jueves, 25 de octubre de 2012

PUREZA Y CONCIENCIA


¿ERASMISTA O CRISTIANO CONSCIENTE?

Creo que se debe saber lo que hay en cada cosa que contemplamos, y no decir bien al mal, y mal al bien. Si comparamos la conducta de un hombre que no es cristiano, con la de uno que es “verdaderamente” cristiano, vemos el abismo que existe entre uno y otro individuo.

La prostitución, no solo carnal, sino las demás que se venden al mejor postor, es una realidad ante nuestros ojos. Dentro del mismo cristianismo, hay gentes que solo buscan su prosperidad y promoción personal mundana y, por tanto, no son cristianos. Se llaman así, pero no son así. A lo sumo se les puede otorgar que sean simpatizantes. Es claro como el agua clara. Es general en toda sociedad, pero lo aplico aquí al cristianismo.

Jesús dijo a los que querían seguirle: el que ama a su padre, a su madre y a sus bienes más que a mí no es digno de mí.  Es por tanto solo los que aman a Cristo, los que desearán vivir con Él, en medio del bien. Los que le aborrecen seguirán en lo que están, viendo a los salvos gozar de paz y presencia de Dios con rabia creciente por su “mala fortuna” que ellos mismos eligieron con tozudez.

Si este mundo es ya un verdadero infierno de traiciones, enemistades, vicios a costa del que está en angustia, etc., como eso es su deseo así seguirán. No se quejen, cuando vean a los de Dios en paz y alegría, y ellos eternamente tener que lidiar con lo que han elegido.

¿Qué tal cosa es contraria a la misericordia de Dios? Es muy cierto, pero no se puede esgrimir por los que abiertamente han despreciado su misericordia y su conducción. Dios es también la Justicia perfecta, y no ha de manejar su equidad como los hombres, ya que Él no recibe dones o cohecho, pues es dueño de todo y todo le pertenece.

Se trata solo de ser inteligente hasta donde alcancemos, y ser también buscadores y amadores de la verdad. Al pan, pan; al vino, vino. Es de lo más fácil. Como Erasmo, yo tengo mi propia forma de discernir la verdad o la mentira, pero lo que no hago es vacilar entre las presiones de unos y otros. La verdad… y nada más.  Y Dios y su palabra sobre todo.



martes, 23 de octubre de 2012

ERASMO Y ERASMISTAS


Erasmo de Rotterdan

Pues no, amigo mío: no soy erasmista en el sentido en el que usted me habla ni en ningún otro sentido. Tengo mis propios criterios, y reinan muy distintas condiciones sociales. En esta hora son más los cristianos perseguidos que perseguidores. La cosa cambia.

Lo que no quiero ser es de ningún modo, un fantoche movido por quien llega el último, y ser para todos, un perseguidor porque no comulguen con mi concepción del cristianismo. La libertad es imprescindible para el seguimiento de Jesucristo. Él mismo dijo: y no queréis venir a mí para que tengáis vida. (Juan 5:40)Porque Jesús hace libres a los hombres y no esclavos. Quien quiera va, y quien no, lo deja afrontando sus propias responsabilidades y los efectos de su negativa.

También Jesús dijo claramente: conoceréis la verdad y seréis verdaderamente libres. (Juan 8:36) Tal libertad no es precisamente la libertad para hacer mal, sino para hacer exactamente el bien, que es la vocación de todo cristiano. El hombre natural tiene que pensar y hacer, tal como el mundo piensa y actúa. Los resultados son evidentes.

Es por tanto, y prescindiendo por ahora de llamamientos especiales y elección por parte de Dios, el asunto es que queramos ir, o por el contrario despreciar el llamamiento del amor de Dios. El hombre carnal, que sigue sus inclinaciones y sus propios pensamientos sobre el bien y el mal, de ninguna manera irá a Cristo. No quiere prescindir de su posición contraria a la voz de Jesús, que desea sobre todo, el bien, la libertad verdadera y la armonía de la sociedad.

Y no es así, porque ya conocemos la corrupción que hay en este tiempo, y en todo tiempo anterior. El seguimiento de las llamadas de Dios es despreciado y, por tanto, cada cual será responsable de su actitud ante el tal llamamiento. Y así dice el apóstol: Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. (2 Pedro 1:10) No cabe decir que las cosas marchan mal, si nosotros mismos estamos sujetos a la misma corrupción, que detestamos y denunciamos en otros.

Así es, estimado amigo, que esa libertad prometida por el mismo Cristo, es la que me vale para no dejarme manipular y a la vez reconocer lo que de bien, según Jesús, hay en toda circunstancia y en toda doctrina. Intentar saber más que todos, es de necios según decía Pablo apóstol: Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo. (1 Corintios 8:2) 

viernes, 19 de octubre de 2012

SIMONÍA

  
Girolano Savonarola. 


Verá usted: sea cual sea la militancia de cualquiera, la historia aun con sus vulnerables verdades, nos da una idea bastante aproximada de cómo han sido las cosas y puede uno sacar conclusiones más o menos aproximadas de la situación de la Iglesia cristiana actual.

En aquellos tiempos, la simonía y otros vicios contaminaron de tal modo  a la iglesia, que los movimientos cismáticos y de protesta fueron abundantes, y no se sabe a ciencia cierta que era o que hacía tan cortos los reinados de los papas.

Vinculados a los territorios y a las posesiones, no era de extrañar los movimientos de Jean Hus, Lutero, Calvino, Swinglio, los valdenses, y hasta los cátaros con toda su carga de superstición o desviación de las doctrinas aceptadas por todos, con todos los defectos que tuvieron.

Se trataba de reformar la Iglesia y no de separarse. Hay dos libros entre miles que describen la historia de aquella época de la Iglesia. LUCRECIA BORGIA creo que de María Bellonci Y SAVONAROLA no recuerdo el autor. No me extiendo, en este breve comentario, pero hay que hacer justicia a la situación en aquellas épocas.

Los reyes y emperadores  se inmiscuían en los nombramientos de los papas a la espera de que estos a su vez inclinaran a sus pueblos a seguirles y a recibir bendiciones por ello. Toda una corrupción de la recta doctrina acuciada por las circunstancias.

El feo asunto de las indulgencias, disparó la rebelión en la que todos perdieron, ya que Lutero incitó a los príncipes masacrar a los bautistas y otras sectas. No sigo, porque es un lamentable cúmulo de episodios, por los cuales el mismo Papa actual ha pedido perdón, reconociendo la malaventura de perder para la Iglesia Católica, gente de valía y predicamento.

Dentro de estar incursos en la naturaleza humana, con sus grandezas y vilezas, los hombres que se separaron de grado o por fuerza de la comunión con la Iglesia medieval-renacentista, eran gente apasionada por la misma iglesia que abandonaron, debido a las lacras que creían reformar en ella.

Su celo por regenerarla devino en confusión y enemistades reales, que produjeron injusticias y guerras abiertas entre ellos. Nada cristiano, por lo que se puede colegir, a poco que se tenga uso de razón y algo de objetividad. Usted mismo me ha recordado aquellos hechos.

Ahora, lo que no es comprensible, es que no se encuentre vínculo que pueda reparar la unidad de la Iglesia de Cristo que Él ganó por su propia sangre. Se hacen intentos que son alabados por muchos, y refutados por otros. La unidad del Espíritu con el vínculo de la paz, está muy lejos de la fe de Cristo, y de la mansa conducción de la voluntad de Dios.

Para mí, la paz entre distintas confesiones “cristianas” es de elemental condición, si queremos hacer caso de nuestro Señor. No trato de decir que se acoja cualquier clase de confesión espuria, pero los que se equivocan de buena fe estarán en el error, pero su espíritu es deseo de concordia y de búsqueda de la pura verdad.

Creo haberle contestado a sus dudas. Gracias por leerme.

martes, 16 de octubre de 2012

DESACUERDO CON JUAN SIMARRO





No tengo por más que estar en desacuerdo con los planteamientos de Simarro, en cuanto al origen y vigencia de la desigualdad entre los pueblos pobres y los llamados opulentos, solo porque los ciudadanos de estos últimos se han podido hacer con una vivienda y compran artículos para la mejor función de sus hogares.

No puedo estar de acuerdo con la forma y enfoque como lo fundamenta Simarro, que por otra parte es admirable en su labor de Misión Urbana, y al que reconozco por su sencillez y humildad.


No puedo estar de acuerdo con la cruel máxima, de que la relativa abundancia de los pueblos del Norte se debe a se saquean los recursos del Sur. No puedo estar de acuerdo con los artículos que escribe, parangonando el aborto con el hambre en los pueblos. No puedo por más que discrepar vivamente, cuando lo que está a la mano y es fruto del ambiente moral deletéreo, se compara con una situación ciertamente modificable (en eso estamos todos de acuerdo) de hambre en el mundo.


El liberalismo es fuente de bienes económicos, al tocar los resortes de la inventiva y laboriosidad humana. Que esté mal o bien gestionado, y que dé lugar a las grandes diferencias entre personas y países, no es nada más que la demostración (y por contraste) la evidencia de que otros sistemas han fracasado en el intento (¿verdadero?) de sustituirlo.


Jesús, nuestro maestro, no habló nada de establecer un sistema económico que sustituyera al terriblemente depredador que existía en su tiempo. La esclavitud, la enfermedad sin posibilidades de curación, las guerras, y todo el tinglado de las comunidades rebeldes como los zelotes, los nazareos, esenios, los juanistas seguidores del Bautista, etc.


Los demás sistemas están ya fracasados, y desfasados en una modernidad que avanza al galope de los tiempos, quemando etapas, y agrandando aun más la distancia que existe entre los países llamados impropiamente pobres o ricos. Decir que países como Venezuela, Brasil, Colombia etc. son pobres, es rizar el rizo de la desinformación. El país es rico, si sus habitantes saben extraer las debidas consecuencias de lo que significa el progreso, y se organizan ordenadamente en sacar el rendimiento a las posibilidades que ofrece el país.


En Colombia, no es igual un pueblecito de la selva, que Cartagena Manizales o Bogotá. Venezuela es rica en el lago Maracaibo o Caracas, y sin embargo en otros lugares es pobre de solemnidad. Esa diferencia no es por causa del capitalismo.

sábado, 13 de octubre de 2012

REGENERADO A NUEVA VIDA


No está en mí regenerar mi vida,
¡Oh Dios! de tan divina omnipotencia.
Suministra en mi espíritu paciencia,
Y cambia tú mi mente adormecida.

Rescata ¡oh Cristo! a mi alma compungida,
Que están mis manos llenas de violencia,
Que me ha defraudado torpe ciencia,
Que puse en tu lugar, y hoy confundida.

Entre en tu voluntad, sin más alardes
De falsa ciencia y de mordaz jactancia,
¡Llena mi corazón de temperancia!

Concédeme valor; que tú me guardes
Con tu inmensa bondad y tu elegancia;
¡Llena mi corazón de tu abundancia!

Ya, sin beligerancia,
Será mi noble anhelo por asirte,
Delicia para, limpio, compartirte.  
 

 

martes, 9 de octubre de 2012

IGNORANCIA Y FE

  


Siempre se ha hablado de la firmeza de las convicciones y d las caídas propias de nuestra naturaleza caída. Sobre todo se ataca a los cristianos que luchan por la integridad personal y por la justicia social. Se acude a las mil contradicciones, y una vez que se encuentran, en fallos humanos en todos los ámbitos de la vida cristiana se critican agriamente. Desde el Papa al menor de los monaguillos.

Cuando un tipo se mete en un confesionario, o un hombre de Dios acude a las tres e la madrugada a intentar consolar a las familias del que ha fallecido, no es cosa que se tenga en cuenta. Con la inmisericordia más vil, se encausa a estos “héroes” que luchan y padecen las inclemencias de la vida ordinaria de las gentes, encarnándose en sus problemas y sus ansias de eternidad.

Recuerdo a un crítico de toros, de hace ya cuarenta o más años, que cada vez que hablaba de la lidia “ordinaria”, tenía que aclarar que era la lidia corriente o lidia sobre el suelo, y no sobre caballos.  Y es que había gente que como pude comprobar yo mismo, en su ignorancia gramatical confundía el significado de las palabras de forma que yo tenía que contener la risa, pero que implicaba unas ideas en sus mentes de algo feo y sucio.

En un pueblo cercano visité a un señor interesado, pero que ponía como pega y obstáculo para tener por buena la Biblia que manejaba, que en las cartas de San Pablo decía el “hermano Sóstenes” que él creía que era una palabra que significaba “sostenes” de las mujeres. Y argüía que La Biblia hablaba a veces de forma muy “ordinaria”.

Y miren por qué clase de asunto, tenía el hombre sus honradas objeciones.  De esto hace unos cuarenta años, y por supuesto no todo el mundo estaba en condiciones de leer la Biblia con conocimiento. Hay bastantes que saben, y su necia intención es peor que la ignorancia del pobre que quiera saber de Dios.

Todo esto lo escribo, porque los que se dicen ateos echan mano casi siempre a lugares bíblicos, donde puedan poner algún obstáculo a su lectura llana y sencilla. Naturalmente, “morir a espada”, no es literalmente morir de una estocada de espada, sino como algo más aproximado cuando se dice “el que a hierro mata, a hierro muere”.

Tal ve estos ateos, no entiendan como el diluvio se llevó a una generación pecadora y rebelde contra Dios, simplemente porque el autor de una cosa tiene plenos derechos a esa cosa. La humanidad es Creación de Dios por todos los métodos que se quieran aportar, pero Él puede hacer vivir y morir a los que son de su autoría y propiedad.

Nadie tiene la culpa de la baja cultura personal de algunas personas que, por otra parte, bien podrían acudir a donde se explican estas materias, y donde pueden preguntar si alguna duda les queda. Lo importante, es dejar de hacer juicios de valor sobre materias tan espirituales con criterios comunes y carnales. Y ¿Quién no es ignorante sobre alguna materia?

sábado, 6 de octubre de 2012

SECRETOS DE CONFESIÓN



He quedado estupefacto por una noticia que sorprende, no ya al que está fuera, sino que involucra toda una alteración de responsabilidad y normativa, decisiva para los que están en el cristianismo, cualquiera que sea su observancia o su militancia. Confesáos los pecados unos a otros dice San Pablo.

El asunto es peliagudo. Se pide por parte de sacerdotes de la Iglesia Católica, que se revele el secreto de confesión en casos en los que lo piden creen que son importantes y decisivos. Por ejemplo que se denuncie de nuevo al general argentino, Videla, (que ya ha purgado en la cárcel sus excesos) para de alguna manera conseguir una venganza o reparación.

Siento contradecir a estos audaces sacerdotes, porque deseo con toda mi alma que los cristianos tengan como refugio la confesión, y recibir el perdón de pecados. Sé que esta es una cuestión bastante debatida, y que suscita muchas controversias entre las iglesias cristianas y críticas en los medios paganos.

¿Se imaginan a ustedes a un confesor que tenga que revelar  lo que un penitente le cuenta, sobre algún asunto pecaminoso y vidrioso? Un sacerdote católico, al que se le revelan muchas lacras que pueden padecer, por la causa que sea, los que dependen de su predicación y pastoral, cristianos al fin.

No he querido entrar en este asunto hasta que han saltado las alarmas, y me obligan a ser beligerante en esta materia. No deseo penetrar en los entresijos de tan tratada materia, pero ¿se figura alguien si este principio se vulnera? ¿Que sería de las gentes que buscan en un confesor el consuelo, y la seguridad de que al fin y al cabo, cuando se hace genuinamente bien, con estricto arrepentimiento, Dios perdona sus pecados?

Un penitente o un cristiano perplejo, busca personas que le pueden ayudar, consolar, y animar, para que esté en confianza ante Dios, una vez que sus pecados han sido confesados con real  arrepentimiento. Y la condición (implícita en el arrepentimiento), de que de una u otra forma, deba reparar los excesos con que haya podido lastimar a otras personas, a las que haya ofendido, despojado, maltratado o perjudicado.

Los curas modestos o eminentes, se han encontrado numerosas veces (más de las que sospechamos) en conflictos en los que el secreto de confesión, les ha llevado a parecer cómplices de alguien que ha cometido un desacato manifiesto contra la ley.

Y en ocasiones se han visto implicados y desacreditados, solo porque se han negado a revelar lo que en confesión les han referido. ¿Recuerdan la película YO CONFIESO?

Y es que el confesor, al que se revelan secretos a causa de la angustia del creyente, le está vedado revelar que él está enterado de tamaña vulneración de la ley humana y divina. Y los enemigos del cristianismo, no se andan con remilgos y denuncian, sea o no verdad, cada cosa que creen que se hace mal en la Iglesia.

Nos podemos figurar a un receptor, aunque solo sea amigo, al que en nombre de Dios se le hace conocedor, como consejero o salida espiritual de delitos cometidos, y que él está obligado a no revelar a nadie. ¿Quién se confesaría o pediría consejo o cualquier otra cosa con relación a su vida, si el secreto de confesión, sigilo sacramental, o lealtad, se vulnera? ¿A donde iría, el que en angustia busca perdón y sanidad?

Una cosa es conocer un delito por la causa que sea, y otra recibir confesión o socorro espiritual, sobre una mala acción de la que el perpetrador está profundamente arrepentido. Bosquejo este escrito torpemente, ya que hay personas que en cualquier congregación, sabe más que yo sobre estos temas, a los que pudorosa y humildemente me acerco. Algo tengo yo que decir.

AL CRISTO HUMANO




Ya vi las cosas claras y entono alegre canto
Nunca creí del Cristo que fuera tan humano,
Que fuera para mí como un divino hermano,
 Y se acercara a mí, tan portentoso encanto.

Colmado de piedad, de afecto sacrosanto,
Te acercaste a mi vera  tomándome la mano
Plena de iniquidad, y aun siendo un pobre anciano
Limpiando mis bajezas, porque me quieres tanto.

Limpiaste la ruindad de mi naturaleza,
Sacaste la miseria de mi loca cabeza,
Y amándome sin fin me tornaste cercano.

Limpiaste mi interior como fiel cirujano,
Me ofreciste la paz, y me diste certeza
De tu fiel compañía, de tu dulce fineza.

Y de tu gentileza
Aprendí de tu amor, la divina largueza,
Y en la paz de mi alma, me sentí más liviano.  

miércoles, 3 de octubre de 2012

LA LIBRE ENTRADA



LA LIBRE ENTRADA

La entrada en el seno del Padre eterno (de donde hemos sido apartados por el pecado) es una sola, y es la que él ha determinado desde la eternidad; Cristo. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. (Juan 10:7) Hay algún cortito que dice que un hombre no es una puerta. La ignorancia es muy atrevida y a veces ridícula.

Dios ama a sus criaturas, pero no ama sus pecados. He aquí que ha provisto de un ser puro y sin pecado, para que con Cristo fuesen crucificados todos nuestros pecados con Él. Él cargó con nuestros pecados. Y hay que pasar por Él si queremos el camino a Dios Creador.

Así dice la profecía cientos de años antes de que se produjera: Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra árida; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. (Isaías 53:15)

El amor del Padre se manifiesta en Cristo, como prueba de lo que es Dios capaz de hacer por amor a sus criaturas. Cristo padeció pero ¿y el Padre? ¿Qué del Padre? Profundo misterio que no está al alcance de la mente del humano.  No obstante Él nos creó y nos amó, dándonos libertad para que escogiéramos la senda a seguir. El camino de nuestra concupiscencia… o su camino.

Adán pecó, y del mismo modo que heredamos de él la vida y el ser, también heredamos su pecado y la tendencia a perpetuarlo. Aun eligiendo nosotros la rebelión, Dios nos ama a pesar de esto. Los que amamos a Dios hemos de tener muy presente el concepto y la realidad de que, nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. (Juan 4:19).

Los que lo deprecian, o hasta lo quieren envilecer, deben saber que Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8). No es bueno insistir en lo que se sabe, y tampoco confundir la mente de los reluctantes.

Es una pena que carezcan de los mejores dones de Dios pero eso ya no es cosa nuestra. Nosotros sabemos nuestro camino porque Cristo mismo nos lo señaló: "Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre sino por Mí." (Juan 14:6). ¡Tan simple como eso!

LA PUERTA ESTRECHA Y EL SENDERO ANGOSTO

 

  
"Porque de tal manera amó Dios al mundo,
Que ha dado a su Hijo Unigénito,
Para que todo aquel que en Él cree, no se pierda,
Mas tenga Vida Eterna" (Juan 3:16).
"Entrad por la puerta estrecha;
Porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición,
Y muchos son los que entran por ella;
 Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida
 y pocos son los que la hallan" (Mateo 7: 13-14).
  
 
Este filosofador y razonador siglo presente, no puede aceptar la realidad de la resurrección de Jesús de entre los muertos, y el hecho de que es el solo y único boleto de entrada en el seno de Dios en franquicia y en gozo.

Es una realidad que a la razón humana, pervertida y materialista, solo le cabe en la cabeza los conceptos filosóficos que entronquen con el mundo material. Dicen que no pueden creer nada que ellos no comprueben, aunque ignoran la textura del universo y el por qué de los fenómenos que ocurren a miles de millones diariamente, que el ser humano no puede asir ni comprender.

No entienden ni se paran a pensar, por ejemplo, como un gusano de seda se envuelve él solo en un capullo y cuando lo rompe, el mismo, sale convertido en una mariposa con sus alitas, sus antenas, y su figura completamente distinta a la del gusano que la dio la bella forma que ahora posee.

Como se forma el embrión de un ser humano en un niño completo, ni en definitivamente el porqué de todas las cosas. Conoce a veces una minúscula parte del cómo, pero jamás sabe el porqué. Así se cree que basta con conocer con el telescopio y el microscopio, y cree que sabe el misterio de las cosas.

Nosotros creemos que Cristo murió y resucitó, y por ello somos los seres más felices de la creación. Murió por que como dice la Escritura "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la Gloria de Dios" (Romanos 3:23). Pecar contra Dios, el Creador y Sustentador, no es cosa baladí y que se puede ponderar fríamente. Es algo de trascendencia cósmica, y solo mediante alguien que ofreciera una acción justificativa se puede anular.

lunes, 1 de octubre de 2012

DEL VIEJO, EL CONSEJO


Esta semana pasada hemos sufrido en la familia una tragedia que nos ha llevado a la depresión, que aun no hemos superado completamente. Se trata del asesinato en macabras circunstancias de nuestra nuera, Rosa Cobo Román por parte de un hombre que pretendía (y lo consiguió) vengarse de ella, a causa de no estar conforme con la defensa en juicio de ella como su abogada.

El colegio de abogados ha hecho un panegírico de su labor y se han manifestado en el sepelio y en la calle protestando por este caso, y en general por la indefensión que ante personas de esta clase sufren todos ellos en el ejercicio de la abogacía.

Trato solo de indicar, que la prudencia de los mayores y los consejos que podemos dar, se pierden en el impulso más juvenil, pero más imprudente, aunque no sea el caso que explico más arriba. Las personas más jóvenes deben pararse a escuchar lo que les dicen los mayores, que llevan muchos años de oficio y experiencias de todo jaez.

Despachar, y desairadamente, una opinión de los viejos, en ocasiones cruciales para la vida es una solemne estupidez. Tal vez ellos no estén “al día” en lo que respecta a muchas materias, pero la veteranía y la buena intención con la que erogan consejos y casos sucedidos con el tiempo son más valiosos que un rubí.

Desentenderse de ellos a la hora de pensar las cosas y sopesar con calma los conflictos que casi diariamente aparecen, y más en materias que por si solas son vidriosas, me parece una temeridad y escoden un orgullo  que después trae muchas consecuencias.

Yo tenía muy buena memoria y la he utilizado siempre para rememorar lo que mi padre y algún otro mayor me ofrecían n mi tiempo juvenil. Ahora me doy cuenta de lo valiosas que eran, y han sido una referencia cierta para las muchas encrucijadas en las que me he encontrado.

Debo decir que en muchas ocasiones he actuado como si aquellas valoraciones de mi padre fueran vanas o anecdóticas, comprobando después la validez sólida y real de sus opiniones o consejos que me administraba entre mi impaciencia y por la repetición de ellas.

Recordé la cita bíblica que siempre me atormentaba cuando hacía algo que me salía mal desdeñando la experiencia de los mayores:  No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti. (Salmo 32:9).

Y cierro este escrito con un proverbio que vale para todos: Pídeles consejos a los viejos y a los jóvenes, pero sigue tu propio sentido común. El sentido común nos lleva a actualizar en momento actual la experiencia de años o de siglos. Todo ello con paciencia y sin ofender la sabiduría recibida. Nunca decir : ¡a mí que me vas tú a decir! ¡Como si lo supiéramos todo!.