domingo, 30 de diciembre de 2012

NO, NO ME MOLESTA




No, no me molesta que me preguntes, ni que estés en desacuerdo conmigo. 0 que me “atices” con tus formas de pensar. No soy infalible, y puedo errar. Comprende que mis escritos no está hechos para lucirme, ni para “epatar” a los que ya conocen estas materias religiosas. Sé escribir libros y no lo hago, porque considero esta tarea como algo muy, muy superior.

Hay muchos amigos que no comulgan con mis ideas, y a otros simplemente no les interesa, pero yo empujo la piedra aunque no la mueva. Eso es lo que creo mi vocación, y eso hago. Tan pronto recibo alguna variación de dirección, rechazo, o despiste del receptor, me apresuro a quitarlo de mi agenda y así no creo molestar a nadie.

El que quiera escuchar y leer lo hace, y el que no quiera lo deja pasar. Yo siembro, y la cosecha la recoge el Señor. Hago mi parte en este negocio, y lo demás está en manos de quien tiene en su mano la salvación o la perdición para los que rechazan sus amorosas leyes.

Lo contrario del cristiano es el perdido, que no tiene inconveniente en participar de los vicios modernos y antiguos: Como la ley de Dios le resulta pesada, al no tener el espíritu de verdad, se encuentra en su propia vía, y su camino está atestado de dificultades y de penas.

Al salirse, o no entrar en la senda de Dios, carece de revelación y unción, lo que le impide penetrar los misterios de Dios que le parecen desde su óptica, banales y propios de “mea pilas" o de fanáticos religiosos.

A mí, personalmente, no me afecta la opinión de la gente, porque sé a donde voy, y de donde vengo. El final de la vida del hombre perdido es como decía Espronceda el poeta:

Que es la vida del hombre y su locura
Una estrecha y hedionda sepultura.

O en el caso de que yo esté errado, y los prodigios de Jesús sean fieles, una horrenda vida en la muerte eterna espera a los refractarios, que no es ni más ni menos que estar fuera y en un estado de eterna exclusión de los que no quisieron aceptar el Evangelio: Es, simplemente, lo que se quiere ahora.

Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan,  y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el Cielo con los ángeles (enviados) de su poder.

En llama "como de fuego", para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder(2ª Tesalonicenses 6 al 9 y más)

AMDG

miércoles, 26 de diciembre de 2012

BUSQUÉ TU AMOR (Poema)






¡Oh buen Jesús! ¡Como bendigo el día
Que tu nombre invocando, ajado y triste
Busqué tu amor que en gracia me reviste,
Llenando mi alma rota de alegría! 

Tú eres la llama que mis pasos guía
La luz que alumbra todo cuanto existe;
Eres amor que humilde y puro insiste
Colmándome de luz y de poesía. 

Eres mi canto, gozo y melodía;
Motivo y fin de toda vida y gloria,
Y eres Jesús, mi aliento y mi ufanía. 

¡Noble amigo! Sin huera teología
Me diste amor, siendo yo pura escoria
¡Tú eres mi rey y mi sabiduría! 

Contigo ya en franquía
Y libre de congojas y temores
Espero, en paz, morar donde tu mores




lunes, 24 de diciembre de 2012

CLAVOS DE AMOR




Colgado del madero, en agonía,
Sujeto por los clavos de su amor,
Lanzando hasta los cielos su clamor
Expira el buen Jesús por mano impía.

Redime del pecado el alma mía
Y yo me constituyo en su deudor,
Amante purifica en su dolor
Mi vida, mi pecado y mi falsía.

Mas no será el dolor interminable,
Pues su vida germina poderosa,
Y emerge de Su Padre esplendorosa.

Venciendo al enemigo, formidable,
En triunfo, resurgido de la fosa,
Todo el poder de Dios en Él reposa.

Sin miedo de la losa,
Mi espíritu se afirma en regia herencia,
Y espera su regreso con paciencia.

domingo, 23 de diciembre de 2012

RESPUESTA A UNA RECONVENCIÓN (2ª parte)



Es claro que Jesús ponía condiciones duras para los que quisieran seguirle, aunque no dijo nada contrario sobre los que, haciendo obras de Dios, no les seguían.  No sé si pecamos, cuando hacemos juicio contra los demás que, aun rústicamente, siguen con Jesús aunque sea de forma débil o casi indiferente.

Es cierto que las condiciones de Jesús son duras de seguir y más si estamos embebidos en las cosas del mundo, pero si el Espíritu nos llama y somos dóciles a su llamada, estaremos en una situación bien privilegiada y, por tanto, no estamos autorizados para juzgar y condenar a otros hermanos que, por convicción o por otro motivo, no nos siguen en nuestra manera de peregrinar por la tierra de Dios.

Termino con un ejemplo de diversidad en las misiones de cada cual: Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas, a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron.

Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión (los no judíos), como a Pedro el de la circuncisión (judíos) (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles),

Y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas (Pedro) y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.

Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer. (Gálatas  2: 6 al 10)
              
La profusión de textos bíblicos explica mejor que yo, el rigor de los asuntos espirituales. No estoy tratando de justificar herejías, ni que la gente ande por ahí cada uno por su cabeza y su criterio. Solo digo que está muy mal que unos a otros, y llamándose cristianos, se descalifiquen o se odien. No es esto lo que el Maestro nos dejó dicho.

             Si alguien esta equivocado tome en cuenta lo que San Pablo decía en el caso de comer o no carne: Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Nosotros sigamos el camino recto, y dejemos que a los demás los juzgue quien tiene potestad para hacerlo. Los demás, son cobeligerantes en la proclamación del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.


AMDG

RESPUESTA A LA RECONVENCIÓN DE UN AMIGO 1ª Parte



 

Como vengo diciendo, amigo mío, no es cuestión de ser de esto o aquello. Eso es sectarismo, y yo no quiero caer en semejante aberración. Obviando mi militancia ortodoxa en la que me encuentro seguro, digo llanamente lo que siento. Respeto las distintas formas de seguir al Cristo de Dios, y me baso en unas premisas bíblicas en las que abundo, y en las palabras de mismo Jesús.

En ocasión de que algunos no les seguían, los discípulos de Jesús le propusieron un apartamiento o unas represalias contra los que no participaban de sus “correrías” por la tierra de Israel. Y así les dijo ante sus inquietudes: Quién no es contra nosotros, con nosotros es. Marcos (9:40)

Jesús  no se andaba con medias tintas al tratar todos los asuntos que se le presentaban y ante las preguntas de algunos y no de los más torpes su respuesta no se hacía esperar. Enérgicamente respondía, como el que está seguro de lo que dice. Confundió a los rabinos que le preguntaban sobre las condiciones para seguirle, y convidaba a todos a que lo hicieran.

A los que no querían seguirle no los justificó sino que les dijo claramente: Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;  y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

Gloria de los hombres no recibo.  Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis. ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?

Si no les seguían era asunto, si no irrelevante, sí de menor cuantía. Él no entró en si estaban o no errados, sino que en su amor a la humanidad a todos acogía. A los que con mala intención e inquina le buscaban el fallo, les respondía a veces hasta con agresividad; a los que iban rectamente a conocer su doctrina los recibía y les enseñaba el camino a seguir para estar de pleno en su onda.

No era seguirle lo que perdía a las gentes, sino la actitud que mostraban ante su persona y su doctrina. Era casi rudo cuando explicaba las condiciones para seguirle, y no eran cosa menor: quien no está conmigo está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama. (Mateo 12:30.- Lucas 11:23)

AMDG

viernes, 21 de diciembre de 2012

HAY JUICIO


  

Hay algo que a mí me resulta espantoso y que a mi honesto juicio es una merma importante de la atracción que el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. La animosidad existente entre las distintas confesiones, y hasta de la misma confesión entre los que en vez de ser hermanos son casi enemigos irreconciliables.

Las críticas, con el mayor interés en mejorar lo que hay (concedámosle esto), son inapropiadas la inmensa mayoría de las veces, y solo la constructiva es la que debe prevalecer entre los que se dicen hermanos

Pienso que esta situación que tanto daño hace al Evangelio es algo que se debería extirpar, y se debe a que no hemos comprendido aun la grandeza de cada ministerio que cualquier hermano desarrolla. Cada cristiano está llamado a anunciar o a proclamar el Evangelio de las Buenas Nuevas” como tabla segura de salvación eterna.

¿Y de qué tengo yo que salvarme? dirá mas de uno. San Pablo lo cuenta muy bien en la visita a Atenas, ciudad que por aquel entonces era centro de la filosofía y que presumía de espiritualidad mantenido un panteón de dioses a los que se ofrecían sacrificios.

Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.

Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;  por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. (Hechos17)

Si somos capaces de digerir esta invectiva de Pablo a los atenienses aplicándola a nosotros mismos, hemos de reconocer que nuestro cristianismo es más de pacotilla que real. No creo que haga falta que nos vistamos un sayo y andemos pidiendo limosna ni mortificándonos, ya que de eso se encarga la vida.

Creo que una actitud de espera tranquila en Dios y una obediencia a sus ordenanzas (de las caídas ya se encarga Él si las confesamos arrepentidos) es bastante, aunque si queremos ser levadura y sal, así como luminarias en este mundo tan agitado y corrupto, no tenemos más camino que el que nos proponía San Pablo: Sed imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo. (1ª Corintios 11:1)

AMDG.

domingo, 16 de diciembre de 2012

DIVAGACIONES


Juntos, aunque no revueltos


Nos juntamos en una terraza, para celebrar juntos una “fechoría” de Santi que había recibido un premio. Naturalmente ¿como no? surgió la siempre esperada pregunta sobre el fundamentalismo de cada Iglesia cristiana, y la importancia que estaba cobrando la secularización y el regreso por otra parte  a las fuentes primitivas.

Ramón que es el más sesudo y tranquilo del grupo adujo en la defensa de sus criterios- es que no se puede creer lo que no se cree; se puede aceptar tal o cual dogma, pero creerlo me parece que más de un clérigo de cualquier observancia, tendría muchos problemas para aceptar algún que otro dogma sin analizarlo y ponerlo en cuarentena por lo menos.

-El hecho de que no coincidan, aunque sea en el ritual, hace pensar que tampoco coincidan en otras materias más peliagudas- dijo Fernando Aguado -Solo creo que cada cual tiene una distinta forma de ver las cosas, y que supongo que está condicionado a la forma de vida y de comunión, y a las costumbres de cada lugar-.

-Yo no veo grandes diferencias entre unos y otros. Todos dicen lo mismo, aunque comprendo que siendo más bien indiferente a estas cosas de costumbres o de reglas, no capte bien la importancia que cada cual concede a los procedimientos-

Eso pasa porque cuando se está fuera no se aprecian las diferencias- Es normal, que los que están dentro de la vida del Evangelio presten mucha atención a los matices; las pequeñas cosas pueden alterar muchas grandes. Apuntó Juan, que es cristiano, aunque no muy comprometido.

 Martín, siempre tan taciturno y tolerante, aportó.-Tengo parientes cercanos y buenos amigos que aunque no hacen el cumplimiento dominical cristiano, no dejan de ser gente honesta en su ética y en sus formas de contemplar las relaciones humanas que al fin y al cabo son las que mayormente dirigen la actividad de una Iglesia- 

Estos corrillos eventuales, permiten comprobar que aunque todos digan lo que quieran sobre el hecho “religioso”, la mayoría tiene sus opiniones sobre todas estas cosas espirituales. No son tan indiferentes como aparentan.

De hecho se ha comprobado que cuando el 11-S con el derribo de las Torres Gemelas de N.Y., entró mucha más gente en las Iglesias a raíz del terrible atentado. El hecho espiritual está dentro de cada uno de nosotros. En unos, el Reino, en otros la inquietud espiritual. En todos trabaja Dios a su manera.

jueves, 13 de diciembre de 2012

HUMANIDAD Y CIENCIA



Sobre un estudio rigurosamente hecho por una prestigiosa universidad, reconoce Sergey Gavrilets, de la Universidad de Tennessee-Knoxville. «Nuestro estudio ha generado mucho entusiasmo al ofrecer una nueva visión a un tema muy viejo», Ahora bien, señala, «podemos estar equivocados, pero así es como funciona la ciencia. Formulamos una hipótesis y se debe probar si está bien o mal».

Pues bien sobre ello tengo algo que decir, que llevo repitiendo a todo el que me consulta... o insulta; que tanto de una "medicina" como de otra soy abundante receptor. No es importante y me dan pie para confeccionar mis pequeñas réplicas y anunciar la verdad que está en Cristo Jesús.

El misterio no ya del Universo con sus numerosas galaxias estrellas, planetas, etc. sino una explicación razonable de la vida es algo que no está al alcance de los seres humanos por más que presumamos que esto es así o que por lo menos llegará a serlo. La ciencia como dice El Dr. Gavrilets formula hipótesis generalmente bien asentadas pero que desconocen el 99 % de la realidad.

Puede darnos los “comos” pero jamás los “porqués”. Y la ciencia trabaja con los datos que puede tener o adquirir a medida que avanzan los conocimientos de las cosas. El solo sé que nada sé de Sócrates y otros genios que le han seguido da buena cuenta de la situación de la ciencia.

Es tan tupido el velo que oscurece la realidad que es muy difícil penetrarlo con los medios “científicos” de que podamos disponer. Tal vez, conforme se vayan removiendo los velos que oscurecen nuestra visión del Universo podamos saber más y más sobre alguna parte de las muchas materias y asuntos que forman parte del existir.

Podemos conocer y en nuestro propio beneficio hallar y aplicar la energía del magnetismo de la Tierra y disponer de energía inacabable y a la vez hallar medios que ahorren infinitesimalmente casi la necesidad de la tal energía. Como será el mundo en unos tres mil años, ya asomó el gran Asimov en sus novelitas, y más aun en su trilogía sobre las Fundaciones, libro que me permitirán ustedes que recomiende.

Pero al fin y al cabo seguiremos, en ese teórico tiempo, siendo una especie humana más desarrollada, aunque por mucha pátina de bondad que pongamos sobre nuestros cuerpos y espíritus, solo conseguiremos que nuestras fuerzas hayan crecido para daño propio. En esos tres mil años, puede ser que se pueda destruir un planeta por necesidad o capricho de quien posea el poder “científico” para hacerlo.

El desarrollo de la ciencia solo es un bosquejo de nuestra ineficiencia y cortedad de conocimientos que, por mucho que se quiera cambiar, solo será para nuestro mal. En las películas de anticipación o ciencia ficción, se muestran los desarrollos de unos mundos en los cuales será un infierno vivir. Cambien o no, los postulados o los parámetros con que juzguemos cada situación. 

miércoles, 12 de diciembre de 2012

PERFECCIÓN PERSONAL



Obras de misericordia.- Enseñar al que no sabe.
Y con mucho amor del bueno.

Mi muy querido amigo: ante todo conoces que mis asuntos son transparentes, como siempre lo han sido. Nada tengo que no se pueda saber por todos. Cuando he hecho alguna cosa no debida no lo he ocultado. Soy así ¡y ahora no voy a cambiar! Tengo que responder a algunos mensajes que me dicen de todo. Desde hipócrita hasta apóstata, según les venga bien.

Yo sigo claramente diciendo lo que creo y siento, y si mi fe no es lo robusta que quisiera por causa de mis elucubraciones interiores, para mí lo que vale es la voluntad. Es por ello que me congratulo en hacer lo que creo que debo; de mis fallos se encarga Dios que es más poderoso y clemente.

No creo en sentimentalismos al uso, aunque me goce en ellos cuando son de buena ley. Sé claramente que soy yo el que, atendiendo a la llamada de Dios, pongo toda mi voluntad en hacer y decir lo que me parece que es parte de su voluntad.

Me siento como un hombre que en el ocaso de mi vida quiere dejar sus cuentas bien ajustadas con sus prójimos, porque en el caso de mi relación con Dios, el Creador, no tengo problema porque he obligado a mi voluntad a someterme a Él, y me va muy bien. Si esto me favorece por estar en Él es cosa suya, porque yo no tengo palabras para agradecer la felicidad con la que he hecho el camino de mi vida.

Hay veces en que mi fe, asediada constantemente por los acosos de  mi entorno, flaquea o pasa por lo que algunos hombres y mujeres de Dios decían que era el camino de la “noche oscura”, y lo que otros llaman la “travesía del desierto”. Seguir adelante, a pesar de esas llamadas a la transgresión y al desaliento.

No descarto, y me parece bien, tu reflexión de que los malos ejemplos son los que causan tanta devastación en los corazones de los que sin fe buscan la verdad, o los que poseyéndola la pueden perder por esa causa. Lo que ocurre, es que procuro hacer mis cosas adecuadamente buscando la perfección. Mi perfección es Cristo, y la perfección de Cristo es mi perfección.

La vida cristiana se basa en la voluntad, y no solo en los sentimientos de cada cual. Nada es mejor que seguir la senda de Jesucristo, porque basta con ver un telediario para conocer las perversidades más viles que se miran por casi todos con indiferencia y hasta con delectación.

No creo decir nada nuevo, si afirmo que si no hay fumadores, ni consumidores de droga, alcohol y codiciosos, la existencia sería mucho más tranquila y triunfadora que lo es ahora. Por eso, te recomiendo que aprendas más sobre Jesús. Ilústrate leyendo la Biblia, y siguiendo las sabias normas que el Espíritu Santo de Dios ha dejado a su Iglesia. Por lo demás vive en paz, y pásalo bien. Yo así lo hago. 

martes, 11 de diciembre de 2012

NO ESTAMOS SOLOS, NI ABANDONADOS



 

Soy algo altruista, y trato de comprender los problemas de los demás, porque en realidad todos compartimos la dicotomía (διχοτομία) del ser humano irredento, y la misma esquizofrenia mental que afecta a  todos los cristianos. Por una parte somos gente digna de que Dios se apiade de nosotros, porque la vida es como decía la salve antigua “un valle de lágrimas”. Por otra la congénita depravación preconizada por los calvinistas y otros.

Estoy seguro de que el Creador contempla nuestras vicisitudes con mucho amor, porque sabe que somos débiles y terriblemente soberbios, y que nos metemos en líos solo por ello, y por la curiosidad propia del que administra de forma extremadamente desacertada una libertad inmerecida.

Si obtenemos libertad, nos quejamos como el pajarillo, solo y helado de frío en lo alto de un tejado. Si nos meten en una jaula de oro, al abrigo de avatares, con todo solucionado, nos quejaremos de que carecemos de la libertad ansiada.

Y no somos felices… porque no queremos serlo. Porque nos introducimos en esferas de la vida y de la inteligencia que sobradamente nos sobrepasan. El ser humano, hecho a imagen de su Creador, tiene muchas aspiraciones que en Dios son posibles, y en nosotros completamente inalcanzables.

De ahí esa sensación de que nuestra vida se acaba, sin conseguir las metas o aspiraciones que hemos cobijado en nuestro interior. La envidia es solo una manifestación de tal decepción. Un rico que tiene un yate de 30 metros, lo pasa fatal cuando ve en el embarcadero donde aloja su magnífico barco, otro yate de cincuenta.

El pobre nunca es rico, porque siempre aspira a más: Aquí cabe la antiquísima coplilla de “el que tiene un duro quiere tener dos”… etc. Porque estamos hechos para algo que imaginamos, o lo deseamos imaginar, algo tan grande que nos trasciende y nos hace ver, a pesar de nuestro orgullo innato, lo lejos que nos hallamos por nuestras fuerzas o ingenio de cumplir nuestra sed de grandeza y de inmortalidad.

Jesús dijo que el grano de trigo si no se entierra no dará fruto. Si nosotros no somos reflexivos y no nos damos cuenta de nuestra dicotomía, en la grandeza a que aspiramos y en la flaqueza en la que nos encontramos, siempre seremos pobres de solemnidad. Y el olvido nos acecha, así como la vanidad de una vida malgastada en afanes y quimeras.

La sobriedad, la fe, la esperanza que nos lleve a hacer el bien a todos y cada uno de nuestros semejantes, es lo único que puede redimirnos de estos forcejeos, que al final terminan en la muerte, sin que gloria o fortuna nos puedan acompañar. Esto se acabó y ahora espera el gran misterio, solucionado en el creyente y en suspenso o en la desesperanza del incrédulo.

AMDG


lunes, 10 de diciembre de 2012

EL “ROBAGALLINAS”




Me lo contaba mi hermano mayor cuando fue alcalde de mi pueblo. Era notable la indiferencia con que me lo contaba, pues se había convertido en un estoico mezclado con cínico (en el buen sentido) que estuvo, creo que dos años, sin cobrar su sueldo de alcalde con la única oposición de su esposa (no me digan ustedes que sin razón).

Era el caso de un gitanillo de buena ley que al serle comunicada la percepción de una pequeña pensión emitió un solo comentario: con estos dineros y lo que yo pueda ir robando, vivo mejor que faraón.

Y es que las costumbres y las ideologías cambian significativamente la personalidad de la gente cuando cambian sus circunstancias. Este individuo ya estaba formando parte de la autoridad. Solo robaría cosas que la gente abandonaba prácticamente. Aun no he visto a nadie, cristiano o comunista, que cuando recibe premio de lotería lo dé para los necesitados. Y una golondrina no hace verano.

Este hermano alcalde, (mi Pepe) en su afán visceral de justicia, quería que la gente más pobre del pueblo tuviera algo que llevarse a la boca, y también algo que alimentase su propia importancia. A un  joven, pinturero y anárquico, le nombró guardia del parque del pueblo. Todos creían que se equivocaba ¿Cómo iba a adiestrarse alguien con costumbres tan arraigadas de independencia y libertad?

Pues lo cambió como se vuelve un calcetín. El hombre se apañó una vara majestuosa, y en el parque no piaba nadie, ni chico ni grande. Su autoridad, de la que usaba con  perfección, nunca fue puesta en solfa. De anarquista y costumbres deletéreas, pasó a ser el mejor guardián, con un celo que imponía respeto a los que usábamos de aquel paseo para estirar las piernas y contemplar los abundantes árboles que le adornaban.

Traigo esto a colación, porque con los ateos ocurre algo parecido. Tan pronto como estudian seriamente (algunos no es por afición a discutir) las cuestiones fundamentales de la vida, comprenden que el tinglado del Universo no es cuestión que obviar, como si se diera por sentado que aquello estaba allí “porque sí”. Como decía el gitano mencionado en primer lugar: “había allí una gallina “, como si la gallina se hubiera  hecho presente, sin dueño ni huevo del que nacer. Simplemente estaba allí.

Eso es válido para un “robagallinas”, pero no para una persona que se enorgullece de pensar, y de refutar toda la creación, dando por sentado que estaba allí, cosa que ni experimental, ni filosófica, ni intelectualmente, es correcta. Tienen que dar muchas cosas por sentado. Sobre ese sofisma construyen algo que, por la premisa imaginaria ha de resultar falso, aunque en sus observaciones ganen mucho para la ciencia. Continuará otro día.

sábado, 8 de diciembre de 2012

ESTUVE EN EL CALVARIO (Soneto en arte mayor con estrambote)



Estuve en el Calvario, participé en el duelo
De tu muerte infamante, de tu dolor profundo,
Del griterío del vulgo, del silencio del Cielo,
Del dolor de los tuyos, de la gloria del mundo.

No hubo palma en mis manos, te desprecié, y de hielo
Cuando a ti te azotaban yo marchaba facundo.
Tu generosa entrega, la derramé en el suelo
De mis indiferencias, hasta lo más inmundo.

Te negué como todos, no asumí tu dolor.
Tu suplicio afligido desprecié indiferente
Y en tu atroz desamparo, yo te escupí en la frente.

Sí, bien digo ¡fui yo! ¿De qué vale hoy  mi amor?
Si tu divino esfuerzo desafié insolente,
Y hasta te fui discorde, en mi espíritu y mente.

Condené al inocente
Y me duele ahora el alma pues te negué acremente,
Y a pesar de mis burlas me acogiste clemente.

Rafael Marañón  viernes 7 de diciembre de 2012    

jueves, 6 de diciembre de 2012

RATZINGUER TEÓLOGO (Tal como yo lo veo)




Cuando esto salga a la luz (poca desde luego) muchos dirán que estoy loco por defender esto o aquello. Porque la gente ignora la objetividad. Solo la usa como frase adversa. Este tipo era muy buena persona… pero… ¡Ya está! ahí empezamos con la subjetividad. ¡Y allá cada cual!

No he querido ser apologista sino de Dios y de Jesús mi Señor, pero las injusticias me sublevan y aunque quiere desarrollar toda mi objetividad, no puedo por menos que defender a este hombre que se proclama hijo de Dios como todos los, que creemos en Jesús.

Sus ideas católicas y tic propios de su magisterio, no me mueven a decir o a hacer una crítica como las que proporcionan los medios de todas clases. Hace ya muchos, quizás demasiados años, que leía a Ratzinger.

Y extrañamente me quedaba estupefacto ante una espiritualidad tan a flor de piel. Leer a este autor era para mí, mejor que a un Papini, o a un Guardini, o Karl Barth,  un Ranher y hasta un Hans Kung tan rebelde y hombre de discordia así como tantos más.

Cuando llegó a ser el “guardián de la fe”, en su puesto de, “La Congregación para la doctrina de la fe”, yo seguía viendo en este personaje, un hombre espiritual hasta el extremo de creer, por mi parte,  que su fe y su saber eran incompatibles con el cargo que desempeñaba.

Mientras leía alguno de sus libros me parecía excesivamente estricto, pero cuando pensaba en lo leído y sobre todo, en algunas frases, pensaba como era posible que lo que escribía no le proporcionara más conflictos con la jerarquía del Vaticano. Después pensaba y me decía a mí mismo ¡pero si este hombre habla como el más exaltado y extremo evangelista!  

Hablaba de estirar las manos de la iglesia para ayudar, para dar consuelo, para demostrar que un verdadero cristiano (en su caso hablaba en católico) era una parte eficiente en el mejoramiento de cualquier sociedad donde viviera. Que la Iglesia no se tenía que ocupar tanto de las “cosas segundas”, como el llamaba al empecinamiento en las pequeñas cosas que no solo nublaban la verdadera esencia de la Iglesia, sino que la sustituían.

Bueno, era un hombre que me dejaba siempre un sabor de que ambos pensábamos igual, aunque él se expresaba de aquella forma sorprendente. En definitiva, que fue su palabra muchas veces más eficiente en mi pensamiento, que los muchos sermones, obras cristianas, libros, etc.  

Actualmente me encuentro unos  editoriales y comentarios, que denotan sorpresa por que antes de ser papa, era considerado una especie de Gran Inquisidor. Y me divierte esa sorpresa (de todos los frentes) de los que ahora ven en él un hombre, como yo le he visto siempre.

Esto, aparte de lo que sus detractores pueden decir (ahí no entro yo) de su defensa de valores, o anacronismos exclusivamente católicos. Pero eso es para otro tema y otros detractores.

Rafael Marañón

miércoles, 5 de diciembre de 2012

ANARQUISTA, CONSERVADOR ¡SOLO CRISTIANO!



Pues verás: soy liberal y conservador, izquierdoso, derechoso, y todo lo que termine en oso o ista, etc. Verás, porqué puede ser. Soy liberal porque me gusta que cada uno tenga su libre elección, y porque así se hace que la sana competencia haga prosperar a las gentes. Soy conservador, porque la tradición me gusta y me place conservarla. Y soy progresista, porque me encanta la inventiva y el desarrollo de las capacidades de todos (y digo todos), los hombres y mujeres del planeta. Lo que no me gusta, son las tonterías.

Cuando se dice que los niños, y los no tan niños, mueren de hambre, no es correcto. Mueren mayormente de malnutrición que les trae toda clase de carencias alimenticias, y les predisponen a la enfermedad. Comer yuca todos los días, o barro como se dice ahora de algunas regiones depauperadas, no es nada agradable. Podemos probar, pero no creo que nos guste.
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Creo en la sana ambición, y creo en la solidaridad verdadera, que es no consentir que las gentes más desafortunadas estén pasando muchas fatiguitas, y otros se compren un yate de no sé cuantos millones. No aguanto a los superfinos, y tampoco a los que todo les da igual.

Respeto lo respetable, y lo que va en consonancia con la palabra del Cristo que al fin y al cabo es la única sendita- todo lo estrecha que parezca- que lleva a la vida, comprobado este aserto por mi experiencia dilatada y ser persona muy dado a meditar y a disfrutar de lo bueno.

Creo firmemente (y así me permitiera Dios que lo pudiese comunicar y me creyeran), que la dicha o la desdicha residen en nosotros mismos y que, debidamente guiados por la fe (ciega y todo) en el Cristo de Dios, podemos ser todo lo dichosos que se puede esperar de esta vida. Y después la Vida eterna.

Las cosillas que pasan del día a día, solo son anécdotas de la vida política; lo que de verdad es importante es la atención que pongamos a Cristo, y las consecuencias de paz y seguridad que le son propias. Ello proporcionará a la humanidad, gente compasiva, solidaria, bien hablada, educada, comprensiva, no juzgadora, y tantas otras virtudes que adornan al buen cristiano, y que le hace sal de la tierra para que no se pudra más aun, y en levadura para que esta pueda ser pan para bien de todos.
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Entrar en toda ese galimatías de vigores altruistas es una tarea demasiado compleja y a la vez simple, pero no cabe en un breve escrito. Baste saber, que el cristianismo con todos sus defectos es hecho adecuadamente el mejor sistema político que se pueda imaginar como dado por el que hizo los cielos y la tierra y todo el Universo. ¿no sabrá Él lo que se ha de hacer para que las cosas funcionen bien?

Ese es mi sistema político; no el del cinismo, la mala voluntad, la corrupción en todos los tiempos, y el perjuicio de enormes masas de personas, a las que no se les proporciona la ayuda que precisan clamorosamente. Me parece que el Creador “olvidó” que todos pasáramos por el trance de un hambriento o un disminuido ciego, deformado, etc. (solo durante un tiempito prudencial); todos aprenderíamos lo que es la verdadera hambruna, y las depresiones y frustraciones que caen sobre las personas que padecen estos rigores de la vida.

Tal vez pensáramos mejor, lo bien que nos va a los que nos quejamos como niños mimados de querellas ínfimas, que a nosotros nos parecen terribles contra nuestro “honor” y nuestra “integridad”. Y veríamos lo papanatas que somos, por no dar gracias a Dios con mil bocas que tuviéramos, por disfrutar de una mediana salud, y comer cuándo queremos hacerlo y además disfrutando de manjares a nuestro gusto. Pensar bien, no seca el cerebro

Rafael Marañón

AMDG

martes, 4 de diciembre de 2012

AMOR IGNORADO

NADIE COMPITE CON DIOS, EN TERNURA HACIA SUS HIJOS.



                    Un intenso frío me helaba los huesos mientras en el parque y a unos doscientos metros, que me habían sido impuestos, contemplaba los juegos y carreras de mi nieto en su colegio. Él me vio de lejos y me dirigió una mirada como perdida, aunque tuve la certeza de que me había reconocido y que mi presencia no le molestaba.

Siguió jugando y pronto sus juegos le embargaron y aunque me había visto continuó con sus amiguitos. Me quedé yo solo contemplando sus evoluciones y complaciéndome de sus piruetas y saltos con sus compañeros.

Me sentía responsable del bienestar y el porvenir de aquel niño, que ausente en sus afanes infantiles no podía percibir mi inquietud por él. Solo jugaba y sabía que su abuelo, desde la distancia, estaba allí y eso le bastaba. Él no tenía la menor duda de la respuesta positiva de su abuelo a cualquier requerimiento que él pudiese hacerle. Se sentía observado y seguro.

Su mente infantil no concebía más necesidad y atención que la inmediata y, como una abstracción inconsciente, la figura del abuelo solo era alguien que en su momento podía solucionarle un problemilla o acariciarle en un momento de crisis.

Unas preguntas me acudieron a la mente y me vi obligado a ponderarlas: ¿Sería posible que Dios me contemplara a mí como yo contemplaba a mi nieto? ¿Había yo pensado que, con seguridad, Dios estaba cerca de mí con infinitamente más amor que el que yo sentía al mirar al niño?

¿Quizás yo, como el niño, pensaba en Él solo para cuando me hiciese falta puntualmente? ¿Estaba Dios tal como yo miraba al niño, mirándome en la distancia impuesta, lleno de amor y de anhelo de tenerme y yo estaba en mis juegos y solicitaciones de la vida sin acordarme de Él? ¿Estaba Dios cerca y atento, como yo de mi amado nieto, pero apartado por mis ocupaciones y distracciones de una relación que Él deseaba ardientemente?

Todos esos pensamientos me sacudieron y me hicieron meditar sobre mis relaciones con Dios y las de Él conmigo. Y me di cuenta de que en realidad solo me acordaba de Dios para pedirle cositas sin pararme a ver algo evidente. Su amor.

Él deseaba ardientemente contar con mi atención y recibir de mí una deferencia que fuera como puente de amor, tal y como yo deseaba que la tuviera mi nieto conmigo. Que yo mirara y que Él sintiera que a pesar de las solicitaciones que me absorbían, mi vista se alzara para constatar frecuentemente que Él estaba por allí y que me miraba con amor y delectación.

Yo me hubiese gozado de que el niño me hubiera hecho una señal de reconocimiento y de simpatía; que hubiese sido consciente de mi amor y mi esfuerzo, ya que yo dejaba cualquier otro asunto del día para concentrarme en su persona, en la de su hermanita y en sus cosas de niño.

Desde ese momento tuve claro que Dios, alto y sublime, sin embargo mira mis cosas con delectación como un amante padre que es y que en todo momento, por su inmenso poder, puede (dejando todo otro asunto) concentrarse en mi persona mirando y gozándose con mi atención y en mi mirada de agradecimiento y deleite hacia Él.

Una atención que le hace agradarse de mí y estar dispuesto como lo hizo en la persona de Jesús, a darlo todo por mí. Del mismo modo que yo pensaba con respecto a mi niño amado, Él también trata de que yo comprenda que me ama con amor eterno y que solo desea llenarme de bendiciones y amor, anhelando tener conmigo una estrecha camaradería y la más intensa comunión.

Tal como yo no me canso de besar a mi niño, Dios también desea acunarme en sus tiernos y potentes brazos y acariciarme con su Espíritu, para que yo tenga la dicha perfecta de sentir la seguridad de su amor.

Desde hoy no haré más agravio a Dios pensando (como hasta ahora) que es alguien terrible, áspero, duro, implacable y justiciero. Alguien que está vigilando severo para castigar y reprobar cualquier mal paso que doy. Con acción de gracias confiaré absolutamente en Él y me regocijaré en su amor. Como mi pequeño nieto, jugaré y reiré y tropezaré y me levantaré.

Sabré que si alzo la vista y la dirijo a Él me encontraré con la misma mirada amante y arrulladora y con algún que otro ceño forzadamente fruncido por causa de alguna torpeza o travesura. Ya no más reglas y ordenanzas, sino solo amor y conocimiento, tal como Él quiere de mí como hijo y la seguridad de que su amor no es enclenque como pensamos, sino fiel, firme y vigente como Él mismo.

Desde ese momento he quedado libre. Soy consciente de que mi debilidad, de la que tanto he renegado, es necesaria para echar fuera toda jactancia y depender exclusivamente de su amor y poder, entregándome sin vacilar en sus fuertes brazos en el camino que Jesús nos propuso para conseguirle. Él, mismo.

Ahora ya solo tengo pensamientos de paz, gozo y gratitud y la absoluta seguridad de que Él me contempla con amor; que solo desea para mí gozo y paz que descansen sobre su persona y no sobre nada más, sean obras, intelecto,  etc. Solos, Dios y yo. Juntos en amor y confianza, juntos en su poder y en mi debilidad que es fortaleza en la confianza.

A pesar de esto, tengo por seguro que cuando me encuentre en su presencia tendré que decir arrobado: ¿Tan bueno eras? ¿Tan torpe era yo que tan mal te concebía? ¡Que ridículo me parece el concepto que yo había tenido de ti! Y me sumergiré para siempre de lleno en Él.

Ahora ya soy el más inteligente de los hombres y esto solo porque he depositado mi confianza en Dios y solo en Él. Ahora ya sé que soy hermano de Jesús y de que ,pase lo que pase, nada me podrá apartar del amor de Dios que viene a mí por Cristo Jesús porque todo depende de Él. 

El que en Él cree no será avergonzado.

Él, es mi héroe.


AMDG.