lunes, 18 de abril de 2011

SOBRE EL LLAMADO FREE SPIRIT Y OTRAS MATERIAS.




                    Alejandro VI                          Lucrecia Borgia                    Cesar Borgia                          


   

Tristemente te digo que es cierto, más o menos bien  documentado. Más bien, mal. Al llamado Free Spirit le conozco, y es un fanático catalanista con el que he dejado de escribirme, aunque yo le recibo lo que envía para borrar sin leer, porque no es de recibo poner la fe al servicio de una aspiración (todo lo respetable que se quiera), y ponerla por delante para justificar sus aspiraciones. No me vale. Aparentemente está bien, pero esconde sus verdaderos designios .

El asunto espiritual amigo Xuso es de otra índole; no busca quien tiene razón, sino quien ama verdaderamente a Dios y a su Cristo, porque conoce la estupidez de estas cosas que no dan dicha a nadie, y sí muchos sobresaltos; El Espíritu anhela la salvación de esta porquería, que es la vida cuando se vive sin visión de trascendencia.

Ya conoces mi forma de pensar, pero lo que hay de respetable en todos hay que respetarlo si no quiere uno ser igual que todos los demás. No soy fariseo, porque conozco mis debilidades y a veces me sorprendo a mí mismo en pensamientos tan terribles, como los que pueda imaginar otra persona cualquiera. Me río y hablando con Dios le digo ¿lo ves, ya me he ido por las ramas? ¿Ves como soy un petardo?

Y de inmediato, sin hacer nada por justificar mi tendencia, me pongo bajo su misericordia, porque sé que cuento con ella. Eso hace que mi amor por Él cobre una tensión casi  virulenta, porque realmente me trata bien y me siento llamado y señalado por Él mismo. En esa relación inefable, puedo agradecer todo el día y la noche mirando el cielo, los pájaros, las flores y hasta los niños y tullidos, que pululan por la avenida por donde paseo en compañía de mi mujer.

Ella no es de la misma forma de pensar que yo, porque sus maneras son las de una persona que vive más intensamente las cosas de la vida, y actúa como reguladora de mis éxtasis. Dios sabe lo que piensa de mis locos extravíos, pero me aguanta la pobrecilla. No quiero introducirme en los “procedimientos cultuales” de nadie, porque he visto en mis ya dilatados años que todos van por la misma vereda, aunque a ellos les parezca que van perfectamente. Mientras, se odian y se ultrajan más y mejor.

Yo abominaba de Escrivá de Balaguer, porque cuando comía con su “estado mayor”, ponían un biombo que les separaba del “pueblo”; en la última comunidad que estuve, también se hacía lo mismo, y el día que fui a visitarles fue el último que acudí. Ellos creerán que fue por despecho, pero era porque no tolero que se establezcan distancias sin motivo cristiano, ni acercamientos y confianzas que no se deban tener por un clérigo con respecto a los que pastorea.

Por lo demás, puedo decirte que en la Biblia se habla de una jerarquía, y de un respeto especial hacia los OBISPOS, que por cierto solo podían ser maridos de una sola mujer. Si se ponía esa condición a los obispos, a los demás se les permitía tener varias. De todos modos estos ocuparía la extensión de un libraco gordote, y yo ya no estoy para andar por complicados vericuetos. El amor cristiano, regula más perfectamente que nada estas situaciones.

En tiempos del Papa Alejandro VI (Rodrigo Borgia) las cosas estaban tan “percudidas” en el papado y la Iglesia en general, que a Savonarola (que por cierto, era un pelmazo inquisidor), le costó la vida mantener una posición, también por el otro extremo vituperable. Cuando fueron a ofrecerle el capelo cardenalicio, los cardenales que fueron a llevárselo pidieron dos mujeres (de buen ver) “para pasar la noche”.

Hay un muy buen libro titulado SAVONAROLA, que abunda profunda e históricamente en todo este asunto. Otro que se titula LUCRECIA BORGIA, cuya autora es María Bellonci, tiene documentación donde puedes ilustrarte sobre esta época. Si te interesa este asunto, puedo aportarte infinidad de matizaciones y refutaciones a lo que dice tu correspondiente, aunque a él ya se lo dije muchas veces por activa y por pasiva.

Al final, termina siempre diciendo que los españoles somos malos, porque no les dejamos ser independientes. Él utiliza un pasaje de A. T. en el que Moisés dice a Faraón “deja ir libre a mi pueblo” y de ahí nadie le saca, aunque yo tuviera interés en estas cosas de las ambiciones, que siempre terminan para todos, llevándose las manos a la cabeza.

Un abrazo con mucho cariño como siempre

Rafael.       

1 comentario:

  1. ese free alucinado es otro loco mas de ego-rebaños desquiciados y desquiciantes, da pena y hasta asco ver mezclar de modo tan soez y absurdo fe y Cristo con chorradas nacionalistas y politicas de esta sociedad toda podrida.

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