Pues sí amigo mío:
estoy de acuerdo en que para unos es más fácil derrotar un pecado que para
otros. Concretamente de lo que usted me habla que es lugar común en toda
sociedad y que gracias a ello la humanidad se renueva. Me refiero, como
usted, a la sexualidad, aunque usted me habla más de sexo.
Esta es a mi juicio
una de las características que distinguen al ser humano, para que mezclada o en
combinación
con la personalidad, educación y creencia, sea de una forma u otra, den la diversidad
que el mundo necesita para seguir el plan del Creador. Y ese plan es precioso
en cada detalle.
Hablando claro, creo
que unos tienen más hormonas en su cuerpo que otros, y naturalmente les será
más difícil reprimir los apetitos desordenados en estos trances. Jesús dio sobre
esta materia unas ordenanzas, que de ser seguidas sería una gran bien a la
sociedad. No creo que ignore que la prostitución, es una forma de
esclavitud
prácticamente como en la antigüedad.
Es por eso, que juzgar
sin conocer la intensidad de los deseos desordenados y tratar a todos por igual
es algo que el Señor no tolera. Ya vendrá el juicio, y Dios que conoce el corazón de los
hombres juzgará
con su inmensa justicia y sabiduría.
Usted sabe que cuando
uno es mancebo, en la edad de la pubertad o de la adolescencia cuando van
emergiendo las pasiones, no cura uno de advertencias, y sí solo del temor al
castigo y a la autoridad de los padres. Pero se cometen gran cantidad de tonterías.
Cuando las recuerda
uno en su madurez se ríe, porque se sabe que eran perpetradas en la mayor arrogancia y
desconocimiento de las consecuencias. Sobre todo y a pesar de sus rebeldías es fácil manipularlos y
captarlos para cualquier sandez.
La experiencia humana,
proviene de los errores y las consecuencias de estos. Creemos que nos perdemos
algo cuando seguimos los caminos de Dios mostrados por Cristo, y vemos al fin
que todo pasa, y que todo ha sido como dice Calderón de la Barca un puro sueño. ¿Que ventajas tiene un rey disponiendo y
gobernando, si el aplauso que recibe, prestado en el viento escribe?
Los placeres infames y
viles, y otros desacatos a la ley de Dios ¿no pasan, como pasa todo? Y ante una eternidad
¿no vale la pena prescindir de los impulsos propiciados por el enemigo de los
hombres? Acaso no sabemos, (y nuestra conciencia nos lo dice claramente), que
aquello que codiciamos ya es malo para todos
incluyéndonos nosotros.
¿Qué es eso de creer
que Dios nos da su Ley y Guía, para fastidiarnos la vida? Es la dirección amante que nos libra del
pecado contra los demás, contra nosotros mismos y contra Dios, en las personas
de los que agraviamos con nuestro pecado, y con nuestros pensamientos y nuestras inclinaciones pecaminosas.
¿Acaso no creemos (estúpidos
de nosotros) que Dios presta más atención a los anillos de Saturno o al giro de
las galaxias, que al pobre que muere de hambre, frío, abandono y soledad en un rincón
cualquiera? ¿Por qué creemos que Dios perdona? Entre otros más motivos (su
misericordia y amor) porque conoce nuestra flaqueza y debilidad. Pero Él
trabaja en nosotros y… nos hace libres para siempre.
AMDG
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