Entiendo que desde tu óptica, no des pie con bola sobre el misterio de la vida y de Dios. Los filósofos
que no son ateos, hablan de un Dios inconmensurable, infinito,
absoluto y que siempre es el mismo. Pero
se dejan de lado la cuestión de su amor por los hombres. ¿Puedes imaginarte a Dios en su altura, maquinando como va a
fastidiar a sus criaturas? Es de tarados.
Si hace su obra, ¿la va a dejar a medias? ¿O no ha podido terminarla porque le faltan ladrillos o mortero? Huyamos de tonterías y necias filosofías. Si es todo eso que le atribuyen hasta los
mismos ateos (que no son tales) ¿porqué le inculpan de todos los males que
suceden en esta tierra? O sea, la tesis es que Dios crea, y ya hecho (a medias),
lo que hace es jorobar a todo el mundo. “Con algo tiene que divertirse”.
Todos sabemos que la vida sigue su curso, como los astros y lo que
haya detrás de ese firmamento que todos admiramos en ese orden tan maravilloso.
Vemos el “tercer mundo” pasándolas canutas, y vemos enfermedades, lloros, atropellos,
prepotencia de los poderosos, y los que no lo son si lo fueran, y no nos explicamos que esto dependa de un Dios amoroso y
misericordioso.
Inventamos una Arcadia feliz, como la tierra “donde se atan los perros con longaniza”, y
tenemos (todos) dinero abundante. Somos todos guapos, atractivos, nadie es
cojo, ni manco, ni ciego etc. y todo eso que se explica en las novelas románticas.
Y en ellas salta a la vista que lo que las hace lindas, son los amores decepcionantes,
lejanos, no correspondidos, etc.
La vida vale la pena de vivir por la expectación de vivirla, y por la
libertad que Dios nos ha dado, siendo hechos a su semejanza y a su imagen
misma. De ahí que el ser humano cobre la importancia que tiene. Y ese ser humano, cualquiera que sea su situación, es amado de Dios.
Sí, amado, a pesar de que el humano tiene sus fallos, sus
actitudes agresivas, y su afán de justificarse, empleando solo para ello su frágil inteligencia. A pesar de
ambiciones, de crueldad, de codicia, etc. de la que vemos tantos y variados
casos.
Cuando encuentra a uno que se entrega al bien, se emociona y estremece
de amor, porque sabe que ha encontrado el buen camino. Dios está muy cercano y
hasta dentro de nosotros. Lo despreciamos y dejamos de lado, hasta que como
dice el dicho popular: “no nos acordamos de Santa Bárbara
hasta que truena”.
Y entonces, cuando nuestros hechos nos han llevado a la ruina
moral y física, tenemos la desfachatez de culpar a Dios, porque en nuestras porquerías no hemos contado con Él, y nos
vemos impotentes y abandonados. Y sin embargo, Dios está siempre a nuestro lado, esperando
que en estas situaciones volquemos el rostro hacia Él para que Él llene
nuestros vacíos corazones.
Creo que hay gente de más vitola y
conocimientos que te podrá explicar mucho
mejor que yo, la relación que Dios omnipotente pero amoroso, mantiene con sus
criaturas. Y esas criaturas somos también tú y yo.
AMDG.
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