miércoles, 20 de junio de 2012

NO EXISTE OTRO CAMINO






He recibido casi una lista de denominaciones, y se me dice que todas ellas están en Cristo, y por tanto son tan buenas como otra cualquiera. No estoy de acuerdo. Veamos si puedo explicar mi posición sin ofender a nadie, aunque me temo que ofenderé a todos; no es esa mi intención ni de lejos.  

Para ello voy a prescindir de toda querencia y me centraré en las palabras de Jesús y de sus discípulos, los escritores de la Escritura cristiana. Así cada cual puede examinar los textos y tomar sus decisiones  

Jesús habla de que el es el mediador único: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6) Es pues clarísimo de que no es un camino o una verdad o una vida; es el camino y es la verdad, y es la vida.

Para mí es muy claro y en esa senda no voy extraviado. Se me puede argüir que Dios es de todos, y el que cree en Dios ya tiene abierto en camino de la salvación.  

Ese argumento es invalidado claramente por el siguiente dicho de La Santa Escritura: A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. (Juan 1:18) Y la Escritura no puede ser quebrantada.  (Juan 10:35) Cada uno haría la interpretación que quisiera y el caos, mucho más profundo que el de ahora, que todavía se respeta algo la Escritura, sería definitivo.

Dios solo puede ser conocido a través de Jesús el Cristo. Toda concepción de Dios fuera de la enseñanza de Jesús es deletérea, incompleta y muy inconsecuente e inconcreta.  

La muy conocida frase de: “yo sé que hay algo”, está bien, pero no aclara nada, ni hace que la presencia de Dios llegue al sujeto. La contemplación de la naturaleza, los fenómenos físicos, el Cosmos sobre nuestras cabezas, no despiertan al verdadero espíritu, sino por la fe en Jesucristo.  

De hecho si se producen persecuciones por causa de la religión es porque realmente no ha habido interés en lo eterno y las cosas de arriba sino que las miras están puestas en dominar y aplastar.

San Pablo por el contrario dice: Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. (Colosenses 3:1 al 4) 

Y yo me pregunto siempre que cuando hay pelea y rebelión así como prepotencia y una imposición religiosa ¿no estaremos vulnerando el precepto de la paz? La Escritura dice claramente algo que ha sido mi gozo y a veces mi tormento a lo largo de mi ya larga vida: Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. (Carta a los Hebreos 12:14) 

Jesús también dijo, y termino: Quien no está contra nosotros; por nosotros es: (Marcos 9:40). Así pues el que no está contra la Iglesia de Dios cuya cabeza es Jesucristo es por nosotros. No que tenga o no tengan salvación eterna, que eso no lo tratamos aquí, sino que no son enemigos, sino apartados de la comunión con Cristo. 

Esta enumeración de citas bíblicas, es solo con el fin de ilustrar a los que ponen en boca de Jesús palabras que él no ha pronunciado. Estas son palabras que cualquiera puede comprender si quiere.

Estas contienen una verdad, que es decisiva para el acercamiento y la consecución de refugio eterno, en el Dios Creador y Sostenedor del Universo.

DIVISIÓN Y CONSECUENCIAS

San Pablo apóstol

Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. (Mateo 12:25) Tanta ciencia, tanta estupidez, tantos títulos, tantos “cristianos” que abogan por la separación de las comunidades que integran esta nación, hasta ahora llamada España, sin mirar lo que los demás integrantes desde siglos y siglos pueden pensar.

Jesús sabía lo que decía cuando habló de la forma que he expresado en el principio. España entera, como barco desarbolado, cruje por sus más fuertes cuadernas como si lo que dice un papel o lo que desea cada cual no fuese destrozado, al fin, por fuerzas que ni siquiera son ponderadas o conocidas.

Tenemos ejemplos de dispersión, que solo han traído muerte, desolación y enemistades, por el prurito de pretender ser diferentes. Cuando un  día fui a Alemania y Suiza y países escandinavos de vacaciones, comprobé que allí también había querellas entre vecinos, ambición, y comían boquerones como nosotros.

En Inglaterra, había establecimientos donde vendían pescado frito como se hacía (no sé si se hace aun) en Sevilla, en mis tiempos juveniles. En todos los lugares que estuve, vi que todo era igual que aquí, solo con las naturales variaciones impuestas por los climas y la adaptación al medio.

Ahora en la Iglesia, veo gran cantidad de “iglesitas” independientes no solo en el campo  llamado protestante, sino en la llamada "roqueña" Iglesia Católica, que tiene tantas tendencias como comunidades se deslizan de ella.

Pretenden ser católicas, pero ni obedecen al magisterio ni entre ellas se avienen en cuestiones, no solo de procedimiento, sino en materias doctrinales que no es ninguna broma. Pretende seguir siendo católicos, pero no obedecen a sus ministros que al fin y al cabo, son los están siempre al pie del cañón.

Tal cual pasa en las iglesias protestantes, evangélicas, etc. etc. Si son capaces de unirse contra los católicos ¿porqué no se avienen entre sí? Ellos se han procurado su propia doctrina, que todos dicen que es la "buena". Eso produce entre los de afuera un malestar y un tedio, que los hace despreciar lo que de bueno tienen en sí estas congregaciones.

Yo procuro entender a todos, y todos llevan (como decía mi madre) “su parte de razón”. Arregui en el pseudo-catolicismo que practica y expande a los cuatro vientos, tiene sus razones que no quiero refutar. Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. (1ª Timoteo 5:17) Esa es mi respuesta.

Todo el que lleve el nombre de cristiano, hará bien en seguir su conciencia (informada) pero no despreciar al que quizás es mejor que él. Y sobre todo, no pensar que lo que cree es más cierto que lo que creen los demás cristianos que aman a Jesús.