miércoles, 27 de abril de 2011

SEDUCIDO Y ELEVADO



.
Me sedujiste, ¡oh Yahvé!, y fui seducido;
más fuerte fuiste que yo, y me venciste;
cada día he sido escarnecido,
cada cual se burla de mí.
Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito:
Violencia y destrucción;
porque la palabra de Jehová me ha sido
para afrenta y escarnio cada día.
Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre;
no obstante, había en mi corazón
como un fuego ardiente metido en mis huesos;
traté de sufrirlo, y no pude.
(Jeremías 20:7, 8, 9)
.
Una vez que el hombre después de haber probado con todas las puertas a su alcance para salir de su inquietud espiritual, y penetra por la buena, ya anda en soledad porque ya no le es factible compartir con los demás. Es la perla de que hablaba Jesús.
.
Su marcha y su vocación lo separan del resto. Su vida ya no esta destinada a la religión como tal organización, sino al mismo Dios en Cristo. No que ya abandone el compañerismo eclesial; la diferencia se establece entre el que no entiende nada más que lo epidérmico, y el que está sumergido en otra esfera de la Creación; en la esfera de lo divino. Y desde esa esfera tan elevada le es factible llegar hasta lo más hondo del dolor humano.
.
El interés de este ya no es la defensa de la Iglesia como vocación propia de su estado de comunión, sino que está fundamentada en la comunión eclesial, aunque las diferencias en la vocación y en la contemplación sean evidentes, y le hagan acoplarse al movimiento de la Iglesia de Cristo en el rol que le corresponda. Eso ya depende de Dios, que todo lo hace a su sabor y perfecta soberanía.
.
La sensación de superioridad del elegido deja de existir; ya no se basa en la cantidad de conocimientos que haya adquirido, sino en su grado de comunión con su Creador. En ese grado ya sabe el elegido que no es nada, y que cualquier hermano casi ignorante tal vez, puede ser mejor hilo conductor de la expresión de la voluntad del Padre que él.
.
Esto lleva a la humildad, porque se entiende que Dios no hace acepción de personas, sino que trabaja en el que quiere y como quiere. Se aprende entonces, que Dios no se sujeta a ninguna forma que el hombre pueda imaginar para dar su palabra a todos, sino que elige libremente los caminos que a Él le parecen adecuados en su sola potestad.
.
Entonces es, cuando el que ha sido llamado se torna verdaderamente solidario. Al penetrar en el misterio de la vida, y al compartir con el Creador el conocimiento de su voluntad y la verdadera naturaleza de las cosas creadas, entiende que esa es su verdadera posición, y es en la que el Padre saca los mejores capacidades del creyente para aplicarlas a las situaciones que en su propósito fueron decretadas.
.
Ante el pensamiento humano estará y parecerá solo, pero cuando esto sucede encuentra el compañero en Cristo el Señor, y ya anda con la mas sublime compañía imaginable y sublime. Ahí, en ese compañero, encuentra la paz y la seguridad más completa, y los gozos más maravillosos que puedan experimentarse. Ya no le es necesaria la complacencia de nadie, sino solo saber a quien ama, a quien adora, y a quien pertenece.
.
Es ya una nueva vida que se extiende al más allá, y que le hace un ser humano regenerado totalmente. La carne y los deseos ya solo se pueden producir en el alma, Pero ya eso no le afecta, porque ante la compañía de Jesús todo queda más que limpio. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. (Juan 15:3)
.
San Pablo, que se hallaba más o menos en la situación espiritual que trato de explicar, se angustiaba hasta que comprendió que somos miserables en cuanto al cuerpo y a las pasiones pecaminosas del alma, pero por el espíritu se vive a causa de la justicia realizada por el Señor Jesucristo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. (Eclesiastés 4:10). Y nosotros tenemos a Cristo para que siempre que caigamos, él nos levante y nos vuelva a recuperar para sí mismo.
.
Ya no solo es nuestra lucha y agonía, sino que es también la agonía de Jesús la que nos libre de mala conciencia y su sangre, derramada voluntariamente, es no solo suficiente, sino superior a toda fuerza que se oponga en su plan de redención. El niño hace inevitablemente travesuras y destrozos más o menos gruesos, pero su padre o madre siempre están para impedir que los haga, o para consolarle si los comete y rectificar su indómito individualismo o egoísmo.
.
Rafael Marañón
.
.
Un toquecillo bíblico.
.
Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.

Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.

Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado. (Romanos 7: 15 al 25).













































CANTO ANTIGUO..-- POEMA



Cantaron los arcángeles del cielo
Canto antiguo, que llena el corazón,
En coro de divino amor y celo,
Al ser establecida La Creación.

Compren
do, aun siendo yo tan altanero,

La grandeza en tu palabra y mi unción;
Quisiera ser de todos el primero
Que cante a tu grandeza con fruición.

No quiero hablar de flores ni de mares
Minúsculos retazos de tu obra;
Ni tampoco del alma en sus azares,
Que solo tú, conoces ya de sobra.

Buscando lo profundo de mi herida,
Quise libar del fondo de tu amor,
Asomarme a lo ignoto de tu vida;
Detectar el motivo del dolor.

Y quiero junto a ti, con dulce vino,
Celebrando tu espléndida creación,
Llenarme de tu Espíritu divino,
En gozo, en paz, en éxtasis y unción.

Rafael Marañón 2002
AMDG