domingo, 8 de enero de 2012

YA ME VOY YENDO

 


He vivido las felices jornadas
De juventud, hombría y madurez
Y he marcado también largas zancadas
De pena frustración y de escasez.

Y es muy cierto que nunca me ha faltado
Amor, gozo, renuncia y sentimiento,
Pero el tiempo ya todo se ha llevado,
Volando como al polvo lleva el viento.

¿Que resta de unos años trepidantes
De amores, ilusión, y fantasías,
Que ya ni los recuerdos más boyantes,
Dejan de ser tan solo alegorías?

Nada queda; aun aisladamente
Me riega una llovizna de añoranza,
De aquellos años en que Dios clemente
Me dio en salud, anhelos y bonanza.

Y encaro el porvenir precario y breve,
Sabiendo que la espera será triste,
En mi luengo pesar, en lecho angosto
Donde ¡Oh Cristo! a mi lado tú estuviste.

Dulce la vida llegue a su final;
En ti mis pensamientos se recrean,
Que solo el Santo Espíritu es vital;
Sus dones en mi alma siempre ondean.

Adiós a los lejanos bellos sueños,
Adiós a la esperanza y juventud,
Pues ya solo me embriago en tus beleños
Que me hacen soportable el ataúd.



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