sábado, 29 de junio de 2013

LA SORPRENDENTE PERVERSIÓN HUMANA


                 
Mira, sólo esto he hallado:
que Dios hizo rectos a los hombres,
 pero ellos se buscaron muchas artimañas. 

 Hay veces en las que cuando nos dicen cualquier cosa o suceso decimos displicentes: yo ya no me sorprendo por nada. Pero hay casos que nos sorprenden y hasta que nos asustan. Esta foto tomada de Radio Cristiandad ilustra la posición ante los cultos y reuniones cristianas de cualquier clase.

No es cuestión de lo recto o lo torcido. Es cuestión como dice el refrancillo: o Don Juan o Juanillo: O este otro de: o calvo o con dos pelucas. La Iglesia ha de comportarse decorosamente sin hacer nada que estropee el concepto que tanta gente tiene de la seriedad y el valor social y espiritual del cristianismo.

Estas escena de clérigos protagonizando esta (no sé como calificarla; digamos parodia), desagrada a cualquiera que se quiera sujetar con más o menos disciplina o exactitud a lo que las normas eclesiales establecen con su muy meditado fundamento, más o menos discutible por muchos, pero establecido con la solemnidad y seriedad que se espera de cualquier acto que no sea un asunto de humor o de anarquía.

Y hay un protagonista principal ante el cual no se pueden hacer espectáculos, que más que edificar lo que hacen es llenar de vergüenza a los que prefieren una reunión, misa, o cualquier otro acto, con la seriedad que se ha de tener ante lo que los demás consideran un acto para Dios y, por tanto, digno de la mayor seriedad, solemnidad, gravedad, respeto, y reverencia.

Todo lo relativo a Dios (y pienso que es todo lo que hacemos), proviene de una adoración que no solo significa posturas o pensares piadosos, sino que en sus formas más visibles, deberían ser de una majestad y protocolos debidamente cuidados y realizados con la máxima unción y piedad verdadera.

Estas cosas pueden parecer como una concesión a los que piensan de otro modo, queriendo tal vez demostrar que nosotros, los cristianos, no nos arrugamos ante cualquier forma de protocolo y que somos capaces de “entrarle” a todo lo que sea una forma de culto más o menos aceptable.

Estas escenas, no creo que den a nadie sensación de que estamos ante una dignidad y sobriedad de la que es merecedor el Señor que compartimos, y que desobedecemos inventándonos ceremonias, formulas, y danzas que no me atrevo a calificar.

Lejos de mí, criticar cualquier modo de culto si es edificante, pero si ya tenemos una forma aceptada por todos de hacer las cosas delante de Dios, como la tenían por mandato divino los antiguos sacerdotes mosaicos ¿a qué buscarle complicaciones a lo que solemnemente ya se practica en La Iglesia de Dios?

AMDG. 

miércoles, 26 de junio de 2013

LAS OPRESIONES DE LA VIDA (Reflexión a un amigo)



Claro que sí, afable amigo. Si todos los que sabemos algo de cosas espirituales y de la profundidad del misterio de Dios en Cristo, nos dedicamos febrilmente a enviarnos nuestros “magníficos y cuidados escritos” que ya conocemos desde hace muchos años, solo estamos satisfaciendo nuestra vanidad. Y eso es un trabajo necio y poco cristiano.

Este servidor tuyo, se dedica a enviar sus modestos escritos a los que no conocen muy profundamente los asuntos espirituales porque, lógicamente, están absortos en los problemas cotidianos. El que es rico desprecia estas cosas porque ya tiene bienestar, y a su manera vive bien: ya habéis tenido vuestro consuelo, dice Jesús.

Los que están asediados por conflictos y penurias, tampoco prestan atención a las llamadas del bien, estando como están, en una lucha constante por ganar o conservar empleo y bienes materiales, que en el pensar de la generalidad de las gentes es primordial o principal.

Como la solidaridad y la caridad ya se ha dejado en manos del Estado, la gente se siente desamparada y casi nadie ve su porvenir o el de su familia tan claro como quisiera, por lo que las preocupaciones son un obstáculo enorme a la hora de adherirse a una doctrina que, por sí sola, requiere un grado de anulación de los instintos y sentimientos primarios.

Como resultado se buscan defectos en los clérigos de cualquier clase, y se desprecia una doctrina que aplaza la recompensa hasta después de la muerte. La paz y la anulación de sobresaltos, envidias, etc. ni se tiene en cuenta ni se valora suficientemente aunque muchos de los que menciono nunca han conseguido la paz. Se va con la gente en la vida y al fin se desciende a la tumba sin haber sido dueño de sí mismo jamás.

Se van como han venido y raramente se paran para hacer un inventario de su vida, que consideran al fin como hueca y sin alicientes. Los hijos se van o quedan descolocados y siendo una espina para los padres, y cuando estos hacen el resumen de su vida, se reduce casi todo a trabajar, y a vivir siempre en la precariedad y en la esclavitud de un trabajo o en la angustia de perderle, así como la salud de la familia y los medios de subsistencia.

Solo el cristiano genuino aprende, generalmente por una vicisitud en su vida casi siempre desfavorable, y pasa a ser uno más de los que dentro de un sistema, aprenden y gozan de la libertad de los hijos de Dios. Tienen su confianza puesta en el Padre. Como esperan una trascendencia desprovista de leyenda o de incertidumbre, viven vidas ricas en amor y en paz: Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4:7)

Rafael Marañón 

AMDG.

jueves, 20 de junio de 2013

TODO TRASTOCADO POR EL DINERO




Las gentes todas, han devenido en negociantes y el sistema corrupto del mundo ha captado a todos para su método y su filosofía de las cosas. Hoy lo que vale es el dinero (nada nuevo) y las cosas que se pueden comprar con dinero, (que en este mundo es todo, pues todo está sometido al poder del dinero). Joyas, honores, prelacías, almas de hombres.

Todos han sido atrapados en el agitado remolino de las transacciones, cosa que no se corresponde con las legítimas aspiraciones del hombre medianamente ético, ni con la genuina vocación de las personas rectas. Pero es un sistema irresistible e irresistido. Además, ¿quien quiere resistirlo? ¿Quién no quiere participar en él? Los que no pueden y quedan excluidos de una u otra manera, se sienten fracasados.

Hoy, mujeres y hombres corren como orates en pos del mundo y del dinero. Se burlan y ridiculizan a los pocos y raros que no marchan con ellos en esta siniestra y fatal «carrera de las ratas». Son ya esclavos y han servido a un «dios» al que ya no pueden abandonar, y tienen que ir tras él.

Todo está trastocado. Solo un pequeño número de cristianos ha comprendido la malicia implícita en este estado de cosas, y han movilizado hasta donde alcanzan su ética y su esperanza viva contra esta insidiosa situación. No es vana lucha, pues es de Dios, pero es casi imperceptible en el mare mágnum de la vida cotidiana. Para el mundo pasan casi inadvertidos ellos y sus llamadas y si alguien se para a escucharles al final exclama ¡Bah, son idiotas!

Pero aunque no sean los más ricos o famosos, estos irreductibles son los «siete mil» que no han doblado su rodilla ante Baal y no han besado su frente. Son el remanente de Dios en este mundo corrompido.

Se admira por todos, la integridad y el bien hacer. Se les exige a los políticos y a otros grandes responsables, pero lo que se envidia y se respeta es el enriquecimiento monstruoso y al falto de escrúpulos y moral para conseguirlo; ¡Ese sí que es un tío listo!

Todo el mundo protesta contra la corrupción cuando no puede practicarla de forma segura, masiva y rápida, pero todos quisieran poder hacer lo mismo, porque lo harían de tener la ocasión propicia. ¡El amor, la solidaridad! ¡Bonitas palabras!

El afán de las cosas materiales, el lujo insultante y la exhibición indecente de riqueza y derroche no es tan solo cuestión de manejar dinero que siempre se ha hecho. El dinero es muy buen servidor, pero muy mal amo y engendra con su maligno poder unos afanes que conspiran contra la estabilidad mental y espiritual de cualquier persona.

Porque contra Dios hay detrás de este sistema una presencia real que impulsa irresistiblemente a los hombres apartados de su camino y todos corren, sin advertirlo y dolorosamente, en la búsqueda ansiosa de éxito, del reconocimiento social, del dinero y del poder. Robando, trabajando en jornadas agotadoras y degradantes para el espíritu y la mente, envileciéndose de muchas maneras. Todo para ganar más, consumir más, derrochar más.


AMDG

CORRUPCIÓN ESPIRITUAL


Todas las cosas son puras para los puros,
aunque para los corrompidos e incrédulos nada es puro,
sino que tanto su mente como su conciencia están corrompidas. 
(Tito 1:15)

Tanto se habla de la corrupción en los medios de la actualidad y parece que todos son puros hasta el tuétano. Todos claman contra la corrupción, pero siempre dando de cara a sus querencias. Parece que ellos nunca han perpetrado alguna fechoría de la que no se sientan orgullosos. Y eso es regla general para todos.

No solo en la “loca juventud” sino en la más avanzada madurez, también la envidia, o el resentimiento, etc., anidan en los corazones en los que solo Cristo con su ejemplo y sacrificio puede purificar tales tendencias. El espiritual busca las cosas del espíritu y el carnal como hombre natural las cosas de la carne (σαρκός).

 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el Reino de Dios.

 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.  (Gálatas 5:18-23)

¡Tantas veces digo que no hay nada escrito tan maravilloso como cualquier versión de las Santas Escrituras, para si se quieren entender los misterios de Dios, sean para el lector claros como el agua clara. Solo los mistificadores pretenden torcer las Escrituras, para intentar hacer que su idea prevalezca sobre la sencilla y genuina lectura de ella. Dejemos a estas personas, y pidamos para que se den cuenta de su extravío.

Cuando hablo de la “carne” quiero decir las inclinaciones del hombre natural, cosa que ya saben los conocedores, pero como se incorporan más indoctos en estas cosas espirituales, es término que hay que aclarar. Sé que no tengo un gran estilo ni mucho menos, pero hago lo posible por llegar a todos.

Los doctos en estas materias, tienen muchas fuentes adonde beber del néctar espiritual, pero no así los menos introducidos en estas cosas. Para todos escribo, y les deseo bendiciones de parte de Jesucristo, Dios, y merecedor de los homenajes de los ancianos, y de todo el Universo. (Apocalipsis 5:7 y 7:10)


AMDG.

lunes, 17 de junio de 2013

¡YO QUE SÉ! (Parte 2)

Cada cual con el uniforme que le corresponde  


Un amigo me preguntaba ¿porque el Papa lleva tantos aderezos y vestuario? Yo solo le contesté ¡Porque es el Papa! Los Papas visten así y como los militares y los barrenderos tienen su propia vestimenta. Y de la misma manera que el rey viste sus ropas correspondientes a los actos en los que debe estar presente, el papa tiene los mismos deberes en su responsabilidad.

¿Qué se podrían limitar estos oropeles y vestir algo más sencillo? Es posible y en mi opinión hasta conveniente, pero no conozco esas cosas tan profundamente que pueda pronunciarme, y además eso no es cosa mía y no creo que dañara la doctrina.

Ni creo que el Papa pusiera demasiadas pegas a ir más sueltito de vestimenta, y menos cargado de simbólicos vestidos. No creo que a su edad le encante llevar tanta capa, ni tanta corona. Son (posiblemente) tradiciones de otras épocas, en las que los reyes llevaban los mantos de armiño, las coronas que simbolizaban su autoridad y grandeza, y esto se arrastra hasta hoy. Y si un purpurado lleva ese traje característico de su condición, tampoco creo que sea mucho más llamativo que la ropa del conserje de un gran hotel.

Es decir, y con esto no creo decir algo raro o insólito. El mundo no puede, ni podrá adecuarse a la Iglesia de Dios en todo el orbe y, por supuesto, la Iglesia no ha de adaptarse a los escarceos del mundo y la sociedad.  La Iglesia es lo que es; y es enemiga natural del mundo, por la simple razón de que el príncipe de este mundo es enemigo de Dios y así dice el apóstol a los “mundanos”

!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. (Santiago 4; 4). Más claro no se puede decir, pero parece que muchos teólogos no lo han leído; o no lo comprenden, o no lo quieren comprender.

Todas las propuestas que se hacen no cuentan para nada con la obediencia al Evangelio, y todas adolecen de una jactancia y un deseo de destacar que sería legítimo (no para mí) en otras materias. Lo que pretenden estos buenos hombres es dinamitar la Iglesia de toda denominación.


Rafael Marañón   

domingo, 16 de junio de 2013

¡YO QUE SÉ! (Parte 1ª)


          ¿El azar produciría tipos así?
 

Verdaderamente a veces me siento disminuido y errático; a veces cuando me encuentro con gente que en su afán (no sé si de sobresalir o de mejorar las cosas) intenta embutir teologías, que son solo unos pequeños toques epidermicos del Evangelio elevados a una categoría de lo social, como si la vida, muerte de Jesús, y su resurrección, solo fueran un episodio en la lucha del hombre por acumular propiedades o comodidades.

Esas teologías de la liberación, y otras tantas como se promueven con aceradas criticas a la jerarquía, y a humildes curas que día por día, año por año, hora por hora se refugian en una modesta casa, a veces más solos que las ratas, y siguen, y siguen en su vocación, porque saben que sus débiles fuerzas son un instrumento de Dios poderoso y eficaz para su propósito.

No de otra manera aguantarían una vida así. ¿Que yerran, según su apreciación¿ Usted procure hacerlo bien, y quede tranquilo. Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro; (Gálatas 6:4)

Nada ocurre por azar. El azar es un magnífico ayudante de la pereza intelectual. Hay que ser muy perezoso o muy obcecado para negar la Creación. No hay que escribir gruesos tomos para darse cuenta de que la armonía del Universo no es casualidad. Son demasiadas casualidades.



Si alguien tiene duda legítima, porque le cuesta entender los rituales o le resulta incoherente la doctrina de la religión cristiana, es razonable pensar que es alguien con el suficiente cacumen para hacerse preguntas que, de consultarse, pueden ser satisfechas una por una.

sábado, 15 de junio de 2013

LA SERPIENTE DE BRONCE DE MOISÉS




Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto,
así es necesario que el
Hijo del Hombre sea levantado,
para que todo aquel que en él cree,
 no se pierda, mas tenga vida eterna.

Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna.

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo,
 sino para que el mundo sea salvo por él.

El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Y esta es la condenación:
que la luz vino al mundo,
y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
(Juan 3: 14 al 19)

   Esta bellísima afirmación de Jesús a Nicodemo, que era un principal entre los judíos, erudito y no un cualquiera, lleva una carga maravillosa de verdad y esperanza, para los que creemos que nuestros pecados son borrados por la sangre de Jesucristo.


En Él somos todos los que creemos salvos de responsabilidad ante Dios. Él es el boleto de entrada a la vera del Padre que nos tratará como a hijos amados. Siempre he sostenido que haciendo hablar a la Santa Escritura, es la mejor forma de entender los misterios de Dios. Nosotros somos poco menos que pobres (bien intencionados), empeñados en aclarar lo que está claro.


Nadie piense en salir por sus méritos de esta cadena perpetua que es la separación de la vida de Dios, porque son nuestros mismos méritos, dados por su Espíritu, de Dios los que nos han traído a esta penosa situación. La misma calidad de los dones, nos ha hecho soberbios cuando ¿qué tenemos que no hayamos recibido de Dios?


De la misma manera que Moisés puso la serpiente en lugar donde todos los mordidos por las serpientes pudieran verla, y solo se curaban del la mordedura venenosa cuando miraban a la serpiente de bronce, así Cristo elevado para que todos puedan verlo (El Evangelio de la cruz) ha de ser mirado en la confianza de que Él es la curación eficaz y gratuita.


¿Como es posible que la curación de todas nuestras enfermedades espirituales (que tienen mucho que ver con las físicas) sea tan simple y que todos nos neguemos a aceptar tal salvación? Si el Evangelio dijese que Cristo había dicho que matásemos, que robásemos, que hiciéramos el mal, podríamos negarnos ante esta perversa doctrina. ¡Pero el Evangelio que solo habla de paz, de alegría, de solidaridad, en suma, de amor, pueda ser rechazado! ¿Hay alguna doctrina más perfecta?


Quiero dejar claro que no desisto de clarificar la espesa materia de la predestinación, pero antes he creído necesario dejar claro lo que Jesús dijo a un notable conocedor de la Escritura, para que su palabra sea principio y fin de toda discusión.


Como somos tan complicados y somos tan proclives en complicar lo simple, tratando de mostrar nuestra “erudición”, complicamos todas las cosas en que nos metemos. Todos los cristianos sabemos que Jesucristo es el mediador entre los hombres y Dios. Sabiendo esto, podemos extender nuestras indagaciones y teorías hasta donde queramos.


Siempre guardando los preceptos y usos que la Iglesia ha venido creyendo desde milenios atrás. ¿Para qué tanto divagar, cuando cada uno lleva en su corazón un teólogo que quiere servir a Dios de la mejor manera? En la próxima inserción seguiré hablando de las citas bíblicas que avalan la predestinación, y la justa manera de resolver las aparentes o posibles desviaciones.


Seguirá.


AMDG     

domingo, 9 de junio de 2013

DIOS NO JUEGA A LOS DADOS


Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio,
 la sabiduría oculta,
la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,
 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció;
porque si la hubieran conocido,
 nunca habrían crucificado al Señor de gloria.

Antes bien, como está escrito:
    Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
    Ni han subido en corazón de hombre,
    Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 

 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu;
porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

(Carta a los fieles de Corinto 2: 7 al 10)

Pienso que la Escritura Santa es suficiente para ilustrar sobre los misterios de Dios, pero no todo el mundo está preparado para recibirlos, ni tiene la suficiente ilustración para leer y digerir estas cosas que son en realidad muy claras. Algunos establecen una doctrina usando aisladamente estos conceptos, y se desvían necesariamente de la verdad expresada en la Revelación de Dios

Es lógico que la doctrina se deje en manos de la Iglesia, para que los más preparados la estudien y la den al pueblo llano que no sabe meterse en los intríngulis de la fe, por necedad, ignorancia, o en muchísimos casos, propensión a conformar la Escritura a sus tendencias y extravíos. Así vemos a muchos teólogos vagar por las ideas de la Escritura, con una repetida tendencia a rechazar la voluntad de Dios, pero que sus ideas estén bien respaldadas por su autoridad.

Blanden versículos aislados, para sentar una doctrina que expuesta por hombres inteligentes aunque errados, da la impresión de ser verdadera a los ojos y sensaciones de los ignaros. Es por eso que la verdad es tergiversada, a causa de la fijación de algunos sobre una idea que a ellos se les ocurre. Para establecer la verdad de la doctrina, está la Iglesia, esposa de Jesucristo.

Dios no tiene deseos de improvisar ni le hace falta, y como se dice en otro lugar: Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? (Números 23:19) Pensar que Dios infinito y sapiente tiene que rectificar a cada momento sus propósitos, es tenerle por alguien que se puede equivocar por no haber previsto adecuadamente las cosas. 

Este pensamiento es necio y hace poco favor al maravilloso ser que hizo todo cuanto existe. Todo está preordenado y bien realizado, por lo que podemos estar siempre seguros de que Dios como se dice anteriormente no miente ni ensaya. Se le dice en algunos medios “el gran arquitecto”.

Hay quienes dicen que la Creación es un “experimento” de Dios, si es que por lo menos lo reconocen como creador. Necedad que se repite cuando se piensa o dice que cuando se equivoca rectifica, y así va transcurriendo la historia. Para muchos, por ejemplo, las guerras mundiales y adyacentes son una muestra de la ira de Dios.  Otros dicen que sucedieron porque sí, porque la “fatalidad” simplemente las trajo. Fatalismo que niegan continuamente, cuando quieren ejecutar sus designios pecaminosos en cuyo caso invocan la libertad.

Si pensamos que un hombre que actúa sin propósitos claros es un inconsciente irresponsable, pues actúa sin horizontes por la versatilidad de los tiempos y las cosas, ¿como podemos pensar que Dios proceda como nosotros, que somos propensos al error y a la anarquía? Cuando miramos al Universo y a La Creación entera ¿podemos pensar que Dios es un “grumetillo perverso” que se divierte fastidiando a sus criaturas?

Seguirá

AMDG    

sábado, 8 de junio de 2013

EL LLAMAMIENTO Y LA ELECCIÓN

Abrahán mira al cielo 
 

EL LLAMAMIENTO


Y sabemos que a los que aman a Dios,
 todas las cosas les ayudan a bien, esto es,
a los que conforme a su propósito son llamados.
Porque a los que antes conoció, también los predestinó
para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Y a los que predestinó, a éstos también llamó;
 y a los que llamó, a éstos también justificó;
y a los que justificó, a éstos también glorificó.
(Romanos 8: 28, 29, 30)

Sobre este punto me consultan muchos y yo sé poco de teología, y hasta en casos no me atrevo a meterme en camisa de once varas, porque enseñar sin estar muy preparado es imprudente y casi temerario. Lo que sí puedo decir es que los versículos anteriormente expuestos son bastante claros con respecto al llamamiento celestial y a la elección. (Hebreos 3:1)

Dos figuras que se vuelcan a favor de la elección, como sucedió a Jacob y Esaú. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. (Romanos 9:13) El llamamiento general es para toda persona. Esta tarea de Dios, es realizada por todos los que de alguna manera realizan la difusión del Evangelio entre las gentes. Sabemos bien la mentalidad de las gentes y sus preferencias.

A la llamada celestial de Dios que es amor, gozo espiritual, paciencia, longanimidad, mansedumbre, fe, conciencia, continencia, y autocontrol, la mayoría se niega por no estar capacitada, y por estar sumergida en la vorágine del mundo, sus espejuelos atrayentes y sus apremios angustiosos. En una película alguien abre los ojos a la realidad y dice: no veo bien el nuevo panorama.- Se le contesta: porque no tienes los ojos acostumbrados a ver la realidad.

Las gentes van a donde quieren sin saber siquiera a donde van. Cuando les hablamos de la salvación no entienden lo que les decimos. Ellos dicen que no tienen que ser salvados o en la muerte queda todo saldado. Su reacción es meterse con los curas, pastores, monjas, y toda persona que pretenda la santificación para estar a coherencia con su fe.  Estas gentes criticonas si tienen a mano alguien que falla proclamando ser cristiano se regocijan y dicen: ¿ves como todos somos iguales? Todo es hipocresía.

Por supuesto que si el tal que critica entra en una iglesia entra con su hipocresía y sus lacras. Y allí están en la iglesia sus cualidades y defectos. Y si lo hace genuinamente también entra sus virtudes o propiedades humanas, que le definen aun siendo cristiano. Solo el llamamiento y asistencia del Espíritu de Cristo, le puede hacer congruente con la fe.

Y por eso la pregunta: ¿por qué Dios elige a uno y desdeña al otro? En el caso de Jacob y Esaú, estaban los dos en el vientre de su madre, y aun no habían podido hacer ni bueno ni malo. ¿Por qué la elección para gloria de uno y la misma elección para vileza?

San Pablo lo aclara ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera.  Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo quiera tener misericordia, y me compadeceré del que yo quiera compadecerme. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. (Romanos 9: 14,15,16)

Seguirá


AMDG

jueves, 6 de junio de 2013

¡QUE NO, PEPE!



¡Que no, Pepe! No insistas. No es eso lo que ocurre en mi caso. No estoy ofuscado por la religión, sino me encuentro muy feliz con Jesús y el giganteo misterio de Dios. Dios no es nombre propio, sino “adjetivo elevado a pronombre” aunque en este caso lo empleemos como sustantivo. El nombre judío es Jehová, o Yahvé como otros dicen que suena.

Dios significaba en la antigüedad poder y grandeza, y Dios es eso, además de infinitas cosas más. Es por eso que le llamamos así. Los franceses en algunas versiones bíblicas, le llaman L´eternel (El Eterno). A mi me gusta llamarle El Creador, Padre eterno, y Señor. Y ya ves, que hay para aplicar abundantes nombres y apellidos. 

Simplificando, te diré que hace muchos años lo encontré, y ya no he dejado de estar en su orbita. No soy particularmente "cultual", pero voy a donde encuentro hermanos en la fe, con los que me encuentro muy a gusto, y con los que tengo muchas afinidades en la fe común y en su entrega a ella. En ningún caso despreciaré a los que de otro modo distinto al mío, aman y alaban su nombre. 

Todo el que ama a Dios DE CORAZÓN es mi hermano, y lo amo con el espíritu de Cristo que no dudó en alabar al samaritano. A mí lo que no me gusta son las tonterías, y las añadiduras y extravíos. Si para estar en un lugar tengo que ser adversario de otro prefiero no estar allí. Otra cosa distinta es la discrepancia en puntos discutibles.

        En cuanto a lo de mi esposa Isabel, te puedo hacer unas preguntas: en caso de que yo me encontrara en el estado de ella, ya casi impedida ¿ella me hubiese dejado porque soy carga pesada para ella y le impedía unas libertades apetecidas? Respuesta: ¡NO! ¿Porqué yo he de ser distinto en el mismo caso, y más siendo cristiano?

       Ella me ha dedicado su vida durante muchos años y aun lo hace con una dedicación ejemplar Ese fue el trato, hecho delante de Dios ¿y yo voy a dolerme de tener que prescindir de alguna vanidad, dejándola sola, cuando sé que ella, disfruta con mi compañía como yo con la de ella? “Lo primero es antes”, como decía nuestro recordado amigo José Luís el de Úbeda. También así se honra a Dios. 

         Eso me impide estar más con la gente, y lo siento por ellos si es que algo significo para mis amigos. Cuando me casé, prometí expresamente cuidarla y honrarla, y si de algo me pudiera quejar, es de que no tengo los medios suficientes para darle aun más comodidad y cuidados.

    Así que, amigo mío, no creas que yo tengo las costumbres de las gentes en general, que se quejan cada minuto por carecer o por tener obligaciones pesadas, cuando las mías las llevo con gozo y felicidad. Dios sabe. 

Un abrazo



AMDG.