domingo, 15 de abril de 2012

FUERZA MENTAL, VERSUS ORACIÓN

 


Ayer estuve desayunando con un buen amigo; en la conversación surgió el tema de la fuerza mental y de los beneficios o maleficios que nos puede traer este poder. Realmente interesante; comentando más tarde este mismo tema surgió, como siempre, la voz clara y determinante de Carlos -Eso son tonterías- dijo en forma tal que lo entendíamos todos y también los transeúntes que se volvían al oír su dura voz imperiosa.

Homobono, ponderado como siempre, se opuso a esta opinión y desarrolló una cantidad de argumentos, según Carlos le dejaba con sus frecuentes interrupciones, con lo que convencía a todos. Y realmente es importante la actitud ante las circunstancias de la vida, la presencia de ánimo, y el autocontrol personal; surgió otro elemento que modificó la conversación: la oración, como mi amigo de ayer me sugirió.

Y ese factor en la vida de un hombre es radicalmente transformador de la vida, y es un poder que irresponsablemente despreciamos los que creemos lo sepamos o no. Nos parece que la oración es algo de lo que podemos prescindir, porque como argumentaba Carlos, Jesús dijo que Dios sabía lo que íbamos a pedir antes, de que lo hiciéramos. (Lucas 11:11) Mal usado este aserto verdadero de Jesús, puede ser un arma mortal contra la oración.

Es cierto que Dios sabe lo que le vamos a pedir y aun antes de que pensemos pedirlo siquiera. Él sabe todo, como la Biblia afirma: El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá? (Salmos 94:9) por tanto es cierto que sabe lo que vamos a pedir y, tal vez, Él creó esa necesidad.

A Dios, como ocurre a todo padre (y más a Él cuyo amor no tiene límites) le encanta que sus hijos le pidan, que cuenten con Él, que confíen en que lleva y proporciona las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, (Efesios 3:20)

Nos divirtió, y todos nos reímos con la resuelta e inesperada respuesta de Homobono: -pues yo desde pequeño fui enseñado a pedir a las “Animas Solas” que me despertaran a determinada hora. Lo hacía desde pequeño, y hasta ahora a mí nunca me han fallado.

Y ante nuestras caras de sorpresa y contenida  incredulidad continuó -No necesito reloj despertador: Si es mentalismo inconsciente, o estoy invocando potestades superiores no lo puedo determinar, pero en mi cristiana familia se hacía así desde antes de mi nacimiento y así se sigue haciendo. Y que piense cada uno como quiera- remachó.

Yo solamente afirmo que Homobono es digno de crédito, y así lo confirmo en el presente escrito. Dios tiene muchas maneras de hablar con sus hijos. Bendito Él, en quien no hay injusticia ni soborno, y hace todas las cosas a su sabor y entera soberanía.


AMDG.