miércoles, 5 de junio de 2013

CARTA RESPUESTA A UN ATEO MAGO

          Campamento asirio en el cerco de Jerusalén


Sí es posible amar así, estimado “ateo mago”. Un roba corazones pasó por mi vida y aquí se quedó conmigo. Se llama Jesús, y no hay cosa que diga que no sea una verdad como un barco, según tu dices de tu idea del Universo. Esto ya es repetitivo, y lo tengo “escribido” en una respuesta a un amigo masón, que estaba indignado por algo que yo publiqué y que fue, “por contraste”, algo que a él le parecía demasiado dogmático.

Por mi parte la historia de Moisés y los reyes, salmos etc. es de lo más creíble, y no tengo por que dudar de los escritores del A.T. Me parece que escribir sobre los vicios y las grandes maldiciones y castigos por parte de Dios contra su propio pueblo, es de lo más indicativo de que decían la verdad.

Por supuesto que cada cual cuenta las cosas como él las percibe, y ellos eran hombres de su tiempo. A mí no me extraña nada que escribieran así. “Las muchas aguas”, el “turbión” etc. tienen para mí una significación distinta que para ti. Ya ves que opinamos de muy distinta manera. Y yo pregunto ¿y qué? ¿No podemos producirnos con modos civilizados de palabra y opinión, en que se contrastan las dos distintas percepciones?

A mí no me importan demasiado las parábolas o hipérboles semitas sobre los acontecimientos que vivían. Es lógico en la emoción de los sucesos que se diga mil, donde solo hay quinientos, o quinientos donde hay mil. Los judíos llevaban siempre una estaca de madera entre sus armas para batallar, y hacer sus necesidades cavando con la estaca un agujero en tierra. Después lo tapaban, y no había enfermedad ni peste que los atacara. No es tontería, ya que los asirios no las llevaban y se declaró una epidemia de disentería, y tuvieron que dejar el sitio de Jerusalén cuando el rey asirio Senaquerib entró en Israel para hacerla feudataria suya. (Isaías 37:36)

Tú dices que fue por la disentería, y a mí me parece bien lo que dices, pero creo que Dios se valió de aquella catástrofe para demostrar que sus vaticinios eran siempre cumplidos. El medio no es relevante. La disentería era una plaga como la peste, en los ejércitos que sitiaban alguna ciudad. Con la estaca de los hebreos todo aquello se hubiera evitado. 

La prohibición de no comer nada más que lo que Dios les revelaba por medio de sus profetas, se muestra por que en las mejores fiestas americanas se pide que la volatería a comer en la fiesta sea kosher, es decir, manipulada a estilo judío o por judíos. El pescado que no tiene escamas, acumula mercurio y otros tóxicos, por lo que el mandamiento de no comerlo por los israelitas tenía vigencia entonces. Y ellos no tenían las técnicas de hoy, pero sí el mandamiento del Señor. No es tan simple como dices.

Bueno, este escrito es una improvisada y modestísima respuesta   a tus pequeños sarcasmos. De estas y como estas, puedo hacerte mil  ejemplos más (hipérbole semita). Y escribo a “tontas y a locas”, solo porque junto a tus sarcasmos pones un toquecito de cordialidad. Y si te hablo de gente que realmente sabe de esto muchísimo más que yo, no acabo con la lista.


AMDG