
Entonaré mi canto a la más alta dama
Que los evos eternos concibieron antaño,
Ni en el cielo ni en tierra se hallará soberana
Cualla Virgen María , pastora del rebaño.
Es canto de ternura, de sumisión y duelo,
Por los fieros tormentos que padeció en la tierra,
Que el Todopoderoso transforma en su consuelo,
Y en ella con largueza toda delicia encierra.
Cantamos a gran coro tan divino misterio
Que nos llena de gloria, cuando a Cristo adoramos
En alegres canciones, libres de cautiverio.
Peregrinos andamos sin error en la vía
Que con clara certeza hasta el Cielo nos lleva,
Siguiendo las pisadas de Cristo y de María.
Que los evos eternos concibieron antaño,
Ni en el cielo ni en tierra se hallará soberana
Cual
Es canto de ternura, de sumisión y duelo,
Por los fieros tormentos que padeció en la tierra,
Que el Todopoderoso transforma en su consuelo,
Y en ella con largueza toda delicia encierra.
Cantamos a gran coro tan divino misterio
Que nos llena de gloria, cuando a Cristo adoramos
En alegres canciones, libres de cautiverio.
Peregrinos andamos sin error en la vía
Que con clara certeza hasta el Cielo nos lleva,
Siguiendo las pisadas de Cristo y de María.