jueves, 5 de julio de 2012

A MI HIJO

        

 

 

          
Te canto con palabras de la Biblia;
Mi pluma rasga folio y corazón;
No quiero para ti cruel aflicción
Pues sueño te deseo, y no vigilia.

Eres el más preciado de los hombres;
El cielo te colmó de inmensos dones,
De gracia te llenó y de bendiciones,
Y nombre puso en ti sobre otros nombres.

No alcanzo a definir mi gozo ameno,
Ni puedo yo expresar tan eminente
Y noble inspiración de que estás lleno.

Es justo que tu amor llene mi mente
Y, plácido, consuéleme sereno,
En tanto tu persona siga ausente.