martes, 29 de enero de 2013

DELEITE EN DIOS


Enjugué pesaroso tu lamento adorable,  
Y acerqué mi semblante al bello sol naciente,
Cuando al fin ilumina lo que espero impaciente,
Y gozo en tu lucerna de fulgor admirable.

Mi alma iluminada con tu luz amigable,
Envuelta en paz y gozo, a la sombra potente
De tu manto real, de armiño y brillo ardiente.
Y tu lar celestial, morada deleitable.

En la fe que nos diste, de fuerte confianza
En el Dios que convive con esta humanidad,
Y la salva, reaviva, y afirma en esperanza.

Vivimos y moramos con tu noble pujanza  
Y emprendemos la ruta hacia la eternidad,
Fiando en tu palabra, que no sufre mudanza.

Rafael Marañón

AMDG