lunes, 26 de marzo de 2012

SIN OTRO MEDIO QUE LA PROPIA INTELIGENCIA HUMANA




Platón

Muchos se preguntan: ¿Qué clase de vida es esta que no permite que un hombre que viva en España, nunca pueda visitar todos los distintos panoramas del mundo, y sabe que no lo logrará jamás.

¿Para esto vivo? ¿Para comer (el que pueda), defecar, y vivir confinado en su lugar, sin poder abarcar todas las facetas que ofrece un Universo increíble, que es inabarcable, en una minúscula nave llamada Tierra.

Y para más dificultad de comprensión, ¿Qué hacemos en un pequeñísimo planeta que flota en el espacio, entre trillones de cuerpos que siguen su trayectoria que les ha sido marcada? ¿Nadie nos ha puesto aquí? ¿Somos residuos de gases cuando se formaba el Universo?

¿Con inteligencia y razón? ¿Usted ha visto el esqueleto de un cuerpo humano o animal? Sí ¿y que le parece? ¿Por casualidad o necesidad, como afirmaba Jacques Monod? Porque todo lo que existe se ha hecho por fuerza exterior, y no se ha auto creado. Usted me habla de que le pruebe. ¡Demuéstreme usted a mí!

¿Qué somos, granos de arena o la inteligencia que tenemos nos ha sido dada por un misterioso “agente” que en realidad desconocemos, pero que nos ha situado precisamente aquí? ¿Para qué? Para que pasemos como un mineral o sirvamos a la materia para sacar de ella unos goces que para millones están prohibidos? Eso no casa con mi razón, ni mi pobre cacumen, ni con inteligencia alguna.

¿Para qué tanta inmensidad del Universo, si somos una gota de agua en un inmenso océano de cuerpos celestes, que en nuestro pensamiento nos parece que son poco menos que superfluos? Eso me lo tendrán que explicar los “sabios que tanto piensan y piensan para venir a dar en el “Cristo Cósmico” de que hablaba Pierre Teilhard de Chardin.

Que pintamos aquí unos seres blandos, falibles hasta lo más mínimo detalle, blandos, y solos en una inmensidad intolerable si la contemplamos desde un punto de vista materialista. Solo somos seres dejados caer en el planeta, y abandonados a nuestra suerte.

Sería una imbecilidad y un desencanto, si no fuese por la trascendencia que esperamos de una inteligencia que no hace nada porque sí. Y cuando morimos nos volvemos polvo y gusanos. ¡Pues vaya panorama que nos ofrecen!

Creo que esta inteligencia que los cristianos llamamos Dios, tiene pensada otra muy distinta cosa de lo que nos quieren vender los marxistas y materialistas. De ser como ellos dicen ya se podrían quedar con todo, que yo me apeaba de este barquito, y tomaba el camino que según ellos tenemos todos que tomar. Y cualquier persona inteligente y libre.

De ser así ¿para que luchar por un partido, una idea, una panacea, una sociedad de autómatas que de dejarse llevar por ellos serían poco menos que un androide sin la inteligencia artificial de estos, y sin su impasibilidad ante el dolor. O sea, que nada de eso es de tomar. ¡Quédenselo para ellos!

No creo que nadie se trague tanta bobada, por más que los predicadores de esta nos digan, que es el “no va más de la felicidad” que alcanzarán “nuestros descendientes” si hacemos lo que ellos quieren y nos sacrificamos por un ideal que nunca alcanzaremos? Los dirigentes sí, porque ellos sirven al Pueblo, que da la casualidad de que el Pueblo son los que les siguen.


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