jueves, 29 de noviembre de 2012

EL LABERINTO DE LA ADOLESCENCIA



Nos quejamos de que nuestros hijos no nos obedecen, y somos nosotros los que iniciamos esa espiral de discordias y de desobediencia a los preceptos santos y puros de Dios, y las suaves restricciones del Espíritu. Si nosotros- los padres- no obedecemos al Padre de las Luces ¿Cómo podemos esperar que en esa situación, nos obedezcan nuestros hijos? ¿Tan ineptos somos?

En la Televisión, se admira al chico o a la chica que hace lo que le da la gana, pues se supone que son de casta de ricos y se lo pueden permitir. En general la mayoría de los adolescentes son de clase llamada baja, y son reluctantes y se niegan a estudiar y aprender. Lo cual necesitan para situarse en la sociedad que ellos mismos contemplan en esos medios, y que se repite desaforadamente en la calle.

Luego naturalmente estafados y desalentados se apuntan a la contra globalización, a las protestas, a cualquier ideología que crean que pueden redimirles, a los vicios execrables, y finalmente al contrapoder.

Es una queja continua, por las desigualdades que contemplan. No las atribuyen a su impericia, laxitud, vicio, o abandono de valores, sino a la “injusticia” de la sociedad. Y realmente lo es, pero por causa de “otros ingredientes” por ellos ignorados, despreciados, o alentados desde su inopia y sus fobias.

La antigua receta paternal es objeto de burla, y considerada como atraso. "El sometimiento a los padres es también tiranía" se dice con entusiasmo. Ha sido sustituida por unas leyes tan estúpidas, como intencionadamente disolventes de la sociedad. A esta se le supone unas libertades, que no existen ni en las listas de los partidos políticos que se infieren que proclaman la libertad.

Hay quien dice que esto es un asco, porque falta la doctrina de Jesús de Nazaret,  y de la Santa Escritura, que ponga orden en este galimatías. A pesar de su  aparente indiferencia e insensibilidad hacia los valores cristianos, son la causa de tantas y tantas contrariedades, tristezas, y calamidades como leemos en los periódicos cada día.

Os obsequio con un pasaje bíblico, que contempla esta situación en los antiguos tiempos de Israel. Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé. (Ezequiel 22:30) Y eso es muy triste… Dios no lo halló.

AMDG.  

EL PROBLEMA DE LA ADOLESCENCIA




Somos continuamente machacados por la publicidad, y por las películas y programas que tienen como base el sexo y la violencia. Es tan habitual que ya hasta los padres hemos aceptado que nuestros hijos coman de tan repugnante manjar, y que consecuentemente actúen tal como la filosofía de estas cosas les dicta.

Porque es un verdadera dictadura de modas y de formas de vivir. Los medios de comunicación (sobre todo los visuales) hacen que escenas que hace años, serían motivo para ser detestadas y prohibidas, se sirvan ahora como si fuesen flanes o barras de chocolate.

Los niños y mayores, beben literalmente no solo escenas, sino también las formas de enfocar las situaciones, con lo que esta clase de enfoque de la vida ha venido a ser el enfoque general de todas las gentes. Una sociedad así, está abocada irremisiblemente a su destrucción.

Esto pasa con personas algo leídas y preparadas, que suelen aparecer por los medios, dando sus opiniones sobre como se puede hacer para que la sociedad funcione como ellos opinan, sin saber ni de lo que hablan ni de lo que piensan podemos figurarnos lo que es el pensamiento de la generalidad de las gentes ayunos e instrucción y educación cívica.

Siendo esto así, podemos figurarnos el pensamiento de millones de personas que por la causa que sea no han leído ni el periódico, (un 70% no lo lee, y un 80% se nutre solo de los programas televisivos) que les gustan como es natural.

Estos programas se los proporcionan medios que solo buscan su negocio, que es nutrir de ese alimento deleznable que es la llamada “cultura popular”, a las personas que en su dependencia no pueden salir ya de estos gustos y formas de pensar. Se han convertido en tributarios de estos programas.

Por supuesto, hay psicólogos que tienen recetas para tratar a los chicos sobre todo, y a los adolescentes en especial, ya que son los que producen más discordia y barullo en los hogares. Pretenden enseñar a los padres, cuando los chicos son ya de quince años aproximadamente, y naturalmente la queja es general y las dificultades casi insalvables.

AMDG

domingo, 25 de noviembre de 2012

SI EL GRANO DE TRIGO NO MUERE NO DARÁ FRUTO JAMÁS


RESPETUOSAMENTE Y SIN QUE ME AFECTE
DISCREPO  TEMPLADAMENTE 


El señor José Arregui, vuelve siempre por el camino de cabras que él mismo se ha diseñado. Se confiesa que no es ni clérigo ni laico. No es de estos… ni de aquellos. Es simplemente Arregui. Y fundamenta su parecer (que no es otra cosa) en una serie de pasajes bíblicos que no respaldan en absoluto su forma de pensar y de escribir.

Él se ha exclaustrado porque le cuesta obedecer, y se siente alguien especial que ha descubierto la pólvora sin humo de la religión. Y no quiere ser laico porque ese concepto está en contra del concepto clérigo.

Y se leen palabras contra el obispo Munilla: Paranoia, prepotencia, irracionalidad, ignorancia, imprudencia. (Sic) Eso es muy grave y debe meditar antes de decir eso del que es su superior.

Al fin y al cabo (párrocos, pastores, oficiales, obispos, etc.) son los que mantienen la chispa del Evangelio de mejor o peor manera, y son los que se trabajan el cargo a modo; los que juntan todos los días, llueva o arrase, a los feligreses que quieran ir.

Estos últimos, son unos más espirituales que los otros y tal. Todo eso está contemplado desde hace siglos, pero como decía un elemento que acudía a la Iglesia (templo) cuando le preguntaban porque iba dos o tres veces cada día.

Este no respondió que a orar o a descansar el alma o la mente, (que también), sino que contestó más o menos: voy porque quiero que todos sepan de parte de quien estoy. De parte de Dios donde se le adora aquí mal o bien, sea una Iglesia ortodoxa o protestante, etc. Todo eso hay quien lo juzgue y no soy yo precisamente.  

Y me pregunto ¿de qué parte está el señor Arregui, aparte de él mismo? En un largo artículo desgrana una marea de versos bíblicos como cualquier militante, sea  anglicano o protestante, del que no se diferencia en nada. Diga pues que es protestante o cualquier otra militancia y ¡santas pascuas!

El evangélico o protestante (como se suele decir), acata un liderazgo malo o bueno. Si no está conforme con la conducta de los principales, emigra a donde vea esa pureza y ese estilo que a el le agrada. Pero no debe olvidar que a donde va lleva también sus virtudes y flaquezas y que los que la componen también son falibles.

El tal disconforme se siente Iglesia, aunque no esté muy de acuerdo con la conducta o doctrina secundaria del que ministra. En eso puede haber error en buena intención, y basta con tener una opinión distinta de tal líder. Por lo demás los líderes van y vienen, pero la Iglesia está siempre ahí.

Y menos aún el que se confiesa católico, Es o no es, pero no lo es a medias. Precisamente el que está bajo voto no puede atreverse a injuriar a un superior que es su obispo y su superior. Lo juró usted ¿recuerda? Y por eso es usted escuchado y aplaudido.

Si esto es lo que propugna el Sr. Arregui que no cuente conmigo. Estoy en desacuerdo. Hay que ser nadie, si quiere uno ante Dios ser todo. Pertenezcas a lo que creas pertenecer. Estás envuelto en una falacia que pasará factura tarde o temprano.

CONVERSIÓN Y PAZ



 



Todas las verdaderas conversiones llegan tras un conflicto existencial, que solo es dado a unos pocos. De ahí que solo a través del sufrimiento se consigue encontrar una paz que “el mundo” desprecia en sus locuras. El hombre ungido, a pesar de sus angustias, llega a conocer la verdad a pesar de las dificultades y vicisitudes que ha de pasar antes de la eclosión de la revelación.

El cúmulo de cristianos comodones y superficiales no entiende al que como Jeremías sentía: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. (Jeremías 20:9)

Cuando Dios quiere, se las hace pasar canutas a un tipo, pero consigue la consagración del que se ha propuesto poner a su servicio. ¿Qué misterio se esconde detrás de esa forma de actuar de Dios no lo pondero, pero sé que es así. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado (Isaías 26:3)

Y es que el genuino hombre de fe ha de pasar por dudas y sobre todo intentar llegar a la Verdad, que es el principio de toda conversión. Una vez que llega a esta posición de relación con el Creador por medio de Jesucristo, habrá de luchar contra una naturaleza que trae de su nacimiento, y que hasta en los bebés se manifiesta cuando lloran empeñados en algo que a ellos les gusta.

Esa naturaleza les hace establecer una dicotomía que San Pablo discierne en sus palabras “carne y espíritu”. Nos pasa a todos aunque no tenga nada que ver con la vida espiritual. Sabemos que hacemos algo mal, aunque nos lleve a ejecutarlo la delectación de un capricho o de una compulsión.

La fe impulsa al bien absoluto; nuestra naturaleza al intento de nuestro corazón relacionado la naturaleza caída y corrompida. De hecho todos somos corruptos y hablamos mentira porque la verdad es perseguida y no proporciona prosperidad. De ahí que San Pablo hable del viejo hombre o del nuevo hombre que ha sido “recreado” según Dios en la Justicia y santidad de la verdad.

Todos reconocen que una vida cristiana auténtica y no artificial es lo mejor de lo mejor. Lo que ocurre es que ayunar, ser sobrio, caritativo, compartir, ser generoso, y tantas virtudes (algunos las llaman “propiedades”) choca frontalmente con nuestra naturaleza pecaminosa y al final se establece la lucha entre las dos tendencias hasta que una vence a la otra. Y al fin y al cabo el derrotado es el hombre creación de Dios. El enemigo vence.  

sábado, 24 de noviembre de 2012


NADIE PODRÁ REPROCHAR LA VERDADERA VIDA QUE ES AGRADABLE A DIOS, Y BENEFICIOSA PARA TODOS.

Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;

Los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Pero vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renováos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, "recreado según Dios" en la justicia y santidad de la verdad.

Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. (Efesios 4: 17 al 32)


Léelo mil veces si hace falta… y síguelo. Todo es verdad... Y BUENO

LA VERDAD Y EL ERROR VIDA CRISTIANA AUTÉNTICA


NADIE PODRÁ REPROCHAR LA VERDADERA VIDA QUE ES AGRADABLE A DIOS, Y BENEFICIOSA PARA TODOS.

Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;

Los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Pero vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renováos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, "recreado según Dios" en la justicia y santidad de la verdad.

Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. (Efesios 4: 17 al 32)


Léelo mil veces si hace falta… y síguelo. Todo es verdad... Y BUENO

viernes, 23 de noviembre de 2012

MISTERIOS QUE SON CLAROS SI SON BIEN EXPLICADOS COMO YO QUISIERA.




Querido amigo y buscador de la verdad, aunque sea por caminos que ya recorrí, y todos me llevaron a un callejón sin salida. La prosperidad, el estudio de toda materia que se me ponía por delante para conocer más y más de los arcanos del mundo y de la vida. Virtud que despreciaba, vicios que practicaba y amaba. Como tengo confianza contigo y no hago distinción de personas te lo digo francamente.

Me das por supuesto que no quieres saber nada de Dios; para ello citas el caso de Amalec, el de Jericó, el de faraón y los primogénitos, y todo eso que te hace pensar que Dios es cruel y que debe dejarnos que hagamos lo que nos dé la gana Pues si fuera así, el mundo (no lo dudes) se acabaría en pocas horas.

Si la vida durara mil años o más, ya no habría ni una sola persona en el globo terrestre, porque nos habríamos matado unos a otros. ¡Solo durando unos pocos años, y nos estamos sacando los mondongos unos a otros! Hoy decía el famoso actor Clint Eastwood:  «Es increíble ver lo estúpida que puede ser la humanidad»


Y es que somos tan estúpidos, que lanzamos hierro ardiente contra la carne palpitante y viva de los semejantes. Y no admito razones. Son “razonadas sinrazones” que disfrazamos de razones. Ninguna cosa por muy aparentemente importante que creamos, vale la vida de un semejante, sea religioso o sea como sea.

Pero si te diré algo que va a suceder inevitablemente. Tú no quieres a Dios, lo ignoras, y Él, mientras estás en esta vida, te ama y quiere tu bien. Porque eres hechura suya. Sin más añadiduras ni discusión en las que no entro siquiera. Cuando llegue la hora de la verdad, tú no vas a estar en la vida eterna porque “no quieres estar”. Dios que ahora te llama con tanta ternura, no lo seguirá haciendo. ¿Para qué, si tú no quieres?

Dios es misericordioso hasta límites que no podemos comprender los humanos. También es justo hasta tener que entregar a su propio hijo, dechado de inocencia, para que nosotros pudiéramos ser redimidos de nuestras maldades y nuestras perversas inclinaciones.

¿O es que no lo vemos claramente en las guerras de nación contra nación, aldea contra aldea, y en la misma familia en la que se aguantan unos a otros por intereses, o porque los restos del cristianismo detienen tantos odios y enemistades? Ahora aquí te corteja el Cristo, y con su Espíritu trata de vencerte sin forzar tu voluntad o tu libertad. Solo con amor. Y el amor, es solo desear tu bien y salvación eterna. Y no me digas que no hay perdición, porque la hay. Solo tienes que contemplar el panorama del mundo.

Por eso ahora es el tiempo, ahora es la hora de la verdad y de tomar “de una puñetera vez” la decisión de servirle, porque Él no quiere ser servido para aumentar su gloria. Le sobra de eso y de mucho más, para permanecer en su estado beatífico de dicha completa. El Cristo, es el que Dios Padre ha puesto para que nos aconseje, y nos vaya bien en esta vida tan pesada y a veces tan repugnante. Y con su sangre obtener para nosotros eterna redención.

No de otro modo se entiende, como algunos deciden dejar este mundo por su propia mano, desesperados por no poder dominar los acontecimientos y su propia angustia, y es por eso por lo que deciden acabar con ella por ese camino tan errado.

Resumo; si tú no quieres a Dios, estarás muy incómodo con alguien que te cae “tan gordo”, tan antipático, y al que has juzgado temerariamente. Tu resentimiento no tendrá fin. Tal como cae el árbol,  así se queda. La eternidad no es un tiempo muy largo, sino un presente de beatitud dichosa para los que aman a Dios.

Y por otra parte, como “un gusano que roe o un fuego que no se apaga” para el que se resiste a la Gracia de Dios. Todo eso comporta un agravio comparativo, imposible de resolver. La suerte está echada. Donde uno no está a gusto, no se quiere estar. Dios no te condena; te condenas tú mismo con tu aborrecimiento y tu incredulidad.

Para no insistir, te daré un versículo bíblico entre muchos que hablan de lo mismo: Toma buena nota de ello porque te va la vida, y yo no quiero que pierdas tu vida por zarandajas de la mal llamada ciencia, que parece no tener otro objetivo que tratar de refutar lo que ella misma va descubriendo, no creando: Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros quedéis excluidos. (Lucas 13:28).

Rafael Marañón
23 de Noviembre de 2012

jueves, 22 de noviembre de 2012

AMAR A MARÍA







Cansado, tal vez por mi vejez, o porque ya empacha tanta estupidez (incluyendo la mía), me he puesto el sombrero de gruñir y voy a lanzarme al palenque. El que no esté conforme, puede con libertad mandarme a la porra o a donde quiera, pero ya está bien de tonterías y de fanatismos necios.


No voy a emplear lenguaje melifluo, porque quiero ser libre y expresar lo que mi alma me dice que exprese, previa consulta con el Espíritu. El me llevará a decir, mejor o peor, lo que tengo que decir. A su misericordia me acojo y no a la comprensión de los hombres. 

En un comentario de una revista alguien dijo con intención y tono que María, la Santa Madre de Jesús, era una persona como otra cualquiera, nacida y criada en una ignota aldea de Israel. Esta persona es cristiana. Estoy seguro de que ama a Jesús, y que estos resabios que son ya multitud en sus medios, son fruto de su celo por el protagonismo de Jesús en materia de salvación. Errados, aunque creo que sinceros. 

Nadie pone en duda esta realidad. Yo no por lo menos; sé que es la sangre de Jesús y su resurrección los que garantizan la nuestra. Una vez que se ha dejado esto, machacado y resuelto ¿Hay algún inconveniente en que yo exalte a su madre María, con mis poemas, y mi amor hacia la que es la madre bendita de mi bendito Señor? 

No creo que Jesús se moleste si yo hago un canto a María (su madre),  en vez de desperdiciar mis modestas facultades en otros escritos de mayor sustancia para muchos. Prefiero hacerlo así, porque creo que es mejor que lo haga a ella, con mis modestas facultades, que a otras personas, mujeres o varones, a los que también les he hecho sus poemillas. 

Si María era una aldeana ignorante, y poco más que la madre de “Brian el de la película”. Esto no es aceptable por nadie, sea su credo católico o protestante. Y desde luego está muy lejos de lo que pienso y siento yo.

martes, 20 de noviembre de 2012

VASO DE CRISTO






A mí, que siendo barro me creaste
Hombre en la plenitud de tu ternura.
Me hiciste alborozar de tu hermosura,
Y aun siendo ruin, me coronaste.

Con penas y alegrías me migraste,
De sordo en tu palabra, a la frescura
De tu manto de amor, de la tortura
De andar sin tu presencia, me afirmaste.

Vaso de honor me concebiste, humano
Para gloria en tu buena voluntad,
Y hacer de ti alabanza, buen hermano.

Voy alegre hacia ti, ya torpe anciano,
Forjado en tu poder por tu piedad,
Con tus manos divinas de artesano.

Autor Rafael Marañón
20 DE NOVIEMBRE DE 2012 

CIENCIA Y AMBICIÓN (2ª Parte)




La Ciencia, amigo mío, ha hecho prodigios, y solo en mi vida, he visto los progresos más profundos de la técnica, pero la ciencia así concebida no ha progresado nada. Y aun la técnica no sabe o no quiere hacer que el Co2 se recoja y no contamine, por que ella misma está contaminada. De otras muchas cosas ni se las menciono, porque ya sé que las conoce tal vez mejor que yo.

La ciencia ha conseguido hacer la bomba nuclear, y otras armas cada vez más sofisticadas para matar mucho y mejor; No es necesario que le haga un siniestro catálogo. Es palmaria la prepotencia del que más poder tiene, como sería la del que no tiene tanto poder, y codicia tenerlo para lo mismo.

No hay inocentes, amigo mío; no somos inocentes. Mire usted su vida por dentro (como yo la mía), y su misma conciencia le dirá tantas cosas como hizo mal, y cuantas otras más podría haber hecho mejor. Necesitamos un redentor y ya está provisto por el Creador de sus criaturas.

¿Ignorancia propia de la juventud? ¿Miedo de la vejez? ¿Ambiciones disparadas en los maduros? Todo eso, es el gusano que roe los cimientos de la sociedad, y solo el seguimiento de las normas para vida que Dios nos entregó, es la forma de mejorar esta confusión en donde estamos sumergidos. Pero ¿donde está ese valiente?

Corrupción, injusticia, venalidad, ignorancia culpable, egoísmo, desprecio por lo que no es ventajoso para uno mismo, etc. son los puntales donde se asienta esta sociedad, como muy bien expresaba el magnífico Fernández Flores en su libro “Las siete columnas”, que no es ni más ni menos que el espejo de una sociedad que basa su prosperidad en los siete pecados capitales. Soberbia, avaricia, etc.

Quite usted estos pecados de esta sociedad, y el desplome es seguro; porque está basada en la marca de Caín, en el fruto de su propia independencia de Dios. O llegar a una sociedad genuinamente cristiana que, guardando el amor como premisa fundamental, haga de este «embrollo», (como nudo gordiano), una sociedad más tolerable y más cercana a Dios como supremo regidor.

Hay sitio para todos, decía Gandhi, y es cierto. La ambición es la que pone las barreras, las alambradas, las fronteras, etc. y como dice el poeta con mucho acierto según mi criterio.

El hombre, a quien el hambre de la rapiña acucia,
De ingénita malicia y natural astucia,
Formó la inteligencia y acaparó la tierra.
¡Y aún la verdad proclama!
¡Supremo ardid de guerra!.  

A.     Machado

               Un toque bíblico: 

¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.

ALGO SOBRE CIENCIA Y NUESTRA NATURALEZA (1ª parte)





Estimado amigo: Ya no estoy en condiciones de pleitear por salirme con la mía, así como supongo que usted tampoco. Su mensaje merece respuesta, y eso hago. Pero de forma corta, y deseando no complicarme en cosas abstrusas o teologías que no son lo mío.

Cuando me habla usted de ciencia, versus fe, lo hace desde un prisma muy restringido. Para usted no existen nada más que los fallos de la iglesia, las enormes riquezas que dice que tiene, y el hecho de que no lanza alegremente al aire las lacras que en su mismo seno se producen por hombres falibles como usted y como yo. Personas humanas, al fin y al cabo.

Yo no quiero andar por esos caminos. Lo que haya hecho un cura o un pastor,  (lo digo con todo respeto) o cualquier miembro de una comunidad cualquiera no me incumbe;  creo que la comunidad afectada, hace muy bien con no airear asuntos tan graves y enojosos, propios como digo, de nuestra general y corrompida naturaleza y flagrante debilidad. Se hace lo que se puede, para paliar estas lacras, y nos confiamos a  la misericordia de Dios que tanto necesitamos todos.

Somos casi dos mil millones de cristianos, o que se llaman así y, claro está, seríamos ángeles si no hubiese fallos. En nuestra fe lo admitimos, porque si fuéramos perfectos ¿para qué murió Cristo?

Es cierto que dio las más sublimes ordenanzas, previsiones o profecías cumplidas y por cumplir, pero nunca confió en nuestra corrompida naturaleza. El nos conocía muy bien: y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre. (Juan 2:25)

En nuestra naturaleza perdida, como pecadores y opuestos a los designios de Dios para nosotros, solo quedaba la muerte el viejo hombre que nos llevaba a los desordenes y perjuicios más terribles. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos… (Colosenses 3:9)

Eso hizo Jesucristo, ofreciendo como Sumo Pontífice, y recibiendo el sacrificio como persona de La Bendita Trinidad;  y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. (Hebreos 9:12).

jueves, 15 de noviembre de 2012

REBELIÓN DISIMULADA (Los diosecillos)





Soy deudor de todos como dice San Pablo, (Romanos 1:14) pero esto no es tolerable, y ni siquiera cuando descubre con mucho desparpajo y saña las cosas que suceden en los obispados cuyos titulares saben mejor porque tienen mejor perspectiva.

Yo quise en mi juventud ser cartujo, pero no pudo ser por motivos que no son oportunos explicar aquí. Pero si hubiera sido no me hubiera importado ser el último en todo, porque era lo que yo quería ser, y no reclamar consciente o inconscientemente un lugar en el sol del monasterio preeminente o no. O mueres con Cristo y esperas resucitar con Él, o te sales para el mundo como ha hecho el señor Arregui.

Copio de un escrito de Celso Alcaina en la revista REDES CRISTIANAS: Laico es el que no puede decir en nombre de Jesús de manera efectiva: “Hermano, hermana, no te aflijas, porque estás perdonado, y siempre lo estarás. Nadie te condena, no condenes a nadie. Vete en paz, vive en paz”. Laico es el que no puede decir a una pareja enamorada: “Yo bendigo vuestro amor. Vuestro amor, mientras dure, es sacramento de Dios”. ¿Pues bueno, si fuera así!

Siento disentir, aunque me parece espléndida la forma utópica de entender los sacramentos, o actos del culto en cualquier denominación cristiana. Dios es Dios de orden, y el señor Arregui parece desconocer (a pesar de ser un maestro de su propia doctrina)  la condición humana perdida, que le incita a vulnerar las leyes de Dios (o la Naturaleza).

Si todo fuera como dice el sr. Arregui, sería realidad la Arcadia… o la Utopía de Moore. No es así, y cada uno anda por sus propios caminos, propiciando, queriendo o sin querer, la anarquía y el desorden que al fin de cuentas es solo desobediencia de personas que no han recibido a Cristo, y que olvidan las palabras del Maestro con las que termino y concluyo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. (Lucas 14:26).
AMDG.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

SI EL GRANO DE TRIGO NO MUERE…




El señor José Arregui, vuelve siempre por el camino de cabras que él mismo se ha diseñado. Se confiesa que no es ni clérigo ni laico. No es de estos… ni de aquellos. Y fundamenta su tesis (que no es otra cosa) en una serie de pasajes bíblicos que no respaldan en absoluto su forma de pensar y de escribir.

Él se ha exclaustrado porque le cuesta obedecer, y se siente alguien especial que ha descubierto la pólvora sin humo de la religión. Y no quiere ser laico porque ese concepto está en contra del concepto clérigo. Y se leen palabras contra el obispo Munilla: Paranoia, prepotencia, irracionalidad, ignorancia, imprudencia. (Sic) 

Al fin y al cabo (párrocos, pastores, oficiales, obispos, etc.) son los que mantienen la chispa del Evangelio de mejor o peor manera, y son los que se trabajan el cargo a modo; los que juntan todos los días, llueva o arrase, a los feligreses.

Estos últimos, son unos más espirituales que los otros y tal. Todo eso está contemplado desde hace siglos, pero como decía un elemento que acudía a la Iglesia (templo) cuando le preguntaban porque iba dos o tres veces cada día, no respondió que a orar o a descansar el alma o la mente, (que también), sino que contestó más o menos: voy porque quiero que todos sepan de parte de quien estoy.

Y me pregunto ¿de qué parte está el señor Arregui, aparte de él mismo? En un largo artículo desgrana una marea de versos bíblicos como cualquier militante anglicano o protestante, del que no se diferencia en nada, sino en que el evangélico o protestante (como se suele decir), acata un liderazgo malo o bueno, y se siente iglesia, aunque no esté muy de acuerdo con la conducta o doctrina secundaria del que ministra. En eso puede haber error en buena intención, y basta con tener una opinión distinta de tal líder.

Y menos aún el que se confiesa católico, Es o no es, pero no lo es a medias. Precisamente el que está bajo voto no puede atreverse a injuriar a un superior que es su obispo y su superior. Si esto es lo que propugna Arregui que no cuente conmigo. Estoy en desacuerdo. Hay que ser nadie, si quiere uno ante Dios ser todo.