viernes, 11 de noviembre de 2011

EL CORAZÓN DE CRISTO




El que come, no menosprecie al que no come,
y el que no come, no juzgue al que come;
porque Dios le ha recibido.
¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno?
 Para su propio señor está en pie, o cae;
pero estará firme, porque poderoso es el Señor
 para hacerle estar firme.
Uno hace diferencia entre día y día;
 otro juzga iguales todos los días.
Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.
(Romanos 14: 2,3,4,5)

Voy a insistir sobre algo que ya está más que demostrado, pero que tanto nos cuesta digerir y metabolizar. Jesús dijo: quien no está conmigo, está contra mí. Y el que conmigo no recoge, desparrama. (Lucas 11:23) También, cuando los discípulos se quejaban porque otros no iban con ellos, les dijo claramente: Quien no es contra nosotros, con nosotros es. (Marcos 9:40) 

¿Es que no nos da vergüenza trabar esas riñas a veces mortales y desprovistas por tanto de toda autoridad y razón por una interpretación más o menos acertada? Si alguno cree, sincera y documentadamente, que puede honrar al Creador y al mismo Jesús de una forma diferente, que lo haga.

Nosotros los que nos sabemos en la línea directa y correcta, sigamos con nuestra forma de pensar y como dice San Pablo: si alguno piensa de otro modo, también eso os lo revelará Dios. (Filipenses 3:15)

¿Creemos que honramos a Dios cuando perseguimos a uno que ama a Dios tal como tú y que Dios aprueba tal cosa? No es con espada ni con fuerza, dice El Señor, sino con mi Espíritu... (Oseas 1:7)  ¿Creemos que Dios se regocija de ver como se trata a los que consideramos herejes, solo porque tienen otra forma de entender los misterios del Espíritu?

La puerta es estrecha y angosto el camino que lleva a la vida y muy pocos los que dan con ella. (Mateo 7:14) Esto quiere decir que muy pocos entran en la gloria de Dios y ¿queremos nosotros ser de los que no entran? ¿O de los que hemos recibido el camino de la vida, y no queremos contaminar nuestra vocación metiéndosela por las narices a los demás?

¿Así llegamos a comportarnos, cuando criticamos acerbamente a quien no piensa, renglón tras renglón, con nuestra forma de amar y recibir los misterios maravillosos de la salvación o la condenación eterna? 

¿Tan mal hemos sido ilustrados? Tan endeble y corta es nuestra comunicación con el que es el Rey de reyes y Señor de señores? el que derramó compasión con los extraviados, siendo Él la persona más amable, afectuosa y verdadera que ha entrado en este mundo lleno de rencores y soberbia.

Con respecto a otros asuntos, discutidos decía San Pablo: Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres (Romanos 14: 1,2) Ni el primero deseche al segundo ni este critique al primero. 

¿No nos parece, queridos hermanos, que ya va siendo hora de que seamos más consecuentes con nuestra fe, expresemos la misericordia y la comprensión del Cristo sobre todos, y entendamos que todo el mundo no piensa como nosotros, y que tal vez en algunas facetas de la espiritualidad nos superen ampliamente?

Dios no te va a juzgar por lo que otros puedan decir de ti, sino por lo que Él halle en tu conciencia. Así que si tienes alguna convicción, tenla solo para ti; y debes recordar que Jesús murió por todos nosotros, no por ti solo, y que su sangre nos libra de todo pecado.  

Con el que pretende ir en la misma dirección que tú, no te ensañes porque veas en él características diferentes. Ten por seguro, de que si ama a Dios y al Cristo bendito, va por tu misma carretera aunque lleve menos aparejos que tú, y sin embargo la misma esperanza en la misericordia y juicio de Dios.

Dejemos que el Espíritu Santo actúe en él, y pidamos con fervorosa oración que le dé su unción como a ti, y que sea salvo como tú. Si Cristo murió por ti cuando todos estábamos envueltos en nuestros delitos y pecados, y nos sacó del hoyo cenagoso para limpiarnos y cuidarnos ¿por que negarle a otros esta misma justicia?