lunes, 18 de abril de 2011

NO VENDO IGLESIAS


 
 


Pues verá usted amigo mío: yo no estoy puesto para defender ninguna forma de pensamiento, porque bastante tengo con defender el mío. En la Iglesia Católica, a la que usted denuesta con tan severos epítetos, hay hombres y mujeres como en toda agrupación o ideología de personas. De manera que hay gente que está de acuerdo con el Papa, y gente que no lo está. Gente que abomina de algunos prelados (hay muchos ejemplos), y gente que al tenerse por católica obedece con limpia conciencia y pasa de juzgar, como dice Pablo: Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor. 1ª Corintios 4:4).

Así que yo no soy nadie, en el terreno de la adhesión o promoción a ninguna forma de doctrina que no sea la que nos dejó Jesús, la cual comprobada por mí mismo a través de muchos años de inquirir en todos los caminos, me encontré con esta maravillosa verdad proclamada por el mismo Jesús. Yo soy el camino… y la verdad… y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6). Y ante esta realidad comprobada y de tan enormes frutos en mi vida, lo demás, créame, supone algo bueno, pero ante estas afirmaciones resulta secundario o si quiere, tributario de ellas.

Jesús no es un muñeco para zarandear, o para exhibir cuando queremos aparecer piadosos, o poderosos por medio de la religión. Eso lo hacen también los mafiosos. Jesús es una persona de carne y hueso, determinada por el Padre Creador desde la eternidad, para ser el salvador de los hombres. El verbo hecho carne. (Juan 1:1). Por tanto lo que usted cree o dice que cree, es lo que yo creo. He militado en todos los lugares, donde he captado sinceridad y pasión por las cosas de Dios. Desde los carmelitas en Granada, hasta los cuáqueros en Londres.

Como yo, fallaron; muchos se fueron tras los Baales del mundo, y hasta introdujeron al mundo en sus congregaciones; estas divergen en muchos puntos, que para mí, son cruciales para un perfecto entendimiento de los misterios revelados de Dios. Nada de juzgar, trato solo de comprender, aunque a veces no les entiendo.

Creo, vehementemente, que el corazón del hombre solo lo conoce Dios que penetra en lo más íntimo y Él juzgará, o hará lo que a Él le parezca, en su inmensa justicia y sabiduría. Yo he predicado en muy distintos lugares desde hace ya más de cincuenta años, y sigo creyendo lo mismo que antes he creído. La experiencia me ha hecho más benévolo para contemplar las cosas de los demás, pero no me hace mella lo que otras personas (la mayoría, bigardos) digan sobre las cosas de Dios.

He leído y releído diversas y acreditadas teologías, de los personajes más notorios en todos los campos del cristianismo. Aparte de excrecencias y exageraciones (algunas dignas del mayor respeto), veo que cada una tiene sus diferencias (algunas muy notables) con las demás; lo único que me sorprende (ahora ya no), es la insistencia en sostener estas diferencias, y la agresividad que se emplea contra quien no piensa como cada personaje o personajillo cree que debe de pensar. El conocimiento envanece, pero el amor edifica (1ª Corintios 8:1)

La Revelación de Dios ha venido a nuestras manos a través de la Iglesia. Nos guste o no. Si usted considera que se ha transitado en épocas por caminos malos, eso es cosa de los hombres y nadie es inocente. Si dejamos de preocuparnos por los errores de los demás, y nos afirmamos en las esencias que realmente son las primeras, dejaremos de pelear por las que son subsidiarias, y entonces el auténtico amor de Dios nos unirá en una única dirección; Cristo Jesús. Lo demás, para mí, es cabezonería, y en muchísimos casos, ignorancia testaruda.

Rafael Marañón Barrio 5 de Febrero de 2011-01-27

AMDG.

SOBRE EL LLAMADO FREE SPIRIT Y OTRAS MATERIAS.




                    Alejandro VI                          Lucrecia Borgia                    Cesar Borgia                          


   

Tristemente te digo que es cierto, más o menos bien  documentado. Más bien, mal. Al llamado Free Spirit le conozco, y es un fanático catalanista con el que he dejado de escribirme, aunque yo le recibo lo que envía para borrar sin leer, porque no es de recibo poner la fe al servicio de una aspiración (todo lo respetable que se quiera), y ponerla por delante para justificar sus aspiraciones. No me vale. Aparentemente está bien, pero esconde sus verdaderos designios .

El asunto espiritual amigo Xuso es de otra índole; no busca quien tiene razón, sino quien ama verdaderamente a Dios y a su Cristo, porque conoce la estupidez de estas cosas que no dan dicha a nadie, y sí muchos sobresaltos; El Espíritu anhela la salvación de esta porquería, que es la vida cuando se vive sin visión de trascendencia.

Ya conoces mi forma de pensar, pero lo que hay de respetable en todos hay que respetarlo si no quiere uno ser igual que todos los demás. No soy fariseo, porque conozco mis debilidades y a veces me sorprendo a mí mismo en pensamientos tan terribles, como los que pueda imaginar otra persona cualquiera. Me río y hablando con Dios le digo ¿lo ves, ya me he ido por las ramas? ¿Ves como soy un petardo?

Y de inmediato, sin hacer nada por justificar mi tendencia, me pongo bajo su misericordia, porque sé que cuento con ella. Eso hace que mi amor por Él cobre una tensión casi  virulenta, porque realmente me trata bien y me siento llamado y señalado por Él mismo. En esa relación inefable, puedo agradecer todo el día y la noche mirando el cielo, los pájaros, las flores y hasta los niños y tullidos, que pululan por la avenida por donde paseo en compañía de mi mujer.

Ella no es de la misma forma de pensar que yo, porque sus maneras son las de una persona que vive más intensamente las cosas de la vida, y actúa como reguladora de mis éxtasis. Dios sabe lo que piensa de mis locos extravíos, pero me aguanta la pobrecilla. No quiero introducirme en los “procedimientos cultuales” de nadie, porque he visto en mis ya dilatados años que todos van por la misma vereda, aunque a ellos les parezca que van perfectamente. Mientras, se odian y se ultrajan más y mejor.

Yo abominaba de Escrivá de Balaguer, porque cuando comía con su “estado mayor”, ponían un biombo que les separaba del “pueblo”; en la última comunidad que estuve, también se hacía lo mismo, y el día que fui a visitarles fue el último que acudí. Ellos creerán que fue por despecho, pero era porque no tolero que se establezcan distancias sin motivo cristiano, ni acercamientos y confianzas que no se deban tener por un clérigo con respecto a los que pastorea.

Por lo demás, puedo decirte que en la Biblia se habla de una jerarquía, y de un respeto especial hacia los OBISPOS, que por cierto solo podían ser maridos de una sola mujer. Si se ponía esa condición a los obispos, a los demás se les permitía tener varias. De todos modos estos ocuparía la extensión de un libraco gordote, y yo ya no estoy para andar por complicados vericuetos. El amor cristiano, regula más perfectamente que nada estas situaciones.

En tiempos del Papa Alejandro VI (Rodrigo Borgia) las cosas estaban tan “percudidas” en el papado y la Iglesia en general, que a Savonarola (que por cierto, era un pelmazo inquisidor), le costó la vida mantener una posición, también por el otro extremo vituperable. Cuando fueron a ofrecerle el capelo cardenalicio, los cardenales que fueron a llevárselo pidieron dos mujeres (de buen ver) “para pasar la noche”.

Hay un muy buen libro titulado SAVONAROLA, que abunda profunda e históricamente en todo este asunto. Otro que se titula LUCRECIA BORGIA, cuya autora es María Bellonci, tiene documentación donde puedes ilustrarte sobre esta época. Si te interesa este asunto, puedo aportarte infinidad de matizaciones y refutaciones a lo que dice tu correspondiente, aunque a él ya se lo dije muchas veces por activa y por pasiva.

Al final, termina siempre diciendo que los españoles somos malos, porque no les dejamos ser independientes. Él utiliza un pasaje de A. T. en el que Moisés dice a Faraón “deja ir libre a mi pueblo” y de ahí nadie le saca, aunque yo tuviera interés en estas cosas de las ambiciones, que siempre terminan para todos, llevándose las manos a la cabeza.

Un abrazo con mucho cariño como siempre

Rafael.