domingo, 5 de mayo de 2013

LAS HORMONAS Y TODO LO DEMÁS (RESPUESTAS RÚSTICAS)


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Pues sí amigo mío: estoy de acuerdo en que para unos es más fácil derrotar un pecado que para otros. Concretamente de lo que usted me habla que es lugar común en toda sociedad y que gracias a ello la humanidad se renueva. Me refiero, como usted, a la sexualidad, aunque usted me habla más de sexo.

Esta es a mi juicio una de las características que distinguen al ser humano, para que mezclada o en combinación con la personalidad, educación y creencia, sea de una forma u otra, den la diversidad que el mundo necesita para seguir el plan del Creador. Y ese plan es precioso en cada detalle.

Hablando claro, creo que unos tienen más hormonas en su cuerpo que otros, y naturalmente les será más difícil reprimir los apetitos desordenados en estos trances. Jesús dio sobre esta materia unas ordenanzas, que de ser seguidas sería una gran bien a la sociedad. No creo que ignore que la prostitución, es una forma de esclavitud prácticamente como en la antigüedad.

Es por eso, que juzgar sin conocer la intensidad de los deseos desordenados y tratar a todos por igual es algo que el Señor no tolera. Ya vendrá el juicio, y Dios que conoce el corazón de los hombres juzgará con su inmensa justicia y sabiduría.

Usted sabe que cuando uno es mancebo, en la edad de la pubertad o de la adolescencia cuando van emergiendo las pasiones, no cura uno de advertencias, y sí solo del temor al castigo y a la autoridad de los padres. Pero se cometen gran cantidad de tonterías.

Cuando las recuerda uno en su madurez se ríe, porque se sabe que eran perpetradas en la mayor arrogancia y desconocimiento de las consecuencias. Sobre todo y a pesar de sus rebeldías es fácil manipularlos y captarlos para cualquier sandez.

La experiencia humana, proviene de los errores y las consecuencias de estos. Creemos que nos perdemos algo cuando seguimos los caminos de Dios mostrados por Cristo, y vemos al fin que todo pasa, y que todo ha sido como dice Calderón de la Barca un puro sueño. ¿Que ventajas tiene un rey disponiendo y gobernando, si el aplauso que recibe, prestado en el viento escribe?

Los placeres infames y viles, y otros desacatos a la ley de Dios ¿no pasan, como pasa todo? Y ante una eternidad ¿no vale la pena prescindir de los impulsos propiciados por el enemigo de los hombres? Acaso no sabemos, (y nuestra conciencia nos lo dice claramente), que aquello que codiciamos ya es malo para todos incluyéndonos nosotros.

¿Qué es eso de creer que Dios nos da su Ley y Guía, para fastidiarnos la vida? Es la dirección amante que nos libra del pecado contra los demás, contra nosotros mismos y contra Dios, en las personas de los que agraviamos con nuestro pecado, y con nuestros pensamientos  y nuestras inclinaciones pecaminosas.

¿Acaso no creemos (estúpidos de nosotros) que Dios presta más atención a los anillos de Saturno o al giro de las galaxias, que al pobre que muere de hambre, frío, abandono y soledad en un rincón cualquiera? ¿Por qué creemos que Dios perdona? Entre otros más motivos (su misericordia y amor) porque conoce nuestra flaqueza y debilidad. Pero Él trabaja en nosotros y… nos hace libres para siempre.

AMDG