viernes, 6 de abril de 2012

EL MISTERIO DE INIQUIDAD



He leído en los periódicos, el caso de un contertuliano de una gran programa de televisión, Eduardo García, que al conocer el contenido de una de las asignaturas sobre el sexo que se intentaba dar o se daba ya en Cataluña (España), calificó indignado de “guarra” entre otras varias lindezas a la señora que proponía tal dislate. Me mostraron el video, y pensé que yo también me hubiera mostrado tanto o más indignado y desencajado que este señor. 


Posteriormente y en otro programa, pidió perdón todo sincero y todo compungido por el exceso verbal, pero mantenía firme la opinión que tenía (como todos) de la inicua asignatura, que es como poner a los niños y profesores en situación de incitación a la pederastia, por los consejos en clases obligatorias sobre el sexo, de forma tan liberal que hasta concebían el sexo con animales. 

Yo entiendo que esta señora, al no ser cristiana, tenga esos conceptos tan liberales sobre el sexo que, hoy en España por lo menos, los chicos conocen (como antes) por revistas y hasta por Internet, en la pornografía, mejor que lo que les puedan explicar, a pesar de que los dibujos explicitan muy bien todo lo relativo a los actos sexuales. 

Tengo a mis nietos lo suficientemente mayores, para estar algo a salvo de esta imposición repugnante; Los cristianos, desde luego, tienen el recato debido tal como recomendaba Pablo apóstol: Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro.

Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba. 1ª (Corintios 12: 22, 23, 24). Pero la falta absoluta de decoro, es manifiesta se mira por donde se mire. 
También preocupa a muchos el avance imparable de estas filosofías y sugerencias paganas, que no son solo propuestas, sino imposiciones, de manera que lo que un niño no puede ver en televisión por recato de sus padres, lo puede estudiar y se le dice expresamente que no es solo posible, sino recomendable la práctica del sexo, tan pronto comiencen las hormonas a aparecer en sus ignorantes y vulnerables personitas. 

No es cuestión aquí de extenderse en lo ya sabido sobre el aborto, perpetrado sin el permiso o conocimiento de los padres en los menores, ni en la incitación a practicar actos sexuales que tienen su perfecta expresión, en la sanísima cristiana costumbre de dejar que los frutos maduren para ser utilizados debidamente.

Los chicos más influenciables y con menos bases familiares que les templen, serán, seguro, carne de cañón, de lo cual se sentirán muy satisfechos los que de forma tan ignominiosa tratan de pervertir a nuestros niños y niñas, con estas exigencias en los colegios. 

Por decreto de unos gobernantes que no han sido elegidos para eso, sino para regular y estimular el bienestar y la libertad de los ciudadanos, sin meter las narices en lo que es cuestión muy  personal de los padres. Cuando se produzcan (y será rápido) las fatales consecuencias, diremos el clásico y consabido ¿Cómo hemos llegado a esto? ¡Pues ya saben como!

AMDG.

UNA CHARLILLA ENTRE DOS AMIGOS




Pero estimado señor: ya sé que muchos no leerán siquiera mis mensajes y otros lo harán por amistad y por empatía. Yo creo que tengo bien calculado lo que vale mi trabajo en el Señor, y lo que Él puede hacer que sea. Envío esto a todos. Los que quieren lo leen y les hace pensar; algunos seguramente (como usted y otros), de los que antes he refutado no harán nada más que despreciarlo.

Algunos amigos me han instado a que escriba sobre otros temas, sobre todo políticos y de situación, pero para mí eso es perder el tiempo. Tanto de esta “materia religiosa” como de otros muchos temas y asuntos, hay miles que los tratan seguramente con más maestría que yo. Me limito pues, a dar mi impresión sobre estas cuestiones, y dejo que el Señor haga lo que Él crea que quiera hacer con mis palabras.

Comprenderá usted, que lo mismo hay quien es apedreador,  y quien perdona por su cuenta empezando por sí mismo. Y no; no estoy harto de que me lleguen mensajes como el suyo. Por lo menos usted se molesta en escribir, aunque sea de la forma que lo hace.

Tiene menos responsabilidad que el que sabe que lo que digo, más o menos es una reflexión que, siendo todo lo torpe que sea, quiere llevar a los lectores a otra esfera del conocimiento y de la verdad. Por tanto no se preocupe que yo seguiré “dando caña”, y tratando estos asuntos con la poca destreza que suelo, pero como tacatum…¡yo sigo!

Creo que hay muchos o (demasiados) tratadistas de estos asuntos religiosos, y su variedad es como los colores del campo; y cada cual lleva su parte de razón. No es mentira lo que dicen, pero tampoco es tan verdad. Además lo útil que dicen, ya está más que resuelto en las palabras de Jesús y el resto del Evangelio.

Y todos dicen con una rara coincidencia. ¿Has oído lo que dijo tal o cual personaje? ¡Fantástico! Tú respondes serenamente: eso ya está en el Evangelio, capítulo tal, versículo tal. No veas amigo como se ponen. De verdad que les decepciona saber que esa frase tan formidable ya está dicha hace milenios; y con autoridad. Bien esta es la tontería de hoy, pero creo que también puede hacernos pensar.