundo, sus
espejuelos atrayentes y sus apremios angustiosos. En una película
alguien abre los ojos a la realidad y dice: no veo bien el nuevo panorama.- Se
le contesta: porque
no tienes los ojos acostumbrados a ver la realidad.
Las gentes van a donde quieren sin saber siquiera a
donde van. Cuando
les hablamos de la salvación no entienden lo que les decimos. Ellos dicen que no tienen que ser
salvados o en la muerte queda todo saldado. Su reacción es
meterse con los curas, pastores, monjas, y toda persona que pretenda la
santificación para estar a coherencia con su fe. Estas gentes criticonas si tienen a mano
alguien que falla proclamando ser cristiano se regocijan y dicen: ¿ves como todos somos
iguales? Todo
es hipocresía.
Por supuesto que si el tal que critica entra en una iglesia
entra con su hipocresía y sus lacras. Y allí están en la iglesia sus cualidades
y defectos. Y si lo hace genuinamente también entra sus virtudes o propiedades
humanas, que
le definen aun siendo cristiano. Solo el llamamiento y asistencia del Espíritu
de Cristo, le puede hacer congruente con la fe.
Y por eso la pregunta: ¿por qué Dios elige a uno y
desdeña al otro? En el caso de Jacob y Esaú, estaban los dos en el vientre de
su madre, y aun no habían podido hacer ni bueno ni malo. ¿Por qué la elección
para gloria de uno y la misma elección para vileza?
San Pablo lo aclara ¿Qué,
pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a
Moisés dice: Tendré misericordia del que yo quiera tener misericordia, y me
compadeceré del que yo quiera compadecerme. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino
de Dios que tiene misericordia. (Romanos 9: 14,15,16)
Seguirá
AMDG
No hay comentarios:
Publicar un comentario